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Las lluvias retrasan una cosecha "muy aceptable" del girasol

El sector espera unos rendimientos de entre los 1.000 y los 1.500 kilos por hectárea; el año pasado se quedaron en una media de 800

El sector calcula un rendimiento superior a la media, entre los 1.000 y los 1.500 kilos por hectárea dependiendo de zonas. / HDS

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Irene Llorente Yoldi

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Las lluvias del mes de septiembre han retrasado el inicio de la cosecha del girasol en Castilla y León, la Comunidad con más superficie productora, 365.777 hectáreas, aunque el sector las recibe de buena gana para preparar la semenetera de otros cultivos. Además, las previsiones de la recolección de esta campaña son "muy aceptables", ya que se espera mejorar los datos de una campaña media, con rendimientos que podrían oscilar entre los 1.000 y los 1.500 kilos por hectárea. Pero los precios, sobre los 400 euros la tonelada, siguen sin acompañar a los productores, muy por debajo de los costes que tienen y que no hacen "rentables las explotaciones". 

El presidente de Asaja Soria, Donaciano Dujo, reconoce que los agricultores podrían llevar ya quince o veinte días cosechando en las zonas más adelantadas de la Comunidad si hubiera sido una temporada habitual, pero las precipitaciones han obligado a aplazar la siega hasta que se normalice la meteorología, si bien insiste en que estas lluvias en su conjunto son mucho más beneficiosas para el campo que el retraso que puedan ocasionar en la cosecha porque se puede ir preparando la sementera de la campaña próxima y además habrá pastos para los animales. Sólo hay que esperar a que se le vaya la humedad a la torta. 

Ahora mismo, los avances de producción de la Consejería de Agricultura y Ganadería a 31 de agosto, calculan 460.805 toneladas en las 365.777 hectáreas sembradas, de modo que sale un rendimiento medio de 1.250 kilos por hectárea. Pero hay que tener en cuenta la extensión de la Comunidad y la gran variación entre provincias por su agronomía pero también por la pluviometría registrada este año con unas zonas muy beneficiadas por las precipitaciones de mayo y junio y otras menos. El año pasado los rendimientos fueron de 850 kilos por hectárea, según los resultados de la Consejería. 

Así, Valladolid ya ha arrancado este fin de semana con la recogida del girasol, aunque a los campos de Soria les quedan todavía dos semanas. "Tenemos ahora más de un mes por delante de trabajo, una vez se vaya asentando el tiempo. Y el momento álgido será para la semana del Pilar" , añade Dujo.

Cree que este año se va a superar la producción media, que suele rondar los 800 kilos por hectárea, pero no sirve para compensar la catastrófica cosecha de cereales precisamente porque la superficie de girasol es muy inferior a la del trigo o la cebada.

Lamenta que los precios no sean los que esperaban, porque han bajado más de lo que es lógico. "Estamos en la misma línea que en los cereales; así no podemos hacer nuestras explotaciones rentables" . Desconfía de que mejore la situación tras la mala campaña de girasol en Andalucía, la segunda Comunidad que más superficie posee de esta oleaginosa: "La historia nos dice que cuando le toda la cosecha a Castilla y León los precios bajan. No vemos visos de que puedan repuntar".

Para el coordinador regional de la Unión de Campesinos de Castilla y León, Jesús Manuel González Palacín, "en términos generales" la producción de girasol va "bastante bien" y adelanta que estará por encima de la media, siempre teniendo en cuenta que se han beneficiado más las zonas donde ha llovido más. Porque allá donde no llovió tanto en junio sí que han tenido problemas de nascencia y peor desarrollo de la planta. " No es un año excepcional, pero por lo menos vamos a tener mejores resultados que con otros cultivos como los herbáceos cuya cosecha ha sido una desgracia", añade. Lo que sí que espera es que los precios acompañen.

Para el coordinador de COAG Castilla y León, Lorenzo Rivera, la cosecha del girasol va a ser "muy desigual" precisamente por las precipitaciones, pero sí que cree que va a ser "aceptable". "Hay girasoles que se sembraron a últimos de marzo y abril y al final han resultado los que mejor aprovecharon las lluvias del mes de junio, dado que esos 20 días de humedad les vino muy bien". En este sentido, calcula que la producción se situará entre los 1.000 y los 1.500 kilos por hectárea, pero también le consta que hay zonas "muy malas", donde no llegarán ni a los 500 kilos por hectárea. «Los que consiguieron buena nascencia son los que tendrán unos rendimientos más aceptables y también los que están en regadío cuando cambiaron el girasol por el maíz debido a que para este cultivo no había suficiente agua». Aún así, señala que tampoco han ayudado las olas de calor del mes de agosto: "41 grados no son buenos para la planta". 

El secretario general de UPA Castilla y León, Aurelio González, también cree que va a ser una campaña "muy irregular" por las lluvias de primavera con zonas con mala nascencia porque sembraron tarde, y hay parcelas «raras» con poca planta, pero hubo otras donde las tormentas beneficiaron la nascencia. 

Ahora se empieza a cosechar en Valladolid o Arévalo y se irán extendiendo a finales de este mes a otros territorios para arrancar ya en octubre en Burgos y Soria, las más tardías. 

Además, le consta que las lluvias de septiembre le han venido bien para llenar la pipa en alguna zona que va con más retraso. En el resto lo único que hacen estas aguas es aplazar la campaña, pero salvo que llueva en exceso no le perjudica "nada en absoluto".

A su juicio, «parece un año decente de girasol, más aún después de un año horrible de cereales», y está convencido de que las cifras de esta temporada van a provocar que se apueste más por este cultivo, sobre todo teniendo en cuenta los costes: "El girasol conlleva menos gastos, de modo que está resultando atractivo para el sector; más aún si viene un año decente ".

Desconoce cómo se ubicarán los precios. "Ahora mismo con la campaña del sur tan mala no parece que vayan a estar mal, pero habrá que esperar cómo inician el mercado las grandes cooperativas de la zona norte", porque denuncia que en Andalucía han tenido nuevamente un "carácter especulativo".