Diario de Valladolid

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EL TERCER plan industrial de Renault ya está encima de la mesa. Pero llega, otra vez, con la palabreja por delante: competitividad, que va ligada inexorablemente a otra con la que tiene rima consonante: flexibilidad. Las dos en estos años de crisis han sido la excusa perfecta para bajar sueldos, despedir gente y, como mal menor, firmar EREs. Y cuantos más ‘tis’ le añadan a esa competitividad más agujeros le supondrá al ya de por sí apretado cinturón de los trabajadores.

No falla. Cuando una gran multinacional, y Renault lo es, habla de competitividad los trabajadores ya saben que lo que está queriendo decir es que hay que volver a apretarse el cinturón. Que sí, que habrá trabajo y del bueno, pero que el precio a pagar lo fijan ellos.

Y, una vez más, la culpa la va a tener ese mercado globalizado. Ése que, por ejemplo, te permite ir a China, donde los derechos y más los de la clase obrera brillan por su ausencia, y producir a un coste laboral que aquí y en cualquier país civilizado sería calificado de miserable, cuando no de esclavo.

Ahora que tanto se habla de la supuesta recuperación, de esa luz que algunos dicen ver al final del túnel, cabe preguntarse cuándo le toca a los trabajadores. Para cuándo el momento de que, aquellos que entendieron hace cuatro años que había que apechugar, que demostraron como nadie su compromiso con sus empleos, sí, pero también con Renault, van a empezar a recuperar parte de lo que sacrificaron. ¿O van a tener que resignarse a seguir perdiendo?

Y, en éstas, llega José Vicente de los Mozos a Valladolid y lanza un aviso a navegantes, que casi suena a amenaza. Ojo, cuidado, dice el presidente de Renault España, que las plantas de la marca del rombo en Europa tienen capacidad más que sobrada para asumir esa carga de trabajo de este tercer plan industrial que Valladolid y Palencia, sus trabajadores, se han ganado por derecho propio.

De lo que no habla De los Mozos es de la ingente cantidad de dinero público que Renault recibió de la Junta y del Gobierno central, en forma de ayudas en los últimos planes. ¿Acaso en Europa también tienen garantizado ese nivel de subvenciones o aquí sí que hay saturación?

La negociación de este tercer plan industrial acaba de empezar y flaco favor le hacen avisos a navegantes y amenazas veladas. Vengan de donde vengan.

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