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Impulso a la sanidad animal con un nuevo Plan de gestión del jabalí

Las capturas del suido se duplican en una década hasta superar 60.000 al año en Castilla y León 

Medio Ambiente declara emergencia cinegética en 358 pueblos de cinco provincias

Una manada de jabalíes cruza un camino en una zona boscosa.PQS / CCO

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Valladolid

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Las capturas de jabalíes se han duplicado en diez años hasta superar las 60.000 al año en Castilla y León. La incidencia creciente de este suido silvestre sobre la sanidad animal es un problema que preocupa a los ganaderos, ya que es portador de enfermedades tan graves como la peste porcina africana o la tuberculosis. Por eso el sector ha acogido de buen grado la entrada en vigor del primer Plan de gestión del jabalí de Castilla y León, puesto en marcha por la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio y publicado por el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) el pasado jueves.

Las Organizaciones Profesionales Agrarias (Opas) también celebran la sustanciación de una normativa que llevan demandando desde hace mucho tiempo para controlar la población de este animal. Asaja Castilla y León fue la primera en salir a la palestra para calificar el texto como «un paso importante para frenar el descontrol poblacional de una especie que impacta directamente sobre el sector agrario».

Esa incidencia se evidenció en la misma fecha de entrada en vigor del Plan ya que, en el mismo número del Bocyl del pasado 6 de junio, la misma consejería publicaba otra Orden para declarar la emergencia cinegética —es decir, una preocupante proliferación de animales silvestres— por jabalí y sus hibridaciones, ciervo y gamo en 358 pueblos de cinco provincias de Castilla y León. De ellos, 106 municipios son de Ávila, 7 de León, 9 de Palencia, 223 de Salamanca y 13 de Segovia.

El Plan contempla una serie de medidas para «mantener, con carácter preventivo, las poblaciones de jabalí en unos niveles adecuados, en concordancia con las recomendaciones técnicas y científicas nacionales e internacionales», detalla la norma en su exposición de motivos. Unos niveles dentro de unos umbrales definidos «en términos de proactividad y de prevención de perjuicios importantes a los cultivos, al ganado, a los bosques, a la fauna terrestre y de conservación de los hábitats».

Las acciones concretas que contempla el plan en relación con los planes cinegéticos comienzan con la posibilidad de contemplar cualquiera de las modalidades de caza mayor de las recogidas en el Anexo III de la Ley 4/2021, de 1 de julio, es decir, tanto la montería como el gancho, el rececho, el aguardo o espera, al salto o en mano. Por otro lado, el plan contempla que el hábitat apto para el jabalí se corresponde con la totalidad de la superficie del terreno cinegético. Otros extremos del Plan es que no se establecerá superficie mínima exigible para el desarrollo de monterías y ganchos, y además no se establecerá limitación para la repetición de monterías y ganchos en las mismas manchas a lo largo de la temporada cinegética.

Por razones seguridad y de compatibilidad con otros usos del territorio, especifica la Orden de la Administración autonómica, las modalidades de al salto o en mano sobre el jabalí podrán practicarse los jueves, sábados, domingos y festivos nacionales y autonómicos del periodo comprendido entre el cuarto domingo de septiembre y el cuarto domingo de febrero del año siguiente.

En cuanto a las acciones en relación con la acción de caza, al objeto de incrementar la eficacia de los aguardos o esperas y de las monterías y ganchos, se permite el uso de cámaras fototrampeo en relación con la caza sostenible y con los controles poblacionales. Para incrementar la eficacia tanto de los aguardos o esperas como de las monterías y ganchos en los terrenos cinegéticos de la Comunidad de Castilla y León, se permite el aporte de alimentación suplementaria bajo una serie de premisas:

Por otro lado se contemplan acciones en relación con la prevención de daños. Para de prevenir perjuicios a los cultivos, al ganado y a los bosques, así como para proteger la flora y la fauna silvestres y los hábitats naturales, previa autorización del titular cinegético o, en el caso de terrenos no cinegéticos, previa autorización de sus propietarios, se podrán desarrollar actividades de tránsito de perros atraillados en cualquier época del año, «no entendiéndose que las mismas supongan molestia o inquietud intencionada a los animales silvestres en los términos contemplados en los artículos 54, 61 y otros de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre», apunta la orden de aprobación del Plan.

