Diario de Valladolid

Redacción de Valladolid

Escurrir el bulto (II)

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SI decepción fuera la palabra que sirviera para calificar el sentimiento después de oír las justificaciones de la consejera de Familia, Alicia García, y las de hace unas semanas de la Fiscalía de Menores, en todo lo que tiene que ver con el caso de la niña Sara, vilmente maltratada y asesinada supuestamente por la pareja de su madre, quizás aún quedaría un halo de esperanza que invitara a confiar en que todo puede cambiar.

Pero lo que se siente es indignación. Indignación porque todavía hoy nadie, ni la Fiscalía de Menores, ni la Policía Local, ni la nacional, ni los Servicios Sociales que haya entonado el mea culpa. Que reconozca que algo falló, que pida perdón y que plantee soluciones para que no vuelva a suceder.

¿Tan difícil resulta admitir que existió un eslabón, al menos uno, que no siguió el protocolo establecido? ¿Cuántas más justificaciones habrá que escuchar? ¿Cuántos informes más van a desverlar ahora, como hizo el Ayuntamiento el otro día con el de la Policía Local, para hacer ver que actuaron bien?

Indignante resulta ver cómo lo único que pretenden uno y otros es salir airosos de este grave caso y para ello culpan al resto, como acaba de hacer la consejera, al asegurar que le hubieran gustado que la Fiscalía y la policía y hasta los tíos hubieran detectado la gravedad de los hechos. Pues que lo aclare con la Fiscalía de Menores, que no hace tanto cargaba toda la responsabilidad del caso directamente contra esos Servicios Sociales que dirige y defiende Alicia Gacía.

Y más indignante resulta aún que se anuncie ahora la creación de una comisión de expertos para que revise toda la normativa y protocolos. ¿Eso es todo lo que se les ocurre, todo lo que van a hacer casi un mes después del crimen de la niña? Parece que en esta Comunidad todo se arregla con un comité, comisión, grupo –llámenlo ustedes como quieran– de expertos que ya se ha demostrado no sirven para nada.

La cruda realidad es que todos fallaron. La Fiscalía de Menores, la policía y los Servicios Sociales. Todos sin excepción porque, como bien dice la consejera, ninguno fue capaz de detectar la gravedad de los hechos. Y lo indignante es que ninguno lo reconozca y se limiten a decir que fueron otros los que no cumplieron.

Veintiséis días, casi un mes para explicarse y hacer justo lo mismo que ya había hecho la Fiscalía con su nota: escurrir el bulto. Indignante.

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