Diario de Valladolid

Preocupación en las DO por las heladas tardías de abril

Castilla y León almacena ya en sus bodegas más vino del que produce y es la quinta Comunidad de España en existencias, según la Interprofesional

Dos viticultores examinan su explotación en un viñedo de la localidad zamorana de Riofrío de Aliste. / M. Deneiva

Dos viticultores examinan su explotación en un viñedo de la localidad zamorana de Riofrío de Aliste. / M. Deneiva

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Santiago G. del Campo
Valladolid

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Preocupación en las Denominaciones de Origen de Castilla y León por las heladas registradas este fin de semana aunque más por todas las tardías que pudieran producirse en abril. El termómetro cayó bajo cero en todo el territorio en las noches del viernes y el sábado, dañando los primeros brotes de la vid allá donde las plantas empezaban a despertar.

Así sucedió en la DO Rueda, donde el hielo se dejó notar en todo el sur de la provincia de Valladolid sobre todo en la noche del viernes, con hasta tres grados bajo cero. «En los viñedos donde se hayan quemado los primeros brotes, el fruto dependerá de los segundos, lo que tendrá como consecuencia una menor cosecha, pero aún es difícil cuantificar la dimensión que tendrá», explicó un técnico de una de las bodegas de la Denominación. «Ha habido heladas las dos noches, pero todavía no sabemos cuanto  ha afectado. Lo podremos valorar a lo largo de la semana» añadió, por su parte, el director general de la DO, Santiago Mora.

Otras zonas de la Comunidad restan importancia a la heladas caídas estos días, pues la mayoría de sus explotaciones aún no habían salido del estado latente. Eso sí, muestran su preocupación por las que pudieran caer de una forma más tardía. Es el caso de la DO Ribera del Duero: «Se han registrado heladas sobre todo en la zona de Burgos, y en la zona de Soria. Pero no hay daños, porque el viñedo todavía no se encuentra en una fase en la que pudieran producirse», explicó a este periódico el Consejo Regulador.

«El ciclo de maduración ni siquiera se ha iniciado, con lo cual la viña está en estado invernal, y los daños no son reseñables, o no pueden influir en el futuro ciclo vegetativo y de maduración. Si las heladas se hubieran producido en mayo o en junio, cuando ya el ciclo ha comenzado, estaríamos hablando de otra cosa, pero ahora mismo estas heladas no suponen ningún peligro en el viñedo en la Ribera del Duero».

La misma fuente señala que caso distinto es «el de las zonas donde el ciclo estuviera iniciado, porque tienen otro tipo de clima y el desarrollo es más temprano. Ahí, en otras zonas de Castilla y León y España puede haber afectado de alguna manera, pero aquí la planta está todavía en modo invierno». Del mismo modo se manifestó el presidente de la DO Cigales, Julio Valles:«la información que tengo es que la helada ha sido débil y con escasa importancia», apuntó.

Los productores de otros cultivos también muy sensibles a la helada, como la remolacha, hacen cálculos estos días sobre el alcance de los daños en sus explotaciones. En el caso de la raíz, los primeros brotes sucumben con rapidez a las temperaturas bajo cero.

El episodio se produce días después de que la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados (Agroseguro) calificara de «graves» las heladas del puente de San José. Los partes de siniestro recibidos por la entidad a finales de marzo y principios de abril «confirman el grave impacto sobre el campo que han provocado las heladas registradas durante el puente de San José, en concreto desde el jueves, 18 de marzo, cuando las temperaturas iniciaron un brusco descenso –acentuado durante la noche–, que se mantuvieron hasta el martes, día 23. En total, la superficie afectada se acerca a las 38.000 hectáreas aseguradas, repartidas entre más de 31.100 parcelas, en su mayoría de cultivos de frutales, almendro y uva de vino. La estimación de indemnizaciones alcanza los 55 millones de euros», informó Agroseguro refiriéndose a toda la geografía nacional.

Una vez comenzaron a llegar las primeras declaraciones de siniestro tras ese puente, los técnicos iniciaron las visitas a las parcelas afectadas por parte de los peritos con el objetivo de agilizar las tasaciones y el pago de las indemnizaciones que correspondan en cada caso. «Las heladas que se producen una vez iniciada la primavera son especialmente dañinas para los cultivos, y se han convertido casi en una constante de los últimos años», señalaron fuentes de Agroseguro, desde donde hacen hincapié en que los daños ocasionados por estos fenómenos atmosféricos «están cubiertos por el sistema de seguros agrarios, por lo que es importante contratarlos para estar protegidos».

