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El campo exige a Bruselas una ‘agenda ibérica’ por el clima

Sindicatos agrarios de España y Portugal rubrican una lista de peticiones por la Presidencia española de la UE, que se unen a las planteadas al encuentro de ministros de Medio Ambiente en Valladolid

Un agricultor sostiene un plantón entre sus manos en un día de lluvia. PQS / CCO

Publicado por
Santiago G. del Campo
Valladolid

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Las Organizaciones Profesionales Agrarias (Opas) pidieron a los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea sensatez y buen juicio con motivo del encuentro informal que mantuvieron desde el pasado lunes hasta el miércoles en Valladolid, en uno de los primeros eventos de la Presidencia española de la UE. Hacer compatibles los requisitos medioambientales con las necesidades productivas de la agricultura y la ganadería; rebajar las restricciones en las cuencas hidrográficas, construir más infraestructuras de almacenaje de agua y de modernización de regadíos fueron algunos de los asuntos que demandaron Asaja Castilla y León, la Alianza UPA-Coag y UCCL.

Algunos días antes habían elaborado una lista similar dos sindicatos de España y Portugal, para pedir la puesta en marcha de una ‘agenda ibérica’ del cambio climático , también con motivo de la Presidencia española en la UE. Se trataba de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag) y la Confederação Nacional da Agricultura (CNA) de Portugal, que mantuvieron un encuentro en Madrid para definir las prioridades agrarias en ese periodo de oportunidad. 

Ambas organizaciones coincidieron en la necesidad de reclamar en Bruselas una agenda ibérica para afrontar los efectos del cambio climático en las explotaciones agrarias de España y Portugal , y por ello exigen que los fondos deben llegar rápidamente a los agricultores, en particular a los de pequeña y mediana dimensión. 

Además, demandan que la Presidencia española de la UE se fije como prioridad la incorporación de jóvenes al sector agrario. «Es vital y estratégico potenciar el relevo generacional en el campo para garantizar una producción sostenible de alimentos y el desarrollo económico, social y medioambiental del medio rural», subrayaron. 

Coag y CNA suscribieron un Manifiesto en defensa del modelo de agricultura familiar, social y profesional de España y Portugal, en el que consideran a la agricultura, la ganadería y la alimentación como elementos estratégicos, tanto desde el punto de vista económico como social y ambiental, así como para garantizar la seguridad alimentaria en nuestros países y en Europa, « algo que se ha demostrado con la pandemia Covid-19», apunta el manifiesto. «Hasta ahora, con muchos esfuerzos de los productores, el aprovisionamiento de productos agroalimentarios se ha mantenido estable, pese a perturbaciones como la pandemia o el incremento inédito de costes de producción».

Según el documento, los agricultores y agricultoras, españoles y portugueses han sido «capaces de mantener un suministro estable y diverso de alimentos de la mayor calidad y seguridad alimentaria.  La seguridad alimentaria en nuestros países se ha demostrado que es una realidad que no está garantizada . Incluso algunos países y responsables políticos e institucionales han descubierto ahora la soberanía alimentaria como estrategia de futuro, algo que nuestras organizaciones vienen planteando desde hace décadas».

MODELO PROFESIONAL

Ambas organizaciones apuntan que la actividad agraria en España y Portugal «se tiene que enmarcar en el modelo profesional y social y de agricultura familiar, que Coag y CNA defienden y representan, mayoritario, que conforman los hombres y mujeres del campo que trabajan directamente y con sus familias sus explotaciones y donde obtienen su sustento». Un modelo que, subrayan, «contribuye al equilibrio territorial, participando en la conservación del medio ambiente, y en definitiva es clave para el mantenimiento del tejido socioeconómico de las zonas rurales, así como base para la construcción de un sector agroalimentario para la soberanía alimentaria». 

Las dos Opas consideran paradójico que, «a pesar de todo lo que ofrece a la sociedad, nuestro modelo de agricultura se encuentra debilitado y en decadencia, con descensos en la renta agraria, desmantelamiento de la actividad productiva en amplios sectores y territorios, descensos de producción, cierre de explotaciones y pérdida de empleo y envejecimiento de los agricultores y agricultoras». 

Y es que hasta ahora la política agraria, «comprometida a contribuir para la concentración de la propiedad y de la riqueza, no ha tenido la voluntad de revertir este declive continuado», apuntan. De cara al futuro, las dos organizaciones avanzan, en su manifiesto, que en los próximos años, este modelo de agricultura se enfrentará a nuevos desafíos y exigencias adicionales. « La agricultura deberá garantizar en primer lugar el derecho a una alimentación sana para todas las personas, ante una población global creciente, mayores costes y mercados más volátiles, es decir, la seguridad alimentaria y en un contexto de soberanía alimentaria», señala el manifiesto.

«En segundo lugar, esto deberá hacerlo de forma sostenible, preservando el medio ambiente, la biodiversidad, el agua, el suelo, el aire y contribuyendo a la mitigación del cambio climático». Por otro lado, la agricultura y ganadería intentarán ser «más eficientes en el uso de los recursos, para lo que necesitará recurrir a la innovación y especialmente, en el caso de la energía, a fuentes renovables». También deberá hacer frente «a los procesos de integración de la cadena alimentaria, el poder desmedido de la gran distribución que aplasta los precios de producción, y la implantación de macro-explotaciones en manos de grupos de inversión que representan un modelo ajeno al nuestro».  

Ante estos retos ambiciosos, Coag y CNA aseguran que resulta «lamentable» un recorte de los fondos agrarios «que supone una pérdida del 12% del poder adquisitivo aprobado en el último marco financiero de la UE, en un escenario de nuevas exigencias dentro del Paquete Verde, que supondrá mayores costes para agricultores y ganaderos».  

En este contexto, Coag y CNA reivindican, en primer lugar, precios justos y rentas dignas para los hombres y mujeres del campo, pues en caso contrario «no hay sostenibilidad». En segundo lugar, un período de adaptación para asumir los importantes cambios que se producirán , con un apoyo importante tanto en ayudas como en inversiones, formación y asesoramiento, y en tercer lugar, un abanico de actuaciones en lo que concierne a los costes de producción, cuya tendencia al alza ha reducido la rentabilidad del sector los últimos lustros. 

Por último, Coag y CNA reclaman apoyos dirigidos a las pequeñas y medianas explotaciones y la agricultura familiar, « que ocupan el territorio y aseguran la producción local y de temporada , potenciando los circuitos cortos, y por tanto deben ser una prioridad de la Política Agraria Común», concluyen.