Diario de Valladolid

CASTILLA Y LEÓN

Las previsiones del cereal se disparan

La segunda estimación de Cooperativas eleva en casi un millón las toneladas de grano previstas en la primera / Si se cumplen, se recogerán en Castilla y León 7,14 millones de toneladas, sin contar el maíz, casi un 20% más que la media de los últimos 4 años

Una cosechadora atraviesa un campo de cereal.

Una cosechadora atraviesa un campo de cereal.PQS / CCO

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El cielo se ha portado bien desde la primera estimación de cosecha realizada por Cooperativas Agroalimentarias de España a últimos de mayo. La pasada semana presentó la segunda estimación, que mejora considerablemente los rendimientos del cereal en toda España y de forma destacada en Castilla y León, que suma 925.040 toneladas respecto a la anterior. Así, lo que la entidad cifraba en 6.215.689 toneladas sube hasta las 7.140.738, eso, como es tradicional, sin tener en cuenta el maíz (sumándole, la cifra subiría hasta las 8.483.606).

Si la anterior estimación ya era buena, con más del doble que la exigua cosecha del año pasado que se quedó en solo 3.048.634 toneladas, en esta ocasión es aún mejor, y se traduce en un 134,23% más que la última cosecha y –lo que es más significativo teniendo en cuenta las especiales características de 2023, con una sequía extraordinariamente larga y acusada–, en un 18,52% más que la media de los últimos cuatro años.

Castilla y León aportará, si las previsiones se cumplen, el 37,5% de la totalidad del cereal que se recogerá en España, cuya cosecha total sube en consonancia, desde las 16.500.586 toneladas de la primera estimación a las 19.038.025 del último cálculo, un incremento en números absolutos de 2.537.439 más, un 16,37% más. En cuanto al incremento de Castilla y León en porcentaje respecto al primer cálculo, sube de forma parecida, un 14,9%. Los cultivos de trigo blando y cebada acaparan más del 80% del total de cultivos de cereal en Castilla y León, excluyendo el maíz, pues suponen 1.426.915 hectáreas de un total de 1.712.100.

El rey de los cultivos de la Comunidad, el trigo blando, suma una superficie en las nueve provincias de 786.064 hectáreas –Cooperativas corrige la cifra respecto al estudio anterior en 20.000–, con una producción prevista de 3.537.288 toneladas, lo que supone un rendimiento de 4,5 por hectárea. La cebada, por su parte, se ha cultivado esta campaña en 640.851 hectáreas –con una corrección a la baja de 64.000–, con una producción estimada de 2.819.744 toneladas, un rendimiento de 4,4.

La avena ocupa el tercer lugar entre los cereales más cultivados en Castilla y León con un total de 150.091 hectáreas, un rendimiento previsto de 2,7 toneladas por hectárea y una cosecha total que alcanzará los 405.246. Aunque no suela formar parte de este tipo de estimaciones de cereal, el maíz ocuparía el cuarto lugar en superficie, con 116.772 hectáreas cultivadas y una cosecha estimada de 1.342.878 toneladas –un rendimiento de 11,5 por hectárea–, junto con el cual se elevaría la cosecha total de cereal, si se incluyera el maíz, a 8.483.616 toneladas. En general, la Comunidad se anota uno de los rendimientos más altos, con una media de 4,64 toneladas por hectárea de cereal.

Si se cumplen las previsiones, la cosecha de cereales de la Comunidad será un 18,52% más abundante que la media de los últimos cuatro años (6.024.775 toneladas), aunque hay que precisar que han sido cuatro años atípicos, en los que se ha alternado una de las peores cosechas de las últimas décadas, la del año pasado, con una de las más abundantes, la de 2020, con 8,8 millones de toneladas recogidas.

Con esa aportación del 37,5% del total que se recogerá en España, Castilla y León será de nuevo la primera productora de cereal del país, muy por encima de la segunda del ranking, Castilla-La Mancha, con 3.586.160 toneladas. Le siguen Aragón, con 2.552.745 toneladas y Andalucía, con 1.952.271. En el ámbito nacional, y contando el maíz, Cooperativas Agroalimentarias de España prevé una buena cosecha de 22.526.994 millones de toneladas de cereales, pese a haber perdido casi 400.000 hectáreas comparadas con la media desde 2011.

