Diario de Valladolid

Mundo Agrario

Cambio de ciclo en el porcino

La exportación superó los 1.200 millones y la producción las 630.000 toneladas en Castilla y León, que cuenta con el 13% del censo y el 11% de las explotaciones del país

Cuatro lechones juegan en el cebadero de una explotación porcina. PQS / CCO

Cuatro lechones juegan en el cebadero de una explotación porcina. PQS / CCO

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Santiago G. del Campo
Valladolid

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Año de repunte para el sector del porcino, recién conocidos los datos globales del cierre del ejercicio 2023. La exportación superó los 1.200 millones de euros y la producción las 630.000 toneladas en Castilla y León, que cuenta con el 13% del censo nacional y el 11% de las explotaciones del país. No en vano es la tercera Comunidad en el ranking nacional de esta ganadería, solo por detrás de Aragón y Cataluña.

Son datos que se extraen del informe presentado hace pocos días por la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (Interporc), entidad que señaló esta ganadería como «resiliente, competitiva y líder, que antepone el valor antes que el volumen». Y es que el resultado económico fue mejor pese a una ligera bajada de producción del -2,9% en la producción de carne en España, y del -1,95 en el censo de animales. Así, mientras Castilla y León en 2022 alcanzaba un número de cabezas en su cabaña de algo más de 4,43 millones de animales, entre 34,08 millones del conjunto de país, en el recién cerrado 2023 la cifra solo alcanza los 4 millones entre los 30,06 del conjunto nacional.

Según los datos de Interporc para el conjunto del estado, 2023 confirma un cambio de ciclo iniciado en 2022 para el sector porcino de capa blanca «en el que priman los valores sociales y medioambientales, así como la seguridad alimentaria. Como resultado el sector genera más valor económico, social y medioambiental», según explicó Alberto Herranz, director de Interporc, en una rueda de prensa en la que detalló los resultados del sector porcino de capa blanca en 2023.

Los datos, aseguró, «dibujan un escenario de evolución sectorial tras una década de gran crecimiento impulsada por la competitividad de empresas y personas, así como la calidad de los productos». Ahora, la nueva radiografía del porcino es la de «un sector resiliente y competitivo que compatibiliza objetivos de valor y volumen». El censo ganadero porcino se situó en toda España en 30,06 millones de animales, lo que supone ese ligero descenso respecto al año anterior (-1,9%); y la producción de carne alcanzó los 4,88 millones de toneladas (-2,9%).

Los resultados «confirman ese proceso de adaptación de la estructura productiva del sector ya iniciado en el año 2022, e indican la apuesta por la eficiencia productiva a través de proyectos de economía circular; sostenibilidad; bioseguridad; bienestar animal; o seguridad alimentaria en toda la cadena», añadió Herranz.

En cuanto a los resultados de las exportaciones el director Internacional de Interporc, Daniel de Miguel, explicó que el sector superó por primera vez en 2023 la barrera de los 9.000 millones de euros. En total, vendió fuera de las fronteras 2,8 millones de toneladas de carne y productos porcinos (-4,4%), por un valor de 9.030 millones de euros (+9,1%). Lo cual indica que, a pesar de la ligera reducción en volumen, ha habido un incremento del valor exportado.

El impacto positivo se dejó notar claramente en el saldo comercial exterior, que creció un 8,9% hasta situarse en 8.409,7 millones de euros. Con ello, «el porcino se mantiene como el sector con el saldo comercial más importante del sistema agroalimentario y se afianza en su condición de un sector estratégico para la economía española», apuntan fuentes de Interporc.

Para Herranz, estos datos demuestran que el sector porcino «trabaja con convicción en la construcción de sólidos cimientos de futuro mediante producciones sostenibles que se anticipan a las demandas de los consumidores actuales en bienestar animal y protección medioambiental». Gracias a eso, el balance de 2023 confirma que «seguimos siendo competitivos y seguimos generamos valor. Ese es el mapa del nuevo escenario en el que nos encontramos», concluyó.

El peso de Castilla y León en el sector se demuestra también en los datos de la encuesta de sacrificio en mataderos, de la que se deduce un número de cabezas sacrificadas en la Comunidad de más de más de 6,4 millones de cabezas, el 12,07% de los 53,12 millones de cerdos y tostones sacrificados en el ejercicio 2023.

El inicio de este cambio de ciclo en el porcino arrojó las primeras señales en el ejercicio anterior, 2022, cuando los datos de la encuesta de sacrificio de ganado del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa) situaron la producción de carne de cerdo en España, por primera vez en la década, en descenso. 

