El campo necesita ayuda ante un año catastrófico

LA SITUACIÓN del campo va camino de la ruina en lo que desde las organizaciones agrarias se califica ya como un año catastrófico. A la sequía y las heladas bien entrado el calor, se le suman ahora las tormentas, que vienen a echar por tierra aquello que aún se mantenía.

Desde las administraciones, Junta y Gobierno, se tienen que redoblar los esfuerzos para salvar, porque la situación comienza a ser de emergencia, a este sector primario tan fundamental para la economía de Castilla y León de la grave situación en la que se encuentra.

Y aquí no vale escudarse en seguros agrarios o en acciones como el adelanto de las ayudas de la PAC. Entre otras cuestiones porque esa es algo que no es novedoso. Desde el Ministerio y la Consejería de Agricultura, pero sobre todo desde el Ministerio que es quien tiene las competencias para ello, se tiene que actuar y debe hacerse ya. El llamamiento que el campo está haciendo por boca de las organizaciones agrarias está hoy más justificado que nunca.

La manifestación de mañana en Valladolid, que los sindicatos agrarios esperan

sea «masiva» para lo que han habilitado autobuses desde todas las provincias de Castilla y León, busca ser un punto de inflexión que denote lo alarmente de la situación. Incluso aunque una parte del mismo, aquella que representa Coag, no la apoye. Lo que el campo quiere es hacerse oír y necesita que se les escuche y, lo que es más importante, que se les atienda. Algo en lo que no discrepan ninguna de las organizaciones agrarias. Coag comparte con el resto la necesidad de la puesta en marcha de ayudas directas para el sector, aunque insiste, al mismo tiempo, en que la Junta no tiene competencias en este sentido.Nadie duda que desde la Consejería y el Ministerio se tomen en serio la situación, como tampoco se critican las líneas de ayudas puestas en marcha, pero parece claro que resultan del todo insuficientes, entre otras cosas porque el problema del campo es hoy todavía mucho mayor que cuando se aprobaron y pusieron en marcha esas medidas, que buscaban paliar un tanto al situación.

Desde entonces hasta ahora, el sector primario, agricultores y ganaderos, comprueban cómo la situación empeora por momentos. Por eso resulta conveniente, cuando no imprescindible, que desde la administración vuelvan a sentarse, retomen las mesas negociadoras para articular nuevas medidas, nuevos apoyos, nueva líneas de subvención.

Lo que el campo está pidiendo, lo que viene reclamando es precisamente eso, apoyos. Ayuda para lo que sin duda es ya un año catastrófico.