En ese caso específico, Castilla y León no se llevó la peor parte. Los daños se concentraron sobre todo en el valle del Ebro, con 8.800 hectáreas afectadas en Cataluña y 8.200 en Aragón; Castilla-La Mancha, con otras 11.800 hectáreas siniestradas y 4.000 en Extremadura. Granada y Almería sufrieron un impacto menor con 1.690 y 500 hectáreas, respectivamente, sobre todo de almendro.

Filomena

En general, Castilla y León se ha librado de las peores consecuencias de los siniestros por clima del primer trimestre del año. Recién cerrado el informe trimestral de Agroseguro, los accidentes climatológicos se concentran en los efectos de la borrasca Filomena y las heladas producidas en el periodo, que elevan la previsión de siniestralidad a 162,94 millones de euros.

Se trata de siniestros producidos en una superficie afectada que suma 136.866 hectáreas en toda España, con las producciones de almendro, cítricos, hortalizas, olivar y frutales como más afectadas. La inestabilidad atmosférica incidió con especial virulencia en Aragón, Cataluña, Castilla-La Mancha, Andalucía, Comunidad Valenciana y la Región de Murcia.

De hecho en el informe trimestral de Agroseguro Castilla y León aparece una sola vez, como una de las Comunidades más afectadas de España por el paso de la borrasca Filomena los días 8 y 9 de enero. Una borrasca provocó abundantes precipitaciones en forma de nieve, fuertes rachas de viento y un descenso muy acusado de temperaturas que llegó a alcanzar los 20 grados bajo cero en zonas del interior y seis bajo cero en puntos del litoral mediterráneo. Los cultivos que se encontraban en desarrollo y maduración recibieron el mayor impacto. En particular, resultaron dañadas las hortalizas al aire libre de producción invernal, así como aquellas otras que se cultivan bajo cubierta, siendo afectadas las estructuras e instalaciones de los invernaderos que las protegen. 

Las heladas acaecidas ocasionaron daños muy elevados en la cosecha de las especies de cítricos aún sin recolectar. «La nieve acumulada en los árboles originó roturas de ramas en explotaciones de olivar y las temperaturas extremas afectaron a la madera estructural y yemas de invierno de los árboles, cuyos efectos definitivos dependerán de su evolución en los próximos meses. Fuertes rachas de viento causaron daños en la producción de plátano y, en varias explotaciones ganaderas, se produjeron roturas de cubiertas y paramentos en las instalaciones, así como la pérdida de animales», explica Agroseguro.

Así las cosas, Castilla y León sufre los problemas de comercialización del vino en una coyuntura tan difícil como la crisis sanitaria del Covid-19, en el que el cierre del canal de Hoteles, Restaurantes y Cafeterías y la clausura temporal de las exportaciones han disminuido las ventas considerablemente. Así, conserva unas existencias de vino en sus bodegas superior a la producción de un año entero, una circunstancia que se repite en casi todas las regiones de España.

Por eso Castilla y León conserva el mismo puesto en la tabla nacional respecto a existencias que respecto a producción. El último informe de la Interprofesional del Vino de España, recién publicado, la coloca en quinto lugar de España en existencias de vino y mosto, el pasado 28 de febrero, con 3,60 millones de hectolitros (360 millones de litros), entre los que el mosto es prácticamente inexistente. Producción

La cantidad supone un millón de hectolitros más que los producidos en el año 2018 (2,3) y más de millón y medio más que lo producido en 2019 (1,9). Ese último ejercicio, la producción total en España se localizó principalmente en Castilla-La Mancha (54%), Cataluña (9%), Extremadura (8%), Comunidad Valenciana (7%), Castilla y León (5%), La Rioja (5%) y Andalucía (3%). Castilla y León aparece también en Quinto lugar.

Así, las existencias en los almacenes superan ampliamente a las registradas el pasado ejercicio por estas fechas. Si la Comunidad tiene un stock de 3,6 millones de hectolitros, la superan, en primer lugar de la tabla, Castilla-La Mancha (25,5 millones, el 45% del total de existencias de vino y mosto) y después Cataluña (6,05), La Rioja (5,9) y Andalucía (4,02). 