El número de animales sacrificados alcanzó en ese ejercicio la cifra de 56,6 millones en el conjunto de los mataderos de España y unos 5 millones de toneladas de carne producida, cifras que mantuvieron al país, no obstante, en la primera posición de la Unión Europea y tercera posición mundial, solo por detrás de China y Estados Unidos. En 2022 la producción descendió en torno a un 2,2% en toneladas y un 2,9% en número de cabezas, invirtiendo la tendencia alcista del año anterior, según explica el informe realizado por la Subdirección General de Producciones Ganaderas y Cinegéticas de la Dirección General de Producciones y Mercados Agrarios.

Aun así, dentro de la Unión Europea, España se mantiene en primera posición, con un 23,9% de la producción comunitaria, superando a Alemania, que se mantiene en segundo lugar con un 19,9% de la producción de la UE. La importancia de la producción española en el conjunto de la UE se ha ido incrementando durante las últimas campañas, puesto que hace solo 6 años la producción española apenas alcanzaba el 18% del total de la UE, como consecuencia del espectacular desarrollo del sector en España, claramente por encima de la media de la UE. Si en ese tiempo la producción de carne en la UE ascendió ligeramente, un 0,3%, la producción en España creció casi un 24%, lo que da una idea del enorme crecimiento que ha experimentado el sector a nivel nacional.

En cuanto al censo, España se sitúa en tercer lugar a nivel mundial desde que en 2015 superó a Alemania en población porcina. La evolución del censo a lo largo de los últimos años ha sido muy similar a la producción de carne, con un notable incremento durante los últimos 6 ejercicios —pese al ligero descenso de los últimos dos—, que ha permitido alcanzar cifras récord en cada uno de los últimos años. 

CENSO

La cabaña porcina se mantuvo estable en torno a los 25-26 millones de cabezas durante el periodo 2007-2013, para incrementarse posteriormente por encima del millón de cabezas en 2014 (+4,15%) y, especialmente, en 2015, cuando el incremento se situó en torno al 6,7% y los 1,8 millones de cabezas. Sin embargo, durante el año 2022, los datos muestran un ligero descenso, del 1,1% (de 34,45 millones a 34,08), aunque variable entre las diferentes categorías de animales, y en 2023 del mencionado 1,9% (hasta los 30,06).

El cuanto a la evolución en Castilla y León, en el periodo 2008-2015 contó con una cabaña de entre 3,69 y 3,32 millones de cabezas, pero en el ejercicio siguiente comenzó a crecer, con 3,9 millones en 2016 hasta los 4,56 millones de 2021, la cifra récord en los registros. Ya en 2022 se notó un leve descenso del 2,9% hasta los 4,43 millones, lo que supone 1,8 puntos más que la media del país.

En cuanto al número de explotaciones, Castilla y León contaba con 7.912 a 1 de enero de 2023, lo que supone el 11,22% de las 70.544 que contabilizaba el conjunto de España. De ellas, 1.268 estaban en régimen extensivo; 6.342 en régimen intensivo y las 302 restantes en régimen mixto. En el conjunto nacional las cifras son 14.687, 54.714 y 1.143 respectivamente.

Precisamente en lo que se refiere al número de granjas, tal y como explica el informe de Producciones Ganaderas, el sector ha experimentado una considerable reestructuración durante los últimos años, con un notable descenso en el número total de granjas durante la última década, centrado en las explotaciones de menor tamaño. 

La reducción del número de explotaciones se ha limitado a las más pequeñas, cuyo número bajó drásticamente a lo largo de la última década, cerca de un 24% en el caso de las explotaciones reducidas. En paralelo, las explotaciones de mayor tamaño se han incrementado notablemente en este periodo, especialmente las más grandes, que se han incrementado más de un 6% en estos 10 últimos años.

Sin embargo, el incremento productivo de los últimos años ha provocado cambios puntuales en esta tendencia general, con subidas en el número total de granjas en algunos ejercicios. A lo largo de 2022, ese número se mantuvo estable, con un ligero descenso del -1,7%, puesto que el descenso de granjas de pequeño tamaño (reducidas, -8%) compensó en buena medida el aumento del número de granjas de otras categorías.

Por otro lado, el comportamiento de los precios durante 2023 fue irregular, según el balance de Asaja Castilla y León. Los precios del porcino blanco comenzaron el año en 2 euros por kilo de canal, bastante superiores a los de 2022. Este valor se fue incrementando hasta el mes de abril, cuando se mantuvo con pequeñas variaciones rondando los 2,43 euros por kilo. El máximo del año se alcanzó en abril, llegando a precios de casi 2,50 euros por kilo. Desde finales de julio la tendencia fue a la baja, y más acusada que en el periodo anterior, registrándose en noviembre precios de 1,98 euros por kilo, un 1,59% por debajo de los percibidos en las mismas fechas de 2022. 

