El Bierzo impulsa el acceso a la tierra para pontenciar cultivos
El Banco de Tierras de la comarca leonesa limpiará las fincas de los socios que se comprometan a producir pimiento para que los cultivos hortícolas alcancen las cotas de la viticultura y la fruticultura
El Consejo Comarcal del Bierzo acaba de poner en marcha su quinta campaña de acceso a la tierra a través del Banco de Tierras del Bierzo. El objetivo es potenciar la horticultura para que alcance el mimo peso que otros cultivos. En esta ocasión en Consejo busca incrementar el cultivo de pimiento.
El presidente del Consejo Comarcal, Gerardo Álvarez; el director técnico de los sellos de calidad, Pablo Linares y la gerente del Banco de Tierras, Beatriz Anievas, han presentado la nueva campaña ‘Arranca con fuerza’, protagonizada por la haltera Lydia Valentín. La iniciativa tiene entre sus objetivos la captación de fincas abandonadas y la incorporación de nuevas personas emprendedoras a la horticultura. Según explicó el presidente, las parcelas destinadas a este uso suponen alrededor del 30% del total de fincas cedidas por el Banco de Tierras.
La campaña, que se difundirá en redes sociales y medios de comunicación, consistirá también en la puesta en marcha de actuaciones como el asesoramiento a demandantes , el servicio de préstamos gratuito de maquinaría, el análisis del suelo y la formación, según informó el Consejo comarcal. Gerardo Álvarez Courel también anunció el apoyo a la recién constituida cooperativa hortícola ‘Huertas del Sil‘, un proyecto pionero liderado por el Consejo Comarcal.
La novedad de este año será la limpieza de fincas. Para acceder a este servicio las personas usuarias deberán cumplir una serie de requisitos, entre los que destacan que la finca cuente con una extensión mínima de 2.500 metros cuadrados y que esté situada en la zona Bierzo Central , por ser la zona con más capacidad hortícola de la comarca.
El Banco de Tierras es un servicio gratuito del Consejo Comarcal de El Bierzo, pensado como una herramienta para dinamizar el campo berciano y el desarrollo rural y comarcal. Se trata de un instrumento para la reactivación de la economía agrícola comarcal , teniendo en cuenta además los beneficios proporcionados en los ámbitos medioambientales y los turísticos.
«La industria agroalimentaria es un sector estratégico de la economía berciana. La actividad agraria es el pilar principal del desarrollo del medio rural, por su incidencia en la actividad económica, en la creación de empleo y en la correlativa fijación de población en dicho entorno», relatan fuentes de la entidad. «El Banco de Tierras es el medio adecuado para potenciar la figura del agricultor como emprendedor, ya que el relevo generacional es clave para crear empleo y evitar la despoblación en el medio rural».
Se trata de un centro de intermediación cuya finalidad es la movilización de terrenos con vocación agrícola, ganadera o forestal, puesto en marcha para paliar «el progresivo abandono de la actividad agraria, que ha dejado sin cultivo gran cantidad de tierra fértil». Y es que «el 70% de las tierras susceptibles de tener un aprovechamiento agrícola, forestal, o ganadero, están inactivas y su número aumenta paulatinamente».
Alto coste
Las Organizaciones Profesionales Agrarias (Opas) están de acuerdo con ese punto de vista.Todas ellas reaccionaron de la misma forma al último Informe de Acceso a la Tierra, publicado el pasado enero por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa). Las Opas denunciaron «el altísimo coste que es necesario asumir para poder dedicarse profesionalmente a las labores de agricultor».
Así lo aseguró Unión de Uniones tras analizar los datos oficiales para estimar el coste de entrada a la actividad agraria. La entidad calculó que de media , según los datos de la Red Contable Agraria Nacional y la Encuesta de Precios de la Tierra, «para generar unas rentas agrarias anuales de 18.600 euros, sería necesaria una inversión inicial en tierras de cerca de 370.000».
A esa inversión en tierras, habría que añadir las necesarias en maquinaria, equipamiento o instalaciones, por ejemplo, «además de otros gastos de instalación ligados al inicio de la actividad».
Por cultivos, para generar en torno a una Unidad de Trabajo Agrario (el trabajo efectuado por una persona dedicada a tiempo completo durante un año a la actividad agraria), se necesitaría una inversión de 297.000 euros en frutales, 369.000 en olivar, 237.000 en viñedo y 570.000 en cereales.
«Invertir estas cantidades para trabajar de sol a sol, pelearse con las inclemencias del tiempo, las plagas y los abusos en la cadena no parece muy atrayente para jóvenes o nuevos emprendedores», comentaron desde la organización. «Y luego nos preguntamos por qué no hay relevo generacional. Porque está todo mal enfocado desde el principio».
Por ello, Unión de Uniones instó a que «no se queden en papel mojado aquellas reformas de calado que contribuyan a mejorar el acceso de los jóvenes a la tierra y a la profesión». Y es que «necesitamos una gran reforma estructural para revertir la situación y fomentar definitivamente el relevo generacional. No tenemos tiempo que perder», concluyó.