La producción ecológica, asignatura pendiente
Castilla y León cultiva apenas el 2% de su superficie agraria en ecológico, cuando el objetivo de la UE es alcanzar el 25% en 2030 La Comunidad está a la cola con solo el 3,16% del total nacional de estos cultivos, y gestiona el 1,72% de las explotaciones ganaderas
La producción ecológica, tanto la agrícola como la ganadera, sigue siendo una asignatura pendiente en Castilla y León. Pese a que la Comunidad registró un destacable incremento del 26,34% en el último año con datos cerrados y hechos públicos por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa) correspondientes a 2021, la Comunidad solo registra el 3,16% de la superficie dedicada a estos cultivos en España, con 88.332 hectáreas, muy por debajo de Andalucía. Para hacerse una idea, esta última Comunidad, líder nacional, acapara el 49% con 1,37 millones de hectáreas. También está Castilla y León a la cola en ganadería ecológica, con solo el 1,72% de las explotaciones de ganadería ecológica del país, 159 de las 9.247 de España, muy lejos de las 5.419 registradas en Andalucía, también líder en esta actividad.
Por otro lado, en cuanto al porcentaje de ecológico sobre el total de tierras de cultivo , la Comunidad no alcanza ni siquiera el 2%, con las 88.332 hectáreas mencionadas sobre un total de unos 5,2 millones de hectáreas totales de tierras de cultivo declaradas en la PAC.Ese porcentaje está a años luz de las expectativas planteadas por la Unión Europea, que se marca el reto de alcanzar el 25% de producción ecológica dentro de solo siete años, en 2030.
En este escenario, las Organizaciones Profesionales Agrarias (Opas) advierten de que si no se avanza en agricultura ecológica se pierde una oportunidad para Castilla y León, un nicho que si no explotan los agricultores y ganaderos de la Comunidad vendrán otros a ocuparlo. También lo ven como una forma de diversificar cultivos ante la expectativa de un clima cada vez más seco y un escenario internacional cada vez mas imprevisible.
El presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo, reconoce que los datos demuestran que Castilla y León «tiene un porcentaje muy bajo, tanto en agricultura como en ganadería ecológica, puesto que otras comunidades tienen mucho más». A su juicio, la causa está en que «no ha habido una apuesta decidida y firme por parte de la Administración regional en fomentar de manera seria y profesional este tipo de agricultura».
«Nosotros siempre hemos apoyado ese sector tanto en el cultivo como en las ayudas iniciales para entrar en los programas de agricultura ecológica y de ganadería . Siempre hemos apostado por buscar mercados de venta de esos productos que paguen la cuantía del mayor valor que esos productos tienen». En ese sentido, añade que «se debería, en este periodo, hacer una combinación de apoyo a la agricultura, su fomento y difusión, pero también apoyar la búsqueda de mercados de venta de esos productos a un porcentaje de la sociedad, de cercanía, que demanda estos productos y está dispuesto a pagarlos».
Para impulsar este tipo de agricultura «se tendrán que poner en marcha medidas con el Programa de Desarrollo Rural (PDR), pues todavía no todas estas cuestiones están en marcha todo lo que es necesario», concluye.
Por su parte el coordinador de Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL), Jesús Manuel González Palacín, opina que en Castilla y León «hemos perdido una oportunidad» al no desarrollar más este tipo de producción. «Este modelo de agricultura ha sido menospreciado por parte de la Administración, de la Consejería de Agricultura, en muchísimas ocasiones, y ha habido años en los que no ha habido convocatorias y esto también es un freno importante». Palacín, que sabe en primera persona los pormenores de este tipo de producción porque él mismo cultiva parte de sus tierras en ecológico, subraya que se aprobó hace años «un plan estratégico de desarrollo de la agricultura ecológica, y sí que es verdad que a partir de ese plan estratégico hubo un cambio de actitud, y parece que ahora se está desarrollando y vamos creciendo».
Menor ritmo
Aun así, el ritmo «es menor que el de otras comunidades autónomas» , cuando Castilla y León «tiene potencial para desarrollar mucho más el sector ecológico, cuyos alimentos tienen mayor valor añadido y una demanda que está creciendo a un ritmo sostenido de un 8% anual, esto es muy importante», explica el coordinador de UCCL.
