Diario de Valladolid

El topillo amenaza de nuevo los campos de Castilla y León

Las opas exigen la urgente actuación de las administraciones 

El Observatorio de Plagas apremia a tomar medidas fitosanitarias

Corral se compromete a convocar el grupo de coordinación y cooperación

Un topillo campesino busca alimento en un campo de cultivo.

Un topillo campesino busca alimento en un campo de cultivo.Andy Belshaw / CCO

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Valladolid

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Lejos queda ya la devastadora plaga de topillos de 2007, pero su recuerdo permanece en la memoria de todos los agricultores de Castilla y León. En aquella ocasión la infestación comenzó a fraguarse un año antes, en el verano de 2006, y llegó a arrasar 500.000 hectáreas de cultivos. Cuando en un año normal la población de este animal no supera los 100 millones de ejemplares, en aquella canícula superó los 700 millones. Estos pequeños animales provocaron pérdidas por un valor estimado de 15 millones de euros.

Es algo que podría volver a ocurrir si no se toman medidas inmediatas. Es lo que piensan las Organizaciones Profesionales Agrarias (Opas), que han encendido todas las alarmas para solicitar medidas urgentes a la Administración. Ya han hablado todas: Asaja, UCCL, UPA y Coag.

También han recibido respuesta de la nueva consejera de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, María González Corral, que se comprometió, en una reunión con las Opas el pasado miércoles, a convocar, en las próximas semanas, el grupo de coordinación y cooperación para la prevención y lucha contra el topillo campesino, «al objeto de actuar de forma integral, por parte de todos los agentes, para evitar la propagación de esta especie».

Hace pocos días fue la Alianza UPA-Coag la que salió a la palestra para advertir de que la población del roedor ya es mucho más numerosa de lo normal en varias comarcas de Castilla y León. En las últimas semanas, tal y como pusieron de manifiesto los coordinadores de la entidad, Aurelio González y Lorenzo Rivera, la Alianza «está recibiendo en sus oficinas numerosas quejas de agricultores denunciando una presencia elevada de topillos, superior a la que suele ser habitual en estas fechas», apuntaron en un comunicado.

«Estas denuncias se han visto refrendadas por el Observatorio de Plagas y Enfermedades Agrícolas de Castilla y León, que, en el marco de la Estrategia de Gestión Integrada de riesgos derivados de topillo campesino, recientemente ha publicado un aviso instando a los agricultores y a otros agentes responsables o competentes en otras superficies con cubierta vegetal, a la ejecución de las medidas fitosanitarias que, a modo de recomendaciones de manejo para el periodo estival, se proponen por dicho órgano», añadieron.

Se confirma, subraya UPA-Coag, lo que la Opa venía denunciando: el preocupante aumento de la población de topillo en determinadas zonas de la Comunidad Autónoma, y muy especialmente en las comarcas de Tierra de Campos en las provincias de Palencia y Valladolid, La Armuña en Salamanca, La Moraña, entre Ávila, Valladolid y Salamanca, y Campos-Pan en Zamora, como las zonas más afectadas.

Por ello, la Alianza «solicita a Ayuntamientos, Diputaciones provinciales, Confederación Hidrográfica y otras entidades o administraciones propietarias o gestoras de terrenos que pongan inmediatamente en marcha toda la maquinaria que se precise, sin escatimar ningún tipo de medida de cuantas sean necesarias, para actuar en las vías de dispersión de la plaga, como cunetas, regatos, desagües, zonas adyacentes a infraestructuras de comunicación e hidráulicas, etcétera».

Entre otras, la Opa subraya como necesario que implementen de inmediato las medidas como la destrucción mecánica de huras y galerías, mediante motoniveladora o cuchilla; la instalación de estructuras para el control biológico del topillo (cajas-nido, posaderos para rapaces, etcétera) y, en su caso, tratamientos químicos.

Por lo que respecta a las actuaciones que pueden acometer los agricultores en sus parcelas, desde UPA-Coag recuerdan resumidamente las principales normas de manejo, como son, tras la cosecha, la retirada de pacas, balas, cordones de cosecha y forraje que puedan suponer alimento y elementos de protección frente a rapaces, remociones del terreno cuando las condiciones lo permitan y adecuada programación de las siguientes labores de siembras y cultivos.

También actuar frente a los reservorios, forrajes, alfalfas y similares, incrementando la periodicidad de los cortes, así como retirar pronto el forraje, remover el terreno perimetralmente para evitar migraciones de los roedores «e incluso levantar la parcela si es necesario».

En cuanto al manejo del riego, la entidad recomienda anegar las parcelas si es factible, aumentar las frecuencias de riegos y retirar los tubos no utilizados de las parcelas. Por otro lado, respecto al control biológico, recomienda aumentar el pastoreo y fomentar la presencia de depredadores del topillo como cigüeñas, rapaces, y otros.

«Algunas de las recomendaciones que la propia Administración viene realizando, como determinadas prácticas de laboreo y eliminación de rastrojos pueden entrar en contradicción con la normativa de condicionalidad de la actual PAC y del aprovechamiento de pastos. Por ello solicitamos que, de manera excepcional, se permita realizar las labores necesarias para romper las huras sin penalización a efectos del cumplimiento de los ecorregímenes y la condicionalidad», señalan desde UPA-Coag.

Y es que «un desmesurado aumento de la población, cuando no surten efecto las medidas de prevención y control de la misma, puede acarrear no solo considerables pérdidas en las producciones agrícolas, como ya se están constatando con el avance de las cosechadoras en el campo, sino que también puede conllevar riesgos sanitarios tanto directos como indirectos, como la contaminación de las aguas superficiales o la propagación de enfermedades como la tularemia, como ya sucediera durante la plaga de 2007», concluye la organización.

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