Buen rendimiento

El Consejo sectorial de Cereales de Cooperativas Agroalimentarias de España analizó el pasado martes esta segunda estimación de cosecha, que estima, en el conjunto nacional, un rendimiento medio de cereales de 4 toneladas por hectárea, un 20% superior a la media de los últimos 5 años y un 6% por encima de la media sin contar con 2023, que fue de mala cosecha.

La recogida esperada, con el análisis de los rendimientos realizados por el Consejo Sectorial de Cereales, superará, como se ha dicho, los 22 millones de toneladas, en 5,6 millones de hectáreas, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa) y las solicitudes de la Política Agraria Común (PAC).

A pesar de la pérdida de superficie cultivada en la última década, «el mejor manejo de los cultivos y el adecuado uso de semilla certificada y granos acondicionados para la siembra, son otra de las razones que, además del clima, han dado como resultado la gran cosecha de cereales 2024», explican desde Cooperativas Agoalimentarias.

Por especies, y en el ámbito nacional, la cosecha estimada se reparte en trigo blando, con 7,2 millones de toneladas (Mt); Durum, con 0,93 Mt; Cebada, con 8,7; Avena, con 1,13 Mt; Centeno, con 0,29 Mt y Triticale, con 0,76 Mt. A ello hay que añadir 3,48 Mt de maíz, debido a la recuperación de la superficie.

El clima tiene un efecto importantísimo en la producción de cereales, señalan desde cooperativas. «Afecta directamente durante el ciclo productivo y determina las condiciones de producción. España es un país de secano, y la temperatura es el factor del clima que más influye en el correcto desarrollo de la planta y formación de los granos en las espigas, y condiciona el rendimiento final del cereal».

Como puede observarse en el climograma del ciclo del cultivo del cereal, durante su desarrollo y en los meses más críticos para el llenado del grano, abril y mayo, no se ha producido estrés hídrico, por lo que el grano en la espiga se ha ido formando sin alteraciones, dando lugar a los buenos rendimientos de esta cosecha 2024.

«Las dos anteriores cosechas han mostrado las dificultades de la producción de cereales y la amenaza del cambio climático, con el aumento de la temperatura, acompañada de sequía, que provocaron duros efectos con una fuerte caída de los rendimientos», añade la entidad.

Los cereales son un pilar fundamental de la agricultura y de la alimentación, a lo largo de los años la mejora genética ha sabido adaptarlos a las necesidades de la producción, apunta el Consejo Sectorial de Cereales. «El clima nos obliga a elaborar estrategias que nos ayuden a reducir su impacto en los rendimientos. El uso de semilla certificada y la colaboración entre los agricultores y sus cooperativas con las empresas de obtención vegetal en grano sostenible, es fundamental para la búsqueda de soluciones y evitar los efectos negativos del cambio climático en los rendimientos».

Precipitaciones

Según el análisis de los representantes del sector en Cooperativas Agroalimentarias de España, la campaña climatológica ha tenido un comportamiento muy adecuado para el desarrollo de los cereales en casi toda España. Las escasas precipitaciones de abril y mayo impidieron alcanzar unos rendimientos similares a los del año 2020 pero, aun así, el rendimiento medio es superior a la media de los últimos cinco años.

El 85% de la superficie dedicada al cultivo del cereal se encuentra en tierras de secano. Según los datos de Aemet, el valor medio nacional de las precipitaciones acumuladas desde el pasado 1 de octubre de 2023 hasta el 21 de mayo de 2024 fue de 534 mm, lo que representa alrededor de un 6% más que el valor normal correspondiente a dicho periodo.

En cuanto a las temperaturas, hasta el momento, se ha comportado de forma adecuada para el ciclo del cereal, evitando que los cultivos sufran estrés hídrico en los meses de abril y mayo, lo que ha favoreció una correcta formación de los granos.

