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Sanidad animal

El flanco sur, frente contra las enfermedades de la fauna silvestre

El último informe del programa nacional de vigilancia desvela que Castilla y León es una de las autonomías más afectadas por la tuberculosis en jabalíes con un 6% de positivos

Un jabalí busca alimento en una zona boscosa. PQS / CCO

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Valladolid

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Las enfermedades de la fauna silvestre son una amenaza constante para la cabaña ganadera y su incidencia en Castilla y León se acaba de poner de manifiesto con la publicación del último Informe sobre los resultados del Programa Nacional de Vigilancia de la Fauna Silvestre. Según esos datos, Castilla y León es una de las comunidades autónomas más afectadas por la tuberculosis en jabalíes, con un 6% de las muestras analizadas con resultado positivo. El número de positivos en cérvidos también es significativo, con un 7%.

Las zonas más peligrosas son las del sur de la Comunidad, especialmente las fronterizas con Extremadura –que en el mapa aparece como una región muy oscura en lo que tiene que ver con la tuberculosis en jabalíes–, oeste de Castilla-La Mancha y Madrid.

Precisamente para paliar esta amenaza la Administración autonómica, a través de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, puso en funcionamiento el pasado mes de junio el primer Plan de gestión del jabalí de Castilla y León. La estrategia, que fue muy bien acogida por las Organizaciones Profesionales Agrarias (Opas), supone «un paso importante para frenar el descontrol poblacional de una especie que impacta directamente sobre el sector agrario», apuntó Asaja tras la publicación del plan en el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl).

Número de jabalíes positivos por tuberculosis en España. MAPA

Servirá para controlar la población del jabalí, cuya peligrosidad desde el punto de vista sanitario ha puesto de manifiesto el Programa Nacional de Vigilancia. Así, con datos referidos al año 2023, de 1.523 animales analizados en Castilla y León mediante microbiología con cultivo PCR, 95 dieron positivo, el 6,24%. Fue la Comunidad con mayor número de animales analizados, pero en el tercer registro más bajo en cuanto a porcentaje de positivos.

Salvo cuatro autonomías con ningún suido positivo a tuberculosis en esta prueba (Asturias, Galicia, País Vasco y Comunidad Valenciana) y una con un 3,03% (Cantabria), el resto superan a Castilla y León en prevalencia. Por encima de todas está Extremadura, cuya prevalencia se dispara con el 68,75% de positivos entre los 528 ejemplares analizados. Le siguen a corta distancia Andalucía, con el 59,92% de los 247 animales estudiados, y Navarra, con el 52,86% de las 56 muestras en estudio. En el total nacional el número de positivos alcanzó el 21,8%, un total de 698 jabalíes entre los 3.202 analizados.

En cuanto a la tuberculosis bovina en cérvidos, Castilla y León se encuentra en la franja media entre las comunidades autónomas, con el 7,14% de los animales analizados con resultado positivo (27 de 378). En esta especie también Extremadura es la más prevalente, con el 56,14% de los cérvidos estudiados portadores de tuberculosis, seguida de Andalucía, con el 29,41%. En el total nacional la prevalencia es del 28,08%, con 278 cérvidos positivos en tuberculosis entre los 990 analizados.

El control de la fauna silvestre es una reivindicación histórica de las Opas. La Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL), a través de su estatal, Unión de Uniones, salió a la palestra nada más publicado el estudio para denunciar la «nefasta situación» que a su juicio está sufriendo la ganadería en extensivo «por la tuberculosis causada, sobre todo, por fauna silvestre, especialmente por jabalí».

La Opa pone de manifiesto que según el propio Informe sobre resultados del Programa Nacional de Vigilancia en Fauna Silvestre, el jabalí se considera el principal reservorio no doméstico de la tuberculosis bovina en España, y apela a esos resultados para poner en marcha «medidas que atajen esta realidad», destacando que del total de jabalíes analizados, mediante microbiología y/o serología, el 12,87% de los animales resultó positivo, y «en algunas comarcas ganaderas de Aragón, Madrid, Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Andalucía con un número de positivos superior al 50% o incluso al 75%».

