Un futuro estable más allá del plan
LA DIRECCIÓN de Renault España y los sindicatos mayoritarios firmaron ayer, tras dos meses de intensas negociaciones, el Acuerdo de Competitividad y Empleo que permitirá poner en marcha el tercer plan industrial de la compañía para el período 2017-2020.
El acuerdo suscrito representa importantes avances en la creación de empleo, en la estabilidad de los contratos, en las retribuciones salariales, en las inversiones y en la actividad industrial de la principal empresa de Castilla y León. También en la productividad y competitividad generadas por la mayor flexibilidad laboral.
Aunque todavía está pendiente de que la dirección de la multinacional francesa ratifique el acuerdo, todo apunta a que el sector de la automoción recibirá un fuerte impulso en los próximos años centrado sobre todo en Palencia y Valladolid.
Sindicatos y dirección han dado de nuevo una lección de negociación y flexibilidad. Negociar siempre implica cesiones de un lado y otro, y cuando no es así el resultado es que hay vencedores y vencidos, y no ése no es el mejor desenlace posible.
Algunos pensarán que podría haberse conseguido más desde el punto de vista laboral. Otros pensarán que la compañía ha cedido más de lo necesario. Lo importante es que se abre una período de más estabilidad en uno de los sectores clave de la economía regional. Yse abre con más calidad en el empleo de la que ha existido hasta ahora y con más carga de trabajo.
Este próximo plan industrial trasciende en sus consecuencias a las fábricas de automoción de primer nivel de Palencia, Valladolid y Sevilla. La carga de trabajo que reportará favorece también la actividad y el empleo de un importante número de empresas auxiliares, la mayoría de las cuales se han asentado o lo harán en un futuro en elParque deProveedores de Palencia o en el futuro de Valladolid. También a todos esos empleados, muchos de los cuales trabajan casi en exclusiva para Renault, les aportará más garantías laborales.
El acuerdo se ha negociado y firmado en un contexto de cierta inestabilidad política y económica, lo que representa un plus adicional por cuanto se está viviendo un período de cierta incertidumbre cuyo desenlance es incierto.
Son muchos países los que podrían estar interesados en recibir un empuje industrial de estas características. Si España y Castilla y León han merecido esta confianza se debe a la calidad y a la competitividad de trabajadores y empresa y a la inteligencia de ambos actores de la negociación. Lo que hace falta ahora es que esa estabilidad que garantiza el plan se prolongue más allá del 2020.