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La CHD ultima con las juntas de explotación la ruta de la campaña

Las reuniones concluyen mañana con las del Esla-Valderaduey, Órbigo y Tuerto, y Tera, para analizar el estado de las reservas en los embalses y estimar las dotaciones máximas de agua para el riego

Riego por aspersión mediante un pívot en una explotación agrícola.PXB / CCO

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Valladolid

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La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), ultima ya la ronda de reuniones de las juntas de explotación que se iniciaron el pasado miércoles, 13 de marzo, de cara a la campaña de riego 2024. Los únicos sistemas que quedan por consultar son los de Carrión y Pisuerga, que celebrarán hoy su junta de explotación, y los de Esla-Valderaduey, Órbigo y Tuerto, y Tera, cuya reunión será la última y se celebrará mañana martes, 19 de marzo. Ya han sido consultadas las juntas de explotación de los sistemas Alto Duero y Riaza, el 13 de marzo; las del Tormes y Águeda, el 14 de marzo y la del sistema Adaja, el pasado viernes, 15 de marzo.

Estos encuentros tienen como objetivo analizar el estado de las reservas en los embalses de cada sistema para adoptar una propuesta de volumen mínimo de embalse a conservar al final de la campaña, y, a partir de ese valor, estimar las dotaciones orientativas máximas de agua para cada uno de ellos, en función de la disponibilidad de agua, según explicó el organismo autónomo adscrito al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco). Las propuestas que se determinen según el resultado de cada uno de los contactos se elevarán posteriormente a la Comisión de Desembalse.

«Como en años anteriores, en aquellos sistemas cuyos embalses se encuentran en situaciones más comprometidas, dichas dotaciones podrán ser objeto de revisión durante la primavera, en función de la climatología», aclaró la Confederación en una nota de prensa. En estos momentos, los embalses gestionados por la CHD se encuentran al 76,4% de su capacidad total, con datos actualizados a 15 de marzo, con 2.179,8 hectómetros cúbicos de agua almacenados, un punto más que hace un año (75,4%), y medio punto por encima de la media de la última década (75,9%).

Con estos valores de reserva, la situación de la campaña de riego, en términos generales en la cuenca del Duero, «se presenta muy favorable», aseguró el organismo gestor. «Aunque las últimas semanas del invierno están siendo muy favorables, nunca debe olvidarse el importante papel que juega la climatología durante la primavera para el desarrollo de la campaña de riego», advierte la entidad. El sistema Pisuerga–Bajo Duero es el único que, aunque presenta un mejor estado respecto al año pasado, «no tiene garantizada, en este momento, una dotación que le permita desarrollar una campaña de riego normal».

Fenómenos

En todo caso, añade la CHD, el actual marco climatológico «obliga a ser conscientes de la cada vez más frecuente aparición de circunstancias climatológicas extremas durante la primavera y el verano». Como ejemplo más reciente se puede hablar del pasado año 2023, donde un periodo extremadamente seco entre marzo, abril y parte de mayo, motivó que fueran precisos unos consumos de agua en regadío muy importantes para esas fechas, lo que vino a complicar el desarrollo de la campaña, aunque las lluvias de junio y septiembre ofrecieron el margen de maniobra necesario para concluir esa campaña 2023 cumpliendo los objetivos que se habían determinado.

Como viene siendo habitual durante el desarrollo de cada campaña de riego, el Organismo de cuenca «mantendrá de nuevo este año un contacto estrecho y directo con los usuarios del agua en los diferentes sistemas de explotación», concluyó.

Por otro lado, La Confederación Hidrográfica del Duero acaba de licitar por 1,2 millones de euros el Programa de Intervención Medioambiental en cauces, canales y presas de la cuenca del Duero, según publicó el pasado miércoles el Boletín Oficial del Estado (BOE). La duración del contrato se prolongará dos años.

Los trabajos a realizar por parte del adjudicatario se clasificarán en tratamientos selvícolas sobre la vegetación; plantaciones de vegetación de ribera con especies autóctonas; acondicionamiento y limpieza de arroyos, desagües y accesos a piezómetros; y acondicionamiento de mobiliario, según explicó la CHD en una nota de prensa.

Las actuaciones englobadas en los tratamientos selvícolas sobre la vegetación incluidas en el pliego son el apeo de árboles de grandes dimensiones en mal estado, el destoconado de árboles cortados, el desbroce manual y mecanizado de la vegetación, la poda, clareo y acordonado de residuos, y la gestión de residuos vegetales.

Tanto los cauces naturales, como en muchas ocasiones los canales de riego se caracterizan por presentar en sus márgenes y zonas aledañas especies herbáceas, arbustivas y arbóreas de ribera, que se han ido asentando en estos lugares de forma espontánea o como fruto de tratamientos selvícolas, plantaciones, etcétera.

Con el paso del tiempo, el vigor de la vegetación hace que en algunas localizaciones o tramos determinados no gocen de un adecuado estado sanitario, por lo que se hace necesario una intervención, mejorando con ello los ecosistemas.

En relación con las plantaciones, la inexistencia de vegetación en zonas de ribera genera dificultades para el desarrollo y expansión de fauna y flora, que utilizan los corredores fluviales para su pervivencia. De cara a potenciar la conexión de los bosques de ribera, se planteará el desarrollo de plantaciones de especies autóctonas en varios tramos desprovistos de ellas.

El número de ejemplares que compondrán las plantaciones se estima en 100.000 plantas, repartidas en diferentes especies entre arbóreas y arbustos, siendo el número total de árboles alrededor del 70% del total y las arbustivas del 30%.