Una tomadura de pelo
ESTA SEMANA le preguntaba a mi peluquero si los políticos se levantan todas las mañanas pensando en cómo mejorar la vida de la gente. La pregunta forma parte de esas pajas mentales que ambos nos hacemos mientras se me va cayendo el pelo. Mi peluquero, que no tiene un pelo de tonto, prefiere no generalizar porque su negocio se nutre de todos los colores políticos.
La pregunta no es baladí y me permito lanzarla a quienes hoy forman parte de esa clase política tan denostada: ¿Se despierta usted todas las mañana pensando en mejorar la vida de la gente? ¿O le preocupa algo más su imagen, su proyección pública, su ascenso en el partido, su cuota de poder…?
“La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos”, decía el escritor ginebrino Louis Dumur. Ni comparto esta respuesta unívoca ni creo en esa creciente frase callejera que sostiene que todos los políticos son iguales.
Pero la sentencia del suizo debería hacernos pensar sobre aquellos que nos toman el pelo y se burlan sin dar un palo al agua por sus votantes. El mal cerrado por ahora ‘caso Valdeón’ ha monopolizado esta semana el pleno de las Cortes de Castilla y León. La fractura del PSOE en torno a Pedro Sánchez protagoniza el inicio de este otoño incierto. El debate entre Iglesias y Errejón tiene ocupados y fuera de cobertura a los herederos del 15M…
Y mientras tanto el Tribunal de Justicia de la Unión Europea enmienda las reformas laborales y nos dice que no se puede discriminar a los trabajadores eventuales con una indemnización por despido inferior a la de los fijos. Y mientras tanto, Europa vive una caótica e insolidaria situación con los refugiados. Y mientras tanto, el empleo sigue siendo un bien escaso que llega a cuenta gotas. Y mientras tanto, la deuda autonómica con los proveedores se alza como seña de identidad del Gobierno Herrera.
Hay que evitar las tomaduras de pelo a la gente. Hay mucho trabajo pendiente para mejorar la vida de quien está en paro, o carece de prestaciones o no puede ir a la universidad o sufre tediosas listas de espera o, sin más, no llega a final de mes con un euro en su cuenta. Esos son los debates que deberían ocupar y preocupar a izquierda y derecha. Y cada día levantarse con esas inquietudes. Y a los que no lo hagan, enseñarles la puerta de salida de la política. Para que no nos tomen el pelo.