VIÑEDOS
Los daños en el viñedo superan los 30M, el doble que en 2023
Las indemnizaciones en Castilla y León suponen la tercera parte del total a nivel nacional, 110 millones de euros, la mayor parte por siniestros de helada y pedrisco
Los agricultores de Castilla y León recibirán este año 30 millones de euros en indemnizaciones por los siniestros del viñedo en esta campaña, el doble del año pasado, cuando Agroseguro abonó 15 millones de euros. De hecho, ya ha abonado casi la mitad, 13 millones, el primero de los pagos por los daños.
Y es que la campaña 2024 de uva de vino se ha visto marcada por la incidencia de graves heladas durante abril y mayo. El efecto de las bajas temperaturas en fechas tan tardías causó importantes siniestros, de forma repetida, en amplias zonas vitivinícolas de Castilla y León. Después, durante el verano, las tormentas de pedrisco se dejaron sentir en todas las zonas productoras, según explican desde Agroseguro.
Pero también se han registrado partes por sequía por la falta de precipitaciones y los golpes de calor incidieron en aquellas áreas que ya registraban déficit de hídrico desde el invierno, ya que el viñedo de secano también es un cultivo que cuenta con opción de aseguramiento frente a estos daños por sequía.
Además, añaden desde Agroseguro, como es habitual, también se han recibido siniestros provocados por el resto de los riesgos cubiertos por el seguro agrario, como lluvia, inundación, viento o daños por fauna, así como daños en instalaciones o en plantones.
En concreto, la provincia de Burgos cerrará en torno a los 15 millones de euros en indemnizaciones, mientras que Valladolid se situará en torno a los 12 millones. En el caso de Soria también se comenzará a abonar en unos días, y la estimación de indemnizaciones rondará los 1,2 millones de euros. Las indemnizaciones correspondientes al resto de provincias, Ávila, León, Palencia, Segovia y Zamora ya han quedado prácticamente abonadas en esta primera fase, todas ellas por encima del 90%. En el caso de Salamanca solo se registró un único siniestro, y la indemnización es muy menor.
Lo cierto es que aunque Agroseguro no registra los datos por denominaciones de origen, sí tienen constancia de que los daños de Burgos son mayoritariamente en la comarca de Ribera del Duero. En Valladolid, la mayor parte de los daños por heladas se registraron en Ribera y Rueda, y en menor medida en Cigales o Toro.
En total, durante la campaña 2024 (plan 2023 de seguros agrarios) se aseguraron 35.540 hectáreas de viñedo en Castilla y León. Si la superficie siniestrada ha rondado las 30.000 hectáreas, ya que puede hacer explotaciones con más de un siniestro como helada y pedrisco, Agroseguro concluye que más del 80% de la superficie asegurada ha sufrido siniestro.
En cuanto a la producción asegurada de viñedo, Castilla y León superó las 237.615 toneladas de uva, con un capital protegido de 151 millones de euros. Con estas cifras, el 75% de la producción de uva de vino de Castilla y León ha contado con seguro en esta última campaña.
Así con todo, las indemnizaciones en Castilla y León se acercarán a los 30 millones, realizándose el pasado jueves el pago de los primeros 13,4 millones –principalmente a productores de Valladolid (10,6 millones) y Segovia (1,9 millones)–, que se completará en los próximos días con el abono de los graves daños por helada registrados en Burgos, que superan los 15 millones de euros.
Precisamente hace unos días Agroseguro iniciaba el abono a los agricultores por los siniestros del viñedo en esta campaña. Este primer pago, de 64 millones de euros, supone casi el 60% de los daños sufridos por la uva de vino, e incluye a todas las zonas productoras, excepto las más tardías.
A falta de las últimas evaluaciones de daños, la estimación final de indemnizaciones se situaría en los 110 millones de euros, correspondientes a 21.000 reclamaciones procedentes de más de 200.000 hectáreas siniestradas, lo que supera las cifras de 2023.
Y Castilla y León es la Comunidad más afectada con los 30 millones que recibirá en total. Por comunidades autónomas, se abonaron 20,6 millones a viticultores de Castilla-La Mancha, cuya vendimia está prácticamente terminada. Corresponden a productores asegurados en Albacete (7,9 millones), Ciudad Real (5,8 millones), Cuenca (5,3 millones) y Toledo (1,6 millones). La estimación final total se situará en 25 millones de euros.
En Cataluña, las indemnizaciones en la actual campaña se situarán en los 19 millones, de los que hoy quedan satisfechos 12,7 millones. Corresponden a viticultores asegurados en Barcelona (6,1 millones), Tarragona (4,8 millones) y Lleida (1,8 millones), así como algún siniestro puntual en Girona.
En el caso de Aragón, las indemnizaciones quedarán abonadas al 90% en este primer pago, con 4 millones para los viticultores de Zaragoza y casi 2,1 millones para asegurados en Huesca.
Se estiman, además, siniestros superiores a los 10 millones de euros en el viñedo de La Rioja (2,9 millones se abonaron el jueves) y más de 3 millones en Álava. Al ser zonas productoras más tardías, el pago de indemnizaciones se completará en los próximos días.
Por último, también se pagaron la semana pasada las indemnizaciones al viñedo de la Comunidad Valenciana (3,9 millones, sobre un total estimado que podría acercase a los 6 millones), Navarra (1,6 millones), Extremadura (1,4 millones), Región de Murcia (1 millón), y cantidades menores en Andalucía, Galicia, Madrid e Islas Baleares.
2.416 millones de euros asegurados en el campo
También creció la contratación de los seguros de uva de vino, con un 4% más de superficie hasta superar las 42.700 hectáreas y un 0,4% la producción, con más de 234.700 toneladas de producción asegurada. Y se incrementó el aseguramiento en la línea de cultivos industriales no textiles que incluye producciones importantes en la región como la remolacha azucarera o el lúpulo, entre otros.
Agroseguro cree que este aumento en el aseguramiento se debe a que el agricultor es cada vez más consciente de que el seguro es una herramienta eficaz si se incorpora como un coste más de la explotación y se contrata con continuidad, incluso cuando las expectativas meteorológicas no son malas, pues se demuestra que no siempre se cumplen, como ha ocurrido en los dos últimos años, de gran siniestralidad.