Diario de Valladolid

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NI San Pedro negó tantas veces a su señor. Al fin y al cabo, el de la primera piedra de la Iglesia lo tenía más que justificado, no fuera a ser que se lo llevaran por delante los romanos junto a Jesucristo. Y mira que lo abrazó veces. No menos que estos del PP a ese gran ministro de Economía que dicen ellos fue Rodrigo Rato, al que ahora no es que nieguen, reniegan y repudian cual apestado.

¿Dónde han quedado los abrazos? ¿Dónde las loas a ese hombre que era el ejemplo del milagro español? ¿Dónde ese gran economista al que socialistas y ‘populares’ encumbraron al escalafón más alto de la Economía mundial? ¿Dónde ese mesías salvador para Bankia a quien Herrera, de la mano de Villanueva que es como el perejil de todas las salsas, se entregó en más de una reunión colmándolo de alabanzas?

Pues donde siempre estuvo. Rato no pasó de ser el ministro que ayudó con sus políticas a fomentar la especulación y a inflar más y más la burbuja inmobiliaria. De eso vivió su economía. Esa que alababan no hace tanto los dirigentes del PP de Castilla y León.Los mismos que ahora le repudian. Pero es que el ahora apestado, desde el FMI llegó a negar la existencia de la crisis, al más puro estilo Zapatero, y nadie en su partido le hizo un reproche.

Ahora hablan de vergüenza, desengaño, decepción, desánimo y lo mejor: de un asunto particular. Como el patio, vamos, sólo que aquí la casa es el Partido Popular. Y es que estos del PP olvidan que el gran gurú de la economía liberal de la derecha se acogió a una amnistía hecha a medida por el Gobierno ‘popular’, para aquellos que se habían llevado su dinero fuera de España y no pagar aquí sus impuestos. Amnistía que nadie del PP castellano y leonés ha criticado nunca, al menos públicamente.

El mismo que exigía a los españolitos de a pie con ese ‘Hacienda somos todos’, menos él claro está, tenía su fortuna a buen recaudo en cuentas fuera del país, al que sólo regresó cuando vio la oportunidad, puesta en bandeja por los suyos, los que ahora le niegan, de volver casi sin pagar al fisco.

Es verdad que nadie más que Rato es responsable de lo que él haya podido hacer o dejar de hacer. Pero hablar de asunto particular, que sólo se circunscribe a la esfera personal del exministro, es una ofensa a la inteligencia de los ciudadanos casi de tal magnitud como la que sintió el jurado de Masterchef con ese ‘león come gamba’. Aquí el león está calvo y va camino de comerse al PP.

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