En medio de estas buenas previsiones, el Mapa inició la pasada semana el trámite de audiencia e información pública del proyecto de real decreto para simplificar y flexibilizar la PAC en aspectos como la aplicación de los ecorregímenes y las fotos geoetiquetadas. Esta iniciativa, explicó el Ministerio en un comunicado, forma parte de las 43 medidas «comprometidas por el Gobierno para dar respuesta a las preocupaciones de agricultores y ganaderos».

En concreto, la nueva norma modifica el real decreto de derechos de ayuda básica a la renta para la sostenibilidad, al objeto de revisar las condiciones de acceso a la asignación de derechos a la reserva nacional, así como el acceso al pago complementario a los jóvenes agricultores para casos concretos en los que el beneficiario es una persona jurídica.

En relación con el real decreto sobre gestión y control de la PAC, se establece la voluntariedad en el uso de fotos geoetiquetadas de tal forma que, si el agricultor no las aporta, la administración retirará la solicitud por las superficies afectadas sin penalización o enviará un inspector a campo. Además, se revisan distintos aspectos de los controles en los dos pilares de la PAC (ayudas directas e intervenciones sectoriales y desarrollo rural).

De igual forma, se efectúan cambios en el real decreto de las intervenciones de pagos directos y requisitos comunes del Pepac y la solicitud única, con el objetivo de simplificar y flexibilizar la aplicación de los ecorregímenes. Con ello se busca garantizar que se aplique alguna de las prácticas diseñadas en la mayor superficie agraria posible

En particular, se introducen cambios para facilitar determinadas prácticas de los ecorregímenes de pastos, como la disminución del porcentaje sin segar de la práctica de islas de biodiversidad, así como distintas flexibilidades para mejorar la acogida de la práctica de siega sostenible. De igual forma, se flexibilizan aspectos de la práctica de rotación con especies mejorantes, para lo que se elimina el porcentaje máximo de barbecho y se rebaja el porcentaje exigido de leguminosas en las zonas áridas.

Secano

También se han introducido cambios sustanciales para lograr una mayor acogida de las superficies de secano y secano árido en distintas prácticas, permitiendo el establecimiento de cubiertas en calles alternas, sin que exista un periodo mínimo del año en el que la cubierta debe estar viva sobre el terreno. Por otro lado, se revisan otras cuestiones relacionadas con los requisitos comunes de las ayudas acopladas y se realizan determinados ajustes en las disposiciones financieras, en base a la experiencia adquirida en la gestión y aplicación de las ayudas de la PAC en la campaña 2023.

Por otro lado, se regulan sanciones en el caso de que se hayan cometido incumplimientos, como por ejemplo los requisitos distintos de la subvencionabilidad de las superficies. En tal caso se calcularán las penalizaciones al importe del pago a que tenga derecho el agricultor en caso de reunir las condiciones para dicho pago «según la gravedad, alcance, persistencia, reiteración e intencionalidad del incumplimiento observado». En el caso de incumplimientos referidos a las anotaciones en el cuaderno de explotación, si el titular hace uso del cuaderno digital de explotación agrícola para todas las anotaciones recogidas en el contenido mínimo y lo pone a disposición de la administración, a través del Registro Autonómico de Explotaciones Agrícolas, la cuantía de las penalizaciones se reducirá a la mitad.

Las modificaciones incluidas en este proyecto de real decreto son consecuencia de las modificaciones propuestas en el Plan Estratégico de la PAC (Pepac), negociadas con la Comisión Europea en el diálogo informal, tras ser analizadas por el Comité de Seguimiento del Pepac en su reunión del pasado viernes 21 de junio, según la misma fuente.

Aunque no se espera que la Comisión apruebe el Pepac de manera formal hasta el mes de agosto, el Mapa ha decidido iniciar ahora la audiencia pública para adelantar la tramitación en relación con los años precedentes, de forma que la normativa pueda estar publicada en otoño. Así, «agricultores y ganaderos tendrán una mayor seguridad jurídica de cara al comienzo de la campaña agrícola».

Este nuevo real decreto, que también incluye los ajustes técnicos necesarios tras más de un año de aplicación de la PAC, viene a complementar la modificación del real decreto sobre condicionalidad de la PAC, que ya fue publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el pasado 19 de junio. El procedimiento de consulta pública permanece abierto desde el pasado martes y continuará abierto hasta el próximo 15 de julio.

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