Diario de Valladolid

El Canal de Almazán sortea la sequía y confía en una campaña normal

La CHD autoriza una dotación para este año de 5.500 metros cúbicos por hectárea, 1.000 más que en 2022, por el mejor estado de la Cuerda del Pozo

Aspersores en funcionamiento en una parcela del Canal de Regadío de Almazán. HDS

Aspersores en funcionamiento en una parcela del Canal de Regadío de Almazán. HDS

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Irene Llorente Yoldi

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Con una dotación de 5.500 metros cúbicos por hectárea para el sistema del Alto Duero los agricultores del Canal de Almazán confían en realizar una «campaña normal», si bien en estos momentos está condicionada a la primavera, ya que si persiste la falta de agua podría haber cultivos que sí se verían afectados, considera Sergio Muñoz , presidente de la Comunidad de Regantes de Almazán .

Lo cierto es que esta temporada se presenta, al menos en la actualidad, más favorable que la pasada, cuando la Junta de Explotación de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) otorgó 4.500 metros cúbicos por hectárea , lo que supone un incremento de un 22% con respecto a 2022, vinculado, como siempre, al volumen del embalse de la Cuerda del Pozo. 

En este sentido, Muñoz constata que de momento al campo de Almazán no le está afectando la sequía que ya azota a otras zonas de la Comunidad, a lo que se suma que el estado del pantano «no es malo por ahora». No obstante, todo depende de cómo vaya la primavera y de la pluviometría que se registre en esta época tan crucial para el terreno agrícola: «Si ocurre como la campaña pasada habrá cultivos que puedan verse comprometidos ».

Aún así, la dotación del Alto Duero para esta campaña no es la más alta que se ha permitido al Canal de Almazán. El tope se marcó hace unos años ya, cuando se autorizaron 6.000 metros cúbicos por hectárea. 

Lo que sí que les preocupa a los agricultores de esta zona regable de más de 5.000 hectáreas y cuya modernización finalizó en 2016 después de una inversión que superó los 50 millones , es la incertidumbre que se genera sobre la posibilidad de que puedan pedir agua otras comunidades con restricciones, como ocurrió en el año 2017, cuando se creó un enfrentamiento entre gente del mismo gremio por decisiones que se tomaron en las administraciones. 

Además, existe otro problema añadido, dado que «se abre un melón muy peligroso a futuro que tiene muy mal remedio», puesto que se pueden realizar concesiones desde el Alto Duero por necesidades en otras comunidades, pero al revés no se puede revertir porque no hay infraestructuras para ello, y se acaba dejando en condiciones mínimas el embalse de la Cuerda del Pozo

Y cuando se reduce la dotación lo más importante es saber qué hay que sembrar. Porque no todo vale. Entonces toca apostar por cultivos que requieran menos agua durante todo su ciclo, aunque sea a costa de los bolsillos de los agricultores, dado que pueden tener menos rentabilidad. En este sentido, una de las opciones para esta campaña en el Canal de Almazán es la remolacha azucarera en detrimento de las verduras. A juicio de Sergio Muñoz, al sector le cuesta entrar en estos cultivos porque exigen estar muy encima: «Si hay que tratarlos en un momento puntual, tiene que ser en ése y no en otro porque son mucho más precisos».

También el Canal de Olmillos , en tierras ribereñas, se verá dotado con 5.500 metros cúbicos por hectárea, al formar parte del sistema del Alto Duero. El presidente de la Comunidad de Regantes, Javier Ines Tomás , constata la falta de agua del mes de marzo que ya les está acusando a los cultivos, porque las plantas empiezan a sufrir. No obstante, espera que no se repita una campaña como la anterior, porque daría al traste con la cosecha, no sólo por las nulas precipitaciones, sino por las elevadas temperaturas que los productores no pudieron compensar la sequía ni con el riego. 

La Comunidad, que gestiona una superficie de 825 hectáreas modernizadas en 2008 , teme además los costes, que se han multiplicado para todo el sector, y aunque han subido también los precios de los cultivos, todavía lo han hecho más los fertilizantes o los fitosanitarios, sin olvidar el gasto añadido que tiene el regadío de la electricidad.

En este canal llevan años instaladas empresas dedicadas a la transformación agrícola, como Florette, Ametller Origen, o Deda Ebro , que alquilan parte de la superficie a los regantes. La primera en aterrizar fue Florette Ibérica, que lleva en Olmillos más de quince años, después de trasladarse a esta zona desde el Canal de Almazán, donde empezó a plantar sus lechugas en 2004. Hace tres años renovó su contrato de arrendamiento en esta comarca ribereña, para continuar plantando su producción en 180 hectáreas otros cinco años más. 

Ametller Origen llegó al campo de Olmillos como Casa Ametller, aprovechando las nuevas instalaciones tras la modernización de su regadío. La finca está alquilada a propietarios del canal por un periodo de 20 años . La empresa vio que la infraestructura del regadío era nueva y que en la zona había muchas posibilidades de una producción de calidad, propiciada por la ubicación de la localidad, junto a la vega del Duero, y la climatología de temperaturas de contrastes. 

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