Diario de Valladolid

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¿QUÉ HACE FALTA para que una condenada por asesinato entre en prisión? Que la sentencia sea firme, dice el TSJ de Castilla y León. Bajo esa línea argumental, ¿por qué las otras dos condenadas, Triana y Montserrat, no están también en libertad bajo fianza? Se mire por donde se mire es un sinsentido legal que Raquel Gago continúe en la calle, como un ciudadano más, después de haber sido condenada a 12 años de cárcel por participar como cómplice en el vil asesinato de Isabel Carrasco.

Es un sinsentido que quien conoció y participó, según la sentencia del TSJ, en el plan para cometer el crimen junto a su amiga del alma Triana y a la madre de ésta y asesina confesa pueda cruzarse en la calle con la hija, las hermanas, la familia o los amigos de Carrasco, que los tiene pese a lo que quisieron hacer ver en el juicio con la complacencia del magistrado-presidente, como si nada hubiera hecho.

Es un sinsentido que un veredicto condenatorio, una primera sentencia extrañamente complaciente con la policía local, pero también condenatoria y una segunda que revoca esta primera y coloca a Gago como parte fundamental para cometer el crimen no sean suficientes para evitar que esta cómplice de asesinato pasee su libertad como si nada hubiera hecho.

Dice el TSJ que la situación del reo no depende de la gravedad de la pena, sólo de si se puede fugar o no y que Gago ha demostrado que es muy buena porque siempre que le corresponde se presenta ante el juzgado para decir, al más puro estilo del gran Sabina, hola y adiós. Un sinsentido más. Sobre todo si se piensa que nada ha cambiado en la situación personal de esta agente municipal desde que la juez de instrucción la mandara a prisión sin dudarlo un instante, días después del asesinato. Sigue teniendo en León y fuera los mismos familiares ahora que entonces.

Lo que sí ha cambiado es su situación procesal. Y de qué manera. Pero claro Gago no lo ha confesado, y eso también cuenta para el TSJ, que niega cualquier agravio, como defiende el fiscal, con otros presos preventivos con condenas mucho menores que la de la policía. Esperemos que alguno no se agarrare al ‘espíritu Gago’ para pedir su salida o no entrada en la cárcel mientras su sentencia no sea firme.

Claro que ya lo dijo el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial: «La ley está pensada para el robagallinas». Y, al fin y al cabo, Gago es sólo cómplice de matar a una persona, va a comparar.

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