Diario de Valladolid

EDITORIAL

El grave problema de la sequía obliga ya a actuar

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SI LLUEVE, la cosecha estará salvada; si no, las pérdidas podrían afectar a más de la mitad de la producción. Ese ese el temor sobre el que vienen avisando las centrales sindicales y acerca del que vuelven a alertar el secretario de Ugal, Matías Llorente.

Y es que el grave problema de la sequía, cuyos efectos a modo de pérdidas vienen denunciando los representantes del campo y para el que exigen ayudas directas al Ministerio y a la Consejería de Agricultura, es una realidad como se demuestra en los casos de Valladolid y León.

En la provincia vallisoletana, sus regantes pedían a Soria que les trasvasara parte para un último riego. Mientras, en León de no variar la situación en forma de lluvia, la mayor parte de los cultivos de regadío de la provincia no dispondrán de agua.

Dos situaciones que obligan a la Confederación Hidrográfica del Duero a no mirar para otro lado, como por otra parte acaba de hacer en el caso de Soria y Valladolid. La Conferación abandonó aquí su necesaria labor de mediación, además de reguladora y de control del sistema de la cuenca del Duero, para que lo resolvieran entre particulares. El problema de la sequía es global y el regulador de la cuenca debe vigilar para que todos los regantes tengan al menos la misma cantidad de agua de riego, sin perjuicios ni beneficios para unos y otros.

Un problema que sería aún mayor de no haberse producido el enorme esfuerzo en modernización de regadíos, realizado por el Ministerio, la Junta y los regantes.

En este punto, una vez que se ha dado por cerrada la campaña de riego en gran parte de la cuenta y que en estos días se dejará de desembalsar en los pantanos leoneses como el de Villameca, que debido a su pequeña capacidad en comparación con los otros supondrá un impacto menor en los cultivos; el del Porma, al que le llegará su turno a finales de mes; el embalse de Barrios de Luna y el de Riaño, parece claro que se puede elevar la conflictividad entre los agricultores que podrán disponer de agua al contar con el riego por aspersión y los que irrigan por inundación. Algo que se debe prever para poder atajarlo.

Además, la preocupante escasez de agua de este año suponen un lastre ya en las expectativas para el siguiente, yaque si este año se ha podido regar, aunque con restricciones, ha sido por las reservas de agua que quedaban del año pasado. De mantenerse la sequía durante los próximos meses, el año que viene será imposible sacar adelante las cosechas de regadío, ya que todos los depósitos se destinarán al abastecimiento humano.

El de la sequía es un problema de tal gravedad que obliga a las instituciones a tener que actuar desde ya. La CHD, en el control de la cuenca y las administraciones a atender las más que justificadas reivindicaciones en forma de ayudas del campo.

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