INVERSIÓN

Agricultores, ganaderos y sus organizaciones profesionales han acogido de buen grado el Plan de gestión del Jabalí. La primera Opa en comparecer para valorar el plan fue Asaja, para quien la estrategia es «un paso importante para frenar el descontrol de poblacional de una especie que impacta directamente sobre el sector agrario». Y es que esta organización señala que a los daños visibles hay que sumar otros «aún más peligrosos, que afectan a la sanidad ganadera».

El Plan de gestión del jabalí es, subraya Asaja, una normativa reclamada por las organizaciones profesionales agrarias que supone «un importante paso adelante para el control de una especie que ya es plaga en buena parte de la Comunidad Autónoma y que impacta directamente sobre el sector agrario y ganadero».

Desde hace más de dos años el sector ha trabajado intensamente con la Consejería de Medio Ambiente y la Consejería de Agricultura y Ganadería, continúa detallando Asaja, para «cuajar este marco normativo, imprescindible para que desde la Administración se permitan y propicien medidas concretas y eficaces para frenar la sobrepoblación de jabalíes». Como dato orientativo de su «penetración absoluta», la organización menciona algunos datos, como que las capturas en los cotos se han duplicado en la última década, superando los 50.000 cada año, cifras a las que hay que añadir otros aproximadamente 12.000 capturados por controles poblacionales extraordinarios, que se aplican cuando el número de ejemplares es ingobernable. «Igualmente, estas capturas en controles poblacionales han experimentado un incremento de cerca del 200% en los últimos seis años», añade.

El jabalí representa hoy «un peligro cierto» para la sociedad en general, visible especialmente en el incremento de accidentes de tráfico por su causa. Y además «impacta de lleno sobre el sector agrario y ganadero, que soporta daños materiales, que son visibles y notorios, insoportables para algunas zonas y cultivos, pero también daños no visibles, todavía más graves, como son los sanitarios», subraya Donaciano Dujo, presidente de Asaja Castilla y León.

En agricultura, los daños más representativos se producen en el cereal y el maíz. «Es precisamente en este mes de junio cuando los agricultores solicitan el 50% de los controles por daños al cereal de toda la temporada, y en el caso del maíz la mayor parte de las solicitudes se concentran en abril y mayo», detallan en la Opa.

Respecto al asunto sanitario, los jabalíes actúan como vector transmisor de numerosas enfermedades que afectan a la ganadería extensiva, vital en la región y especialmente en provincias como Salamanca o Ávila. El jabalí es transmisor de tuberculosis, como es conocido, pero también de otras, como la enfermedad de Aujeszky, la fiebre aftosa, la brucelosis… y especialmente la peste porcina, tanto la clásica como la africana, esta última con una mortalidad casi del cien por cien. «Esto entraña un riesgo preocupante para Castilla y León, comunidad puntera en la producción porcina», subrayan desde Asaja.

Así pues, la Opa «valora positivamente la aprobación de este Plan de gestión del jabalí», sobre el que «debe pivotar una actuación decidida de la Junta para controlar el avance de unas poblaciones que son ya hoy riesgo cierto para la seguridad y para la sanidad del sector agrario y ganadero, y de la sociedad en su conjunto».

Por otra parte, Asaja pone de manifiesto, en cuanto a la declaración de zonas de emergencia cinegética, que se trata del segundo año en el que se hace uso de esta herramienta introducida en la nueva Ley de Caza de 2021, herramienta reclamada también desde Asaja, porque «permite un control más riguroso de estas poblaciones en una serie de municipios particularmente afectados por la proliferación de fauna», concluye.

SITUACIÓN

El Plan de gestión del jabalí parte de un detallado análisis de la situación de la especie en Castilla y León. En cuanto a la evaluación de los indicadores para toda la Comunidad Autónoma vinculados a la caza sostenible, a los daños y riesgos sanitarios y a los factores de mortalidad, apuntan en que en cuanto a la caza, la provincia de Salamanca es la que presenta mayores densidades de capturas tanto en cotos de caza como en su única reserva regional de caza. Si se compara la diferencia de capturas por unidad de superficie entre los cotos de caza y las reservas regionales de caza destacan las provincias de Ávila y León con más de 0,5 jabalíes de diferencia por cada 100 hectáreas a favor de los cotos de caza. Por otro lado, la provincia de Valladolid es la que presenta un mayor incremento de capturas en cotos de caza.

