Diario de Valladolid

CULTIVOS

Itacyl investiga biotextiles y otros biomateriales a partir del lúpulo

El cultivo puede servir para aplicaciones como la bioconstrucción, el recubrimiento de superficies o la cosmética / La campaña de recogida concluye con la expectativa de alcanzar las 1.000 toneladas

Flor de lúpulo en una explotación agraria de la provincia de León, en una imagen de archivo.

Flor de lúpulo en una explotación agraria de la provincia de León, en una imagen de archivo.ICAL

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El Instituto Tecnológico agrario de Castilla y León, (Itacyl), respalda la investigación del lúpulo para preservar «la memoria de la planta y de sus culturas de cultivo», apunta el organismo, dependiente de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural. Se trata del proyecto Cultivar culturas: ecologías del lúpulo, que ha formalizado una plataforma multidisciplinar de investigación sobre la imagen del lúpulo. Este año 2024 el programa pretende profundizar en el desarrollo de biotextiles y biomateriales con diversas aplicaciones, desde la bioconstrucción, recubrimientos para superficies, artesanía o cosmética.

En el momento final de la campaña de recogida, que termina este mes de octubre, el reto es alcanzar las 1.000 toneladas de flor y el proyecto continúa en la provincia de León, única donde se cultiva en la Comunidad y que produce el 95% del total de lúpulo de España. «Con cerca de 550 hectáreas de superficie cultivada, es el principal territorio vinculado a este cultivo, de gran relevancia socioeconómica en la provincia y que ha marcado notablemente la articulación del territorio y de los mercados de la zona», apuntan desde Itacyl.

Durante sus dos años y medio de recorrido, el proyecto ya ha dado lugar a la creación de un Banco de Memoria, compuesto de 109 pliegos de herbario de variedades cultivadas, silvestres y/o escapadas, así como material vegetal para realizar futuros análisis de ADN. A su vez, se ha creado una colección viva de lúpulo en la Escuela de Ingeniería Agraria y Forestal de León, colaborando con Manuel Ignacio Guerra Romero, compuesta de variedades de interés histórico y de otras cultivadas en la actualidad.

Además, se ha realizado un archivo sonoro, compuesto de entrevistas a antiguos lupuleros, lupuleros en activo y distintos habitantes relacionados con el cultivo. Incluye también los sonidos de los paisajes del cultivo, el registro de los filandones y talleres públicos realizados hasta la fecha.

El proyecto es iniciativa de la artista Susana Cámara Leret, en colaboración con el Itacyl, gracias al apoyo y acompañamiento de la Fundación Daniel y Nina Carasso, a través de su convocatoria Componer saberes para imaginar y construir futuros sostenibles.

Documental

Se han realizado también un documental y cinco clips audiovisuales sobre el ciclo de cultivo de la planta; una publicación sonora en formato vinilo, dentro de la serie Geofonías del lúpulo, inspirada en la relación del olor de la planta con el sueño; y un muestrario de biomateriales compuesto a partir de los experimentos realizados con los residuos del cultivo que han consistido en la extracción de fibra textil, la elaboración de papel y de biotextiles basados en el desarrollo de biopolímeros y la elaboración de una carta de 106 muestras de tintes de los tallos, hojas de la planta.

Durante este proceso se ha colaborado además con la Fundación Cerezales Antonino y Cinia; la artista educadora Ana Andrés; y artesanos como el ceramista Carlos Chacón y el maestro cestero e investigador Carlos Fontales, explorando el uso del tallo de la planta en la cestería; y Jonathan Martens, investigando la aplicación de sus fibras en la elaboración de materiales de bioconstrucción.

Actualmente está en marcha una publicación científica, de carácter multidisciplinar también, que integra los resultados de la colaboración arte-ciencia y aborda la memoria biocultural en el medio rural y su relación con un futuro agroecológico.

Dada la sintonía con las líneas de investigación sobre el lúpulo en las que actualmente trabaja este centro, el CBB del Itacyl respaldará la nueva fase de este proyecto, que se desarrollará a lo largo del año 2024, ofreciendo, como ha venido haciendo desde su creación, apoyo técnico en las labores de revalorización de los subproductos del lúpulo.

En esta línea, se pretende profundizar sobre el desarrollo de biotextiles y biomateriales con diversas aplicaciones, desde la bioconstrucción, recubrimientos para superficies, artesanía, cosmética, etc. En este proceso se buscará, además, integrar otros residuos procedentes de otros cultivos de la zona como el maíz, siendo León también la principal provincia productora de este cultivo (25 % de la cosecha nacional).

Por otro lado, dada la riqueza de materiales obtenidos durante estos dos años de proyecto, incluyendo tejidos, tintes, pruebas biomateriales, entrevistas, vídeos, objetos, fotografías, especímenes botánicos, muestras de ADN, etc., se formalizará un archivo biocultural, basado en la idea de una custodia compartida entre los habitantes de las distintas riberas vinculados al cultivo del lúpulo y a la memoria de la planta.

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