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Reviviendo la escena artística en Valladolid

Hay algo innegablemente nostálgico en Valladolid. Casi puedes escucharlo en el murmullo de sus calles empedradas, desgastadas con el paso de los siglos. Esta ciudad tiene el corazón de la vieja Castilla. Es esa piedra blanqueada por el sol, un toque de aspereza y esa atmósfera estoica que te transporta a otras épocas.

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Diario de Valladolid | El Mundo
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Aunque no es como en Madrid, donde se vive una modernidad más presente, o como en Barcelona, donde destaca una vanguardia atrevida en una ciudad cosmopolita. Valladolid es algo más discreta, con su propia belleza ambivalente.

Aquí, encuentras arte callejero en las paredes desmoronadas, audaz y descarado contra las fachadas antiguas. Además de que te topas con pequeñas galerías escondidas en callejones, llenas de pinturas y esculturas impresionantes, casi por accidente. Y claro, no podemos dejar de lado El Museo Nacional de Escultura, que alberga una colección de tesoros muy antiguos, exhibidos junto a nuevos artistas. Puede que no sea una ciudad dedicada al arte a gran escala, pero Valladolid tiene alma de artista. Así que, ¿qué tal si la reavivamos con todo su potencial?

No podemos decir que la escena artística actual en Valladolid sea mala, pero...

Desafortunadamente, nuestro mundo actual de "unos y ceros" amenaza con devorar el arte. No es un problema exclusivo de Valladolid. Ya que si consideramos que el arte requiere de tiempo y reflexión, dos cosas de las que andamos escasos, es de esperarse que se vea amenazada.

Las pantallas titilan con imágenes fugaces, potenciales obras maestras diluidas por el desplazamiento incesante. Con este consumo desenfrenado, hemos cambiado la lenta contemplación de una visita al museo por la micro-atención de las redes sociales. En este mundo de lo perpetuamente "nuevo", el poder del arte para permanecer, incluso para obsesionarnos, puede estar en peligro.

Vemos cómo la tecnología, con su promesa de reproducción infinita, democratiza pero también disminuye. Si bien Valladolid ofrece una interesante mezcla de tradición histórica y creatividad contemporánea, con fuertes fundamentos históricos (El Museo Nacional de Escultura) y una diversa escena de festivales (el Festival Internacional de Cine de Valladolid), se enfrenta a limitaciones presupuestarias como muchas otras ciudades. Puesto que otro gran problema es que Valladolid a veces lucha con la visibilidad internacional. Esta podría explorar la posibilidad de mejorar sus estrategias de marketing para promocionar su oferta artística, tanto a nivel nacional como internacional. El marketing, al igual que los artistas, no tiene límites en cuanto a creatividad. Ya que pueden llevar una idea a los lugares más inesperados. La gente común podría pensar en hacer una intervenció n en una plaza, mientras que un marketer disruptivo podría pensar en el un casino España (casino con tema español o en España) con sus cientos, incluso miles, de títulos de juegos diferentes. Así que ahora, en lugar de exponer una obra en una galería, podría colocarse en un casino, mostrando una relación simbiótica entre el arte local y el sector empresarial. ¿Captas la idea?

Desfibrilador para la escena artística

No nos andemos con rodeos. La escena artística es caprichosa. Un día, el barrio está plagado de talleres y openings nocturnos, y al siguiente, reina un silencio sepulcral.

Pero oye, eso no significa que no pueda recuperar su chispa. Entonces, ¿cómo revivir una escena artística? Bueno, lo primero es lo primero, hay que abrir las puertas, literalmente. Por lo que esas galerías exclusivas con aires elitistas, están fuera. Pues se trata de lograr que la gente se sienta bienvenida, de acercar el arte. Las galerías deberían ser espacios vibrantes, con talleres, charlas, ¡hasta fiestas alternativas! No solo una extensión de un museo.

Después, necesitaremos renovar la escena. Todos amamos los grandes nombres, pero son los artistas emergentes quienes le dan vida al panorama. Es por esto que dar un espacio a exhibiciones estudiantiles, estudios pequeños y desconocidos, es dar una plataforma a esas voces.

Esto también fomenta las colaboraciones. Al crear un espacio diverso con músicos, escritores, incluso programadores… la magia surge. Por ejemplo, exhibiciones con música en vivo, o noches de poesía acompañadas de ilustraciones.

El arte no es solo para galerías impecables. Llévalo a las calles, almacenes abandonados, hasta a los cafés. Cuando el arte invade espacios inesperados, captura la atención como nada más. Y claro, el dinero es crucial. Una escena artística sostenible necesita flujo de efectivo.

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