> ÁVILA. Las capturas declaradas en los cotos de caza de la provincia de Ávila han experimentado un crecimiento en diez temporadas cinegéticas, entre la 2011-2012 y la 2020-2021 de 2.442 individuos a a 6.047, lo que supone un repunte del 147,6%, detalla el informe que justifica las medidas del Plan. A lo largo de las últimas cinco temporadas las capturas se han mantenido más o menos estables. La densidad de capturas de la provincia por cada 100 hectáreas cinegéticas es de 0,81. La comarca de Arenas de San Pedro está a la cabeza de la Comunidad en densidad, con 2,705 capturas por cada 100 hectáreas

> BURGOS. Las capturas en los cotos de caza de la provincia se han incrementado un 93% en los diez años analizados, al pasar de 3.940 individuos en la temporada 2011-2012 a a 7.606 en la temporada 2020-2021. A lo largo de las últimas cinco temporadas la tendencia ha sido a la baja. La densidad de capturas de la provincia por cada 100 hectáreas cinegéticas es de 0,482.

> LEÓN. Las capturas en la provincia leonesa crecieron un 140,3% en la década, de los 3.862 individuos abatidos en 2011-2012 a los 9.280 de la temporada 2020-2021. A lo largo de las últimas cinco temporadas el crecimiento porcentual ha sido del 77%. Teniendo en cuenta esas cinco últimas temporadas, la densidad de capturas por cada cien hectáreas ha alcanzado las 0,714.

> PALENCIA. Las capturas declaradas en las zonas de caza crecieron un 73% en diez años, pasando de 950 a 1.644 en las temporadas del estudio. A lo largo de las cinco últimas el repunte fue del 24,7%, con una densidad de capturas de 0,21 individuos por cada 100 hectáreas. La comarca del Alto Pisuerga es la que más densidad registra con 0,454.

> SALAMANCA. El número de animales capturados se disparó en la década objeto del informe un 365,4%, desde los 2.534 individuos de la temporada 2011-2012 a los 11.835 de la temporada 2020-2021. En las últimas cinco temporadas las capturas han subido el 57,4%, con una densidad de capturas en la provincia de casi un individuo (0,994) por cada cien hectáreas. Tiene la segunda comarca de la Comunidad con mayor densidad, La Alberca, donde se cazaron 2,685 jabalíes por cada cien hectáreas.

> SEGOVIA. Las capturas declaradas también se dispararon en la provincia segoviana, concretamente un 302,8% en las diez temporadas del informe, al pasar de 823 individuos a 3.315. En las últimas cinco temporadas el incremento alcanzó el 86,3%, con una densidad de capturas por cada cien hectáreas de 0,353. La comarca de Riaza encabeza la tabla con 0,677 capturas, y la de Cuéllar está a la cola con 0,055.

> SORIA. Las capturas en los cotos de caza de la provincia se mantuvieron más o menos constantes en las diez temporadas del informe, con una media de 4.300 capturas por temporada y una reducción en la última temporada del 14% respecto a la media. En las últimas cinco temporadas, se redujeron un 3,5%. La densidad de capturas por cada cien hectáreas es de 0,385.

> VALLADOLID. Las capturas declaradas en los cotos de caza de la provincia aumentaron significativamente en las diez temporadas, un 189,6% desde los 772 individuos de la temporada 2011-2012 a las 2.236 de la 2020-2021. A lo largo de las últimas cinco temporadas las capturas se dispararon un 238,8%, hasta alcanzar una densidad de capturas de 0,122 por cada 100 hectáreas, a la cola de todas las provincias.

> ZAMORA. Las capturas repuntaron en la provincia zamorana un 198,1% de los 2.316 individuos abatidos en la temporada 2011-2012 a los 6.905 de la 2020-2021. En el último lustro las capturas se redujeron porcentualmente, sin embargo, un -57,4%. En cuanto a la densidad de capturas por cada 100 hectáreas, la media de la provincia es de 0,422, con la comarca de Benavente a la cabeza (0,784) y la de Mombuey a la cola, con 0,207.