Por otro lado, «alrededor de la agricultura ecológica hay muchas empresas de transformación, de envasado, es decir, mueve mucho la economía local que se puede desarrollar, por lo tanto es una oportunidad muy buena», apunta. «Yo creo que hay un cambio de tendencia y esperemos que siga así. Parece que ahora la Consejería sí que tiene idea de doblar la superficie en los próximos años. Y aunque no vamos a llegar al nivel de Andalucía o de Castilla la Mancha, Castilla y León puede crecer, y debería, porque es un nicho de mercado que si no le ocupamos nosotros, le van a ocupar otros».
Eso sí, Palacín niega categóricamente que la producción en ecológico sea más barata en cuanto a fertilizantes o productos fitosanitarios. «Hay quien cree que con esta forma de producir no echas nada al campo. Si se quiere producir en ecológico de una forma profesional, hay un gasto en fertilizantes, en fitosanitarios, en tratamientos, y la agricultura ecológica es mucho más profesional si cabe que la convencional, porque hay que trabajar desde la prevención. Cada vez hay más productos ecológicos, tanto fertilizantes como abonos foliares».
Este tipo de producción cuenta con «muchísimos productos, tanto para la fertilización como para el cuidado de las plantas, productos debidamente certificados. Eso que se dice de que la agricultura ecológica consiste en no echar nada, es rotundamente falso», añade.
De distinta forma lo ve el coordinador de UPA Castilla y León, Aurelio González. «Lo primero que hay que decir es que la producción ecológica, si tienes un mercado donde darla salida, muy bien. Si tienes un nicho del mercado, y cuando las economías boyantes iban bien, tenían más mercado, pero cuando la economía no va muy bien y hay que pagar los productos ecológicos bastante más caros que los convencionales, la cosa ya es diferente», señala.
Así, el problema no es una falta de ayudas : «Yo creo que hay suficientes incentivos, con importantes ayudas por hectárea para la instalación de cultivos ecológicos, pero hay que hacer las cosas bien», advierte. «Hay que buscar los canales de venta. Lo que no puede ser es que uno cultive en ecológico, con una menor producción, y luego no se quiera pagar la diferencia. Y hay algunos avispados que quieren comercializar estos productos como ecológicos y comprarlos a precio de convencional».
También es distinto el caso de productores de hortalizas con abastecimiento de productos directo a las tiendas, en las ciudades. «Eso tiene mucho futuro, y de hecho yo creo que funciona, pero el volumen es muy poco importante, por lo que decimos: el número de consumidores que lo demanda es muy limitado».
Productos de cercanía
En cuanto a la diferencia de extensión en otras comunidades, como Andalucía, el coordinador autonómico de UPA apunta que, aparte de que haya otros incentivos, «quizá hay más población cercana a las producciones», además de la naturaleza de las mismas. «Hay que tener en cuenta que en Castilla y León no tenemos producción hortícola, ni suficiente población para distribuirla . Aquí cultivamos cereales, trigo, cebada, la producción hay que venderla fuera. Otras comunidades autónomas tienen más población, tienen más núcleos de población y sobre todo, como digo, cultivos de primera necesidad y de cercanía».
El coordinador de Coag Castilla y León, Lorenzo Rivera, también cree que aún hay que recorrer mucho camino para que la producción ecológica se generalice. «Tiene el margen que tiene, porque el mercado nacional no lo absorbe, hay muy poca demanda de agricultura ecológica, de productos ecológicos y ese es el motivo fundamental», apunta. «No se trata de las ayudas, que son las mismas en toda Europa, pero hay una conciencia mayor de consumir productos ecológicos en Alemania, Dinamarca, Holanda, Francia o Bélgica, que es donde van fundamentalmente la mayoría de las producciones nuestras, y yo creo que ahí está el verdadero quid de la cuestión». «Hay que tener en cuenta que a la agricultura ecológica se están dedicando fundamentalmente tierras de secano, de cereal, y hay muchísima de pastos, dedicada a la alimentación animal», añade.
