Villarrubia y Tino Rodríguez coinciden en el sur

EL PSOE DE Castilla y León vive inmerso en una calma fingida. Aunque es cierto que no sin cierta maestría y diligencia Luis Tudanca ha conseguido apaciguar y sosegar el polvorín que heredó de Óscar López, que ha vuelto a ser premiado con la portavocía en el Senado, aunque todavía se desconocen los méritos, no es menos cierto que hay un eterno sector crítico latente, con el colmillo afilado y las garras ensartadas en los dedos, preparado por si el funambulismo que practica Pedro Sánchez le sale mal y acaba estrellándose sobre una de las tres pistas del circo estratégico en el que milita. No es un secreto, aunque la intensidad es mayor de la que se aparenta, que el antecesor en las secretaría general de los socialista de Castilla y León, Julio Villarrubia, no ha cerrado ni las heridas ni las ofensas sufridas tras perder el cargo en la derrota de las Primarias. El palentino mantiene un fluido contacto con el entorno andaluz, y no andaluz, de Susana Díaz, la que le mueve el alambre día sí y día también al funambulistas Sánchez. Como en conexión con el sur geográfico socialista se halla el jefe de los socialistas leoneses, la federación provincial más poderosa de Castilla y León, esencial para gobernar el PSOE regional. Tino Rodríguez, empotrado en el grupo parlamentario regional, desentona abierta, y a veces escandalosamente, con el mismo al que ayudó a entronizar con el fin de derrocar a Villarrubia con el que le unía un estrecho odio tras la moción de Ponferrada y los sucesos que luego acaecieron. Quién les iba a decir a Villarrubia y a Rodríguez que lo que desunió el desacierto ponferradino deÓscar López, iba a acabar reconciliando las ambiciones sevillanas de una presidenta autonómica que quiere ser más en el PSOE. La política es así. Más o menos.