Las existencias finales de vino y mosto sin concentrar en España, a 28 de febrero de 2021, se situaron en los 58,97 millones de hectolitros, cifra un 15,5% superior a la registrada el 29 de febrero de 2020, o 7,93 millones de hectolitros más, subraya el informe de la Interprofesional del Vino. De esos 58,97 millones, 53,76 correspondieron a existencias finales de vino (+14,1% o 6,64 millones más) y 5,2 millones a existencias finales de mosto sin concentrar (+32,9% o 1,29 millones más), un caso, el del mosto, que en la Comunidad es residual. Por colores, de los 53,76 millones de hectolitros de existencias finales de vino, 31,36 millones eran de vinos tintos y rosados (+12,3% o 3,43 millones más) y 22,4 millones, de vinos blancos (+16,7% o 3,21 millones más). 

Los datos del Sistema de Información de Mercados del Sector Vitivinícola (Infovi) correspondientes también al pasado febrero, muestran una ligera producción de vino de 4.348 hectolitros, con una producción de vino en los siete primeros meses de la campaña 2020/21, de 40,84 millones de hectolitros de vino (+21,6% o 7,26 millones más). 

En lo que se refiere a las salidas nacionales a destilería y vinagrería, en los siete primeros meses de campaña, fueron de 1.704.351 hectolitros (una subida del 21%), de los que 1.449.074 (+16%) fueron para elaboración de alcohol y 255.277 (+57%), para elaboración de vinagre. 

En febrero aumentaron un 9,7% las entradas de vino en las bodegas españolas, mientras se mantuvieron prácticamente estables las salidas (+0,1%), cayendo la diferencia neta entre ambas un -26%. Esta evolución, sumada a los malos datos de los meses precedentes, hace caer la estimación de consumo nacional de vino a los 8,8 millones de hectolitros (-20,6%), la cifra más baja desde que los datos del Infovi están disponibles y que, en este caso, además, se compara con la más alta alcanzada en la serie, cuando en febrero de 2020 se superaron los 11 millones.

En lo que se refiere al comercio exterior, con datos de la AEAT disponibles hasta enero de 2021, según señala la Interprofesional, las exportaciones españolas de vino arrancaron el año en negativo, con caídas del 15% en valor y del 5,5% en volumen. Sin embargo, la evolución positiva registrada en los meses de noviembre y diciembre del pasado 2020 hace que los datos de la primera mitad de la campaña 2020/21, registren un ligero crecimiento en volumen del 0,1%, hasta los 10,2 millones de hectolitros (+9.772) y una caída en valor del -1,7%, hasta los 1.343,7 millones (-23). También se redujeron las importaciones españolas de vino en la primera mitad de la campaña: -17,6% en valor y -2,9% en volumen, hasta situarse en los 87,5 millones de euros (-18,7 millones) y los 292.130 hl (-8.730 hl). Ayudas

En el complicado marco del sector del vino, tan afectado por la crisis sanitaria del coronavirus y sus restricciones, la Administración autonómica mantiene abierto el plazo de ayudas a la reestructuración y reconversión de viñedos en Castilla y León, para las campañas vitícolas 2021/2022 y 2022/2023. Ese plazo se prolongará hasta el próximo 29 de abril.

Como novedades principales de la convocatoria están la actualización de los importes de subvención para adaptarlos al mercado; la limitación de los beneficiarios para solicitar las modificaciones de las operaciones inicialmente aprobadas, previamente a la solicitud de pago final, a más tardar el 31 de mayo de la campaña correspondiente; y la regulación de la subrogación de los derechos y obligaciones derivados de la aprobación de la solicitud de ayuda a un nuevo viticultor.

En esta convocatoria se mantiene la subvención de los trabajos realizados por el propio viticultor en las acciones de arranque, plantación, puesta de la protección individual contra conejos y los trabajos para instalar la espaldera y para la transformación de vaso a espaldera y la reconversión varietal; y se permite la renuncia a la ayuda dentro del mes siguiente a la notificación de la resolución aprobatoria de la ayuda. 

También como novedad, se incluye la solicitud de modificación de la ayuda aprobada de manera telemática a través de la aplicación electrónica ‘Reestructuración Viñedo 2021’. Asimismo, las notificaciones de las resoluciones de aprobación y de pago que se realicen desde la Administración al viticultor serán de manera electrónica.

La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural facilita las tramitaciones en la inscripción en el Registro Vitícola a la Sección Vitícola del Registro de Explotaciones de Castilla y León (Reacyl) y reduce los plazos en la resolución de los expedientes de replantación de viñedo y conversión de los derechos.

Durante las tres últimas décadas este sector en Castilla y León ha experimentado un continuo desarrollo. Actualmente, la superficie plantada de viñedo es de 80.500 hectáreas, pertenecientes a unos 60.000 viticultores, de las que más del 90% se encuentran amparadas por figuras de calidad.

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