El coordinador autonómico de Coag señala que en un futuro las cosas pueden cambiar: «Estamos viendo cómo viene el clima y cómo están viniendo las cosas, ahora mismo si echamos cuentas todos los agricultores, probablemente sea más rentable dedicarnos todos a la agricultura ecológica, porque todos tenemos unos gastos enormes, que se han multiplicado por dos y por tres, con la crisis de Ucrania: el coste de fertilizantes, fitosanitarios, semillas, gasóleo etcétera». Y es que en agricultura ecológica «los gastos en fertilizantes son cero», asegura, y en semillas «son similares», y en fitosanitarios«cero también». Por tanto, «aunque se recoja bastante menos producción, pero por lo menos tienen muchísimos menos gastos, y yo creo que ahí está la cuestión fundamental».
«Lo que hay, ahora mismo, viniendo como vienen las cosechas y el clima, probablemente sea más rentable una hectárea de cereal de agricultura ecológica que una hectárea de agricultura convencional . Todo el mundo no nos podemos dedicar a lo ecológico, pero es una buena alternativa», subraya Rivera. «Hay que buscar alternativas a esta situación de clima que tenemos, y una puede ser la ecológica. Gastas mucho menos, y al final puedes coger la mitad, pero puede terminar siendo más rentable»:
El cambio climático y los vaivenes del mercado hacen necesario «diversificarse». Puede dedicarse «parte de la explotación a agricultura ecológica, frutos secos, viñedo, invernadero... Diversificar de alguna manera la explotación, porque viendo cómo está el futuro... En los últimos seis o siete años cuatro secos, el 17, el 19 y el 22, y este mira el camino que llevamos».
Rentabilidad
Tampoco ve la solución total en estos momentos en el regadío, puesto que «el regadío tampoco está garantizado, y todo el mundo no lo tiene. ¿Ahora mismo planteas esto, 10 hectáreas o 15 de, por ejemplo, de almendros o pistachos, son más rentables que, a lo mejor 200 hectáreas de cereal de secano? Pues sí, y no hace falta dar tantas vueltas». «Hay que darle una un enfoque diferente a la situación que tenemos porque el seguro llega donde llega, pero el seguro no está para pagar estos gastos. El seguro está para cubrir los costes de producción en un año como este, pero no para que todos los años, o un año sí y otro no, declares siniestro».
De las 88.332,5 hectáreas en ecológico que suman las nueve provincias de Castilla y León, 41.159,66 corresponden a tierras arables , 30.151,12 a pastos permanentes y las 17.021,76 restantes a cultivos permanentes. Por provincias, se sitúa a la cabeza Valladolid, que acapara el 21,24% del total con 18.771,93 hectáreas (7.966,08 de tierras arables, 886,32 de pastos permanentes y 9.909,53 de cultivos permanentes), seguida de Zamora, con el 19,69% y un total de 17.392,98 hectáreas (12.688,32 arables, 2.542,44 pastos y 2.161,21 cultivos) y León, con el 14,28% y 12.610,16 hectáreas (2.878,7 de tierras arables, 9.192,19 de pastos y 539,28 de cultivos).
Por debajo de las dos cifras enteras porcentuales les siguen Palencia, con el 8,46% del suelo regional destinado a ecológico, con 7.473,51 hectáreas (3.094,76, 4.273,95 y 140,8); Segovia, con el 5,95% y 5.257,06 (3.409,82, 1.021,41 y 825,83); Salamanca con el 5,86% y 5.178,98 (1.191,97, 3.630,24 y 356,77) y, por último, Soria, que suma el 5,8% de la superficie en producción ecológica de Castilla y León con 5.119,78 hectáreas (3.863,16 destinadas a tierras arables, 1.105,66 a pastos y 150,96 a cultivos permanentes).
En cuanto a la ganadería en producción ecológica, también experimentó un repunte similar de 2020 a 2021, con un incremento del 17% del número de explotaciones, al pasar de 136 a 159. El porcentaje que registraba la Comunidad respecto al total de España en 2020 alcanzaba el 1,76%, y se incrementó hasta el 1,72% en 2021.
Dos claros ejemplos de la evolución en ganadería ecológica están en el número de cabezas de vacuno de carne , que pasó de 2.479 a 3.065 (24% más) o el número de cabezas de porcino, que se incrementó desde los 5.161 animales a los 5.945 (15% más). Destaca Castilla y León, en el conjunto del país, por ser la primera en número de colmenas en ecológico (19.806) y la primera en helicicultura (6.200 metros cuadrados).