A partir de estos resultados el propio informe indica que «las positividades encontradas en jabalíes en algunas zonas indican que los jabalíes tienen un papel importante en la transmisión de la tuberculosis al ganado doméstico en esas zonas», conclusión que también establece para los cérvidos, con una positividad total a nivel estatal del 17,15%, donde de nuevo las comarcas en peor situación se concentran en el suroeste peninsular.

Prevalencia

La organización destaca que, precisamente, donde peor situación se da en fauna silvestre es donde se mantienen las mayores tasas de prevalencia de tuberculosis en ganado bovino. «Si viéramos estos porcentajes en vacuno las administraciones se estarían echando las manos a la cabeza, pero estas especies están conviviendo y reinfectando a nuestro ganado en extensivo y se nos sigue exigiendo el sacrificio continuo de animales y restricciones a movimientos que provocan números rojos en nuestras granjas», comenta Alfredo Berrocal, responsable de sectores ganaderos de Unión de Uniones. «Es totalmente absurdo restringir los movimientos de animales recién saneados cuando los jabalíes campan a sus anchas y resulta prácticamente imposible aislarles y evitar que entren en nuestras granjas», añade.

Por otro lado, Unión de Uniones destaca que en el informe del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa) del Programa de Vigilancia y Erradicación de la Tuberculosis Bovina en España para 2023, se identificó a la fauna silvestre como la responsable del 44% del origen de la infección, teniendo otras causas una proporción muy inferior. «Si como sociedad queremos preservar la ganadería extensiva y mejorar la situación frente a la tuberculosis, desde el Ministerio y las Comunidades Autónomas se tiene que abordar con un mínimo de ambición la situación de la enfermedad en fauna silvestre» consideran.

Según el Informe de 2023, precisamente las comunidades autónomas con peor situación frente a la tuberculosis incumplen los objetivos mínimos de muestreo de vigilancia en fauna silvestre –Andalucía 27% de cumplimiento del Patubes (Plan de Actuación sobre Tuberculosis en Especies Silvestres) en jabalí, sin muestras en ciervo; Extremadura 93% de cumplimiento en jabalí, sin muestras en ciervo; Madrid 46% de cumplimiento en jabalí, mientras que sí cumple en ciervo con apenas 12 muestras; Castilla-La Mancha 57% de cumplimiento en jabalí, 0% en ciervo–.

La Opa critica la «dejadez de las administraciones» cuando se trata de cumplir con sus propios objetivos, «mientras que al ganadero se le imponen incluso vaciados sanitarios, sacrificios de animales sospechosos e inmovilizaciones que arruinan a las ganaderías».

Se trata de un «doble rasero de erradicación en ganado vacuno y vigilancia (incumplida) en fauna silvestre» que «está llevando a ganaderos, comarcas y regiones enteras a situaciones desastrosas por las severas medidas contra la tuberculosis en un ganado que se reinfecta de una fauna descontrolada». Si las administraciones no actúan para controlar la enfermedad en fauna, «el programa contra la tuberculosis pierde toda credibilidad para el sector ganadero y la capacidad de Mapa y Comunidades Autónomas», concluyen.

Desde Unión de Uniones reiteran lo que vienen reclamando «continuamente» ante las administraciones: la necesidad de abordar un mayor control de la enfermedad en fauna silvestre que actúa como reservorio para evitar la reinfección a los rebaños bovinos. Asimismo, reclaman el impulso de la investigación y desarrollo de vacunas que puedan proteger al ganado de la enfermedad, «dada la interacción inevitable con la fauna silvestre».

Con estos datos como telón de fondo, y habida cuenta de que las capturas de jabalíes se han duplicado en la última década hasta superar las 60.000 al año en el territorio autonómico, se puso en funcionamiento el pasado junio el Plan de gestión del jabalí de Castilla y León.

La abundante proliferación de suidos en la Comunidad se puso de manifiesto el mismo día de la publicación de la estrategia en el Bocyl, con la publicación de una Orden para declarar la emergencia cinegética –es decir, una preocupante abundancia de animales silvestres– por jabalí y sus hibridaciones, ciervo y gamo en 358 pueblos de cinco provincias de Castilla y León. De ellos, 106 municipios eran de Ávila, 7 de León, 9 de Palencia, 223 de Salamanca y 13 de Segovia.