IBÉRICO

En cuanto al cerdo ibérico en Castilla y León, según el mismo informe de Asaja, empezó el año en torno a 2,30 euros por kilo vivo, que era un 3,17% superior al del año anterior. Los precios disminuyeron hasta marzo, alcanzando los 2,24 euros por kilo vivo, pero al contrario que en el periodo anterior, subieron durante los meses de abril-junio, alcanzando el pico máximo en junio con 2,39 euros, un 4,40% más que en 2022 y bajaron acusadamente durante julio-agosto hasta alcanzar los 2,24 euros. Desde entonces hasta final de año se mantuvieron estables. En noviembre el cerdo ibérico se cotizó a 2,16 euros por kilo vivo, una cifra baja si se compara con los 2,41 euros que se pagaban en el mismo mes del año anterior.

La interprofesional, Interporc, ha informado de que trabaja en el diseño de una ‘hoja de ruta’ que marque el camino de la sostenibilidad medioambiental del sector porcino de capa blanca en los próximos años. «El éxito alcanzado en los últimos 30 años por el sector porcino de capa blanca en la reducción de su huella medioambiental es incuestionable», aseguran desde la organización. «Frente a bulos y medias verdades sin contrastar que utilizan algunos grupos en contra de la carne, los datos oficiales muestran una verdad que dibuja un sector, unas empresas y unos profesionales preocupados por la mejora continua de los procesos de producción. Una preocupación y una profesionalidad que ha permitido alcanzar resultados notables en materia medioambiental en el conjunto de la cadena de valor porcina».

El sector ha trabajado intensamente «en la eficiencia de uso de los recursos naturales como el agua, en la composición de piensos, en el empleo de energía, en la valorización de subproductos como los purines o en la gestión logística de movimientos de animales y carne». Eso se ha traducido, asegura la interprofesional, en éxitos como la reducción, entre 1990 y 2021, del 30% en el uso de agua por kilo de carne producido.

Además, según se puede extraer de los datos del Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero y del Inventario Nacional de Contaminantes Atmosféricos (1990-2021), recién publicados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) y analizados por Interporc, «las emisiones de amoniaco han bajado un 34,8% y las emisiones GEI (Gases de Efecto Invernadero) por cabeza de ganado un 43,9%».

De ese mismo informe se puede extraer el que «quizá sea el dato que mejor refleja la situación real en el apartado medioambiental del sector porcino: que solo es responsable del 2,43% del total gases emitidos en España», asegura la misma fuente. Esa cifra está «muy alejada de la que se suele atribuir al sector y, sobre todo, alejadísima de los porcentajes de dos cifras que corresponden a otros sectores de actividad».

SOSTENIBILIDAD

El sector se plantea esa ‘hoja de ruta’ para mejorar la sostenibilidad aun cuando «es innegable que la situación es mucho mejor de la que se quiere dar a entender en algunos foros, pero también es preciso entender que en este tema no se puede parar». Por ello, Interporc está trabajando en esa estrategia específica «que marque el camino de la mejora continua en materia medioambiental».

Se trata de un análisis que aporte a las empresas porcinas la ayuda y la información que precisan para seguir alcanzando hitos en su objetivo de eficiencia y reducción de la huella ambiental en todos los eslabones de la cadena. «Y, lo que es casi igual de importante, también incluirá cómo monitorizar dichos avances, de manera que en todo momento se pueden tomar las mejores decisiones direccionadas a la consecución de los objetivos marcados».

El trabajo se estructura en cuatro grandes áreas. En primer lugar, el cambio climático, donde se agrupan las estrategias para reducir los gases de efecto invernadero, la huella de carbono y la huella ambiental, trabajar los sumideros de carbono, etcétera. Por otro lado, la calidad del aire, donde se trabajará en la medición y reducción de emisiones de amoniaco. 

El tercer gran apartado será la economía circular, que abarcará la circularidad en la cadena de valor, los purines, los lodos, la alimentación de los animales, los subproductos de origen animal no destinados al consumo humano, el biogás, las calderas de biomasa en granjas e industrias, alternativas a los plásticos, la gestión de otros residuos sólidos y la medición de los procesos de valorización, entre otros aspectos. Por último, otro eje será la gestión del agua, con actuaciones sobre el consumo en la cadena de valor y la reducción de los impactos.

«El sector porcino de capa blanca ha integrado la sostenibilidad medioambiental en su ADN y se ha autoexigido la excelencia medioambiental», apuntan fuentes de la interpofesional Interporc. «En esta línea, el sector porcino de capa blanca continúa trabajando para seguir dando respuesta a las crecientes exigencias legislativas y sociales en esta materia», concluyen desde la interprofesional del porcino.

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