2021 llega con nieve e incertidumbre en el sector tras un año de vaivenes
Desde COAG Burgos resumen el pasado 2020 como un año de contrastes para el sector primario, «lo cerramos con una de cal y otra de arena, ya que si bien en la agricultura la cosecha no fue mala, en la ganaderia hubo grandes pérdidas a causa del coronavirus»
Desde ASAJA Burgos, su responsable Esteban Martínez explica que el año 20202 para el sector primario ha supuesto una de cal y una de arena. Algo que ha sucedido de forma generalizada en el conjunto de la provincia, y por extensión en la región y el país, ya que el remarcado vaivén sufrido ha venido causado por la irrupción en marzo de 2020 del Covid-19 (coronavirus) que ha trastocado toda la actividad habitual», argumenta, «y dentro de ella la del sector primario evidentemente».
Y es que si bien en la agricultura las diferentes cosechas y cultivos no dieron malos resultados, en el caso de la ganadería 2020 fue un año nefasto sobre todo por las diferentes restricciones a las que ha obligado la llegada de la pandemia en marzo, cono fueron los meses de confinamiento y de las progresivas fases de desescalada.
Y sobre todo diferentes cierres y aperturas a medio gas del canal Horeca (que configuran Hoteles- Restaurantes-Cafeterías), principal destino de muchos de los productos ganaderos de nuestra comunid ad y nuestra provincia , como sucede con el lechazo, la patata, la leche o el vino por ejemplo, cuyos productores s han visto muy dañados este año.
Vaivenes de los que de forma objetiva da fe el informe elaborado por el Colegio de Economistas de Burgos con el que se cerró el año 2020, cuyos expertos al hablar de forma concreta del sector agrario destacan cómo éste se ha visto beneficiado de una climatología favorable que ha dado lugar a conseguir una recuperación del valor de la producción agraria hasta alcanzar los 910,28 millones de euros, lo que supone un incremento del 9,32%. Tendencia en la que los precios han tenido una evolución diversa motivada por los descensos y aumentos producidos en las distintas cosechas.
Aunque como advierten, hay que estudiarla separando agricultura de ganadería, «ya que aunque ambos han tenido un comportamiento positivo, la agricultura (especialmente los cereales) ha crecido casi el doble que el crecimiento de la producción animal», aseguran los expertos.
«En 910,28 millones de euros estiman el valor de la producción agraria de la provincia en 2020 (la cual no incluye las ayudas de la PAC que recibe el agricultor en compensación de rentas), y que supone un aumento de 9,32 % con respecto a 2019, un aumento de 19,50 % y un descenso del 2,12 % en agricultura y ganadería respectivamente frente al año anterior», cifran en su informe.
Al hablar de la producción agrícola provincial de 2020 detallan su aumento de casi el 20 % de media respecto de la cosecha del 2019, con una subida generalizado en todos los cultivos, salvo remolacha y patata respecto a las cosechas de 2019. «Sin embargo, los precios tuvieron evolución distinta y diversa, motivado en parte por los descensos y aumentos de las distintas cosechas y los efectos de la pandemia, aumentando los precios en cereales, leguminosas forrajes y girasol y descenso de precio fuerte en uva y patata.
Caída del consumo
El descenso de los ingresos ganaderos responde en gran medida al comportamiento del bovino, ovino, caprino y aves suavizadas por comportamiento del sector porcino, con un incremento del volumen. «Desde la primera declaración del estado de alarma en marzo 2020, se acumula una caída del consumo en el canal Horeca que no se ve compensada por el incremento en los hogares,situación que repercute en los precios percibidos por los ganaderos, con caídas salvo en el sector porcino que gracias a la exportación ha obtenido aumentos en los precios», destacaban los economistas.
A lo que se suma el hecho de que «mientras los censos ganaderos tuvieron un comportamiento dispar (con aumento en bovino, porcino y aves y con descenso en el censo de caprino y ovino), los precios experimentaron en 2020 descensos generalizados respecto al 2019».
En cuanto a la producción de bienes agroalimentarios en la provincia «ha supoesto más del 5% del PIB provincial, pero ha experimentado descensos en 2020 en las bodegas y en los productos lácteos fundamentados, de nuevo, en las restricciones que ha sufrido el canal Horeca durante la pandemia».
Si bien continúan las restricciones para intentar frenar o controlar la pandemia ante las cifras en aumento de casos que se están produciendo en este mes de enero, la vista está ya puesta en 2021 lo que hace que Martínez -como el resto de la sociedad burgalesa y dentro de ella los profesionales del campo-, sea cauto ya que de nuevo a modo de daño colateral éstos últimos se siguen viendo afectados estas medidas de restricción.
Comienzo de año que el mundo agrario comenzó con la mirada puesta en la climatología, la cual les ha traído consigo la borrasca ‘Filomena’ y con ella fuertes nevadas y heladas.
Circunstancias incontrolables a las que nos tenemos que adaptar reconoce el agricultor quien sin embargo remarca su carácter beneficioso. En primer lugar por llegar cuando tienen que hacerlo, en invierno, y no en febrero o marzo cuando ya a las puertas de la primavera congelarían floraciones, germinaciones e incluso matarían de frío a crías de animales, a los que la nieve pilla débiles aún, explica.
En segundo lugar, porque la nieve supone un suplemento de agua para la tierra, una especie de regadío natural que además llega poco a poco y rellena manantiales.
«Aunque es verdad que al hablar de la agricultura, matiza, la nieve y los hielos de estas semanas sí han hecho algo de daño a la siembra tardía de cebada, realizada a finales de novembre y primeros de diciembre, porque la planta esta empezando a salir y sí le afecta mucho, ya que cuando está fuerte, no le afectan ni los hielos ni las nevadas», remarca el agricultor.
Y en tercer lugar, destaca también la nieve y las heladas como un freno natural a las posibles plagas que pudieran aparecer en algunas plantaciones posteriormente, a las que frena e incluso mata. «Plagas como la de los topillos que sufrimos con frecuencia, ya que las bajas temperaturas habrán matado a muchos de ellos, lo que hará que seguramente esta primavera y verano no vayan a suponer un grave problema», auguraba Martínez.
«Presencia que sin embargo sí tendremos de los conejos, con lo que nos encontraremos nuevmente con el problema tan grave que llevan años suponiendo para nuestros campos», lamenta el aricultor. «Y es que el caso de los conejos, se quedan metidos en sus madrigueras, saliendo a comer lo que hay, que es poco, por lo que atacan lo que hay que para nuestra desgracia es a menudo la semilla que empieza a salir», destacaba.
En cuanto a la nieve y la ganadería, Martínez remarca que el daño sí es mayor para este subsector primario. «Porque a muchos animales que están en elcampo pastando de forma habitual, la nieve los ha dejado aislados», afirma. «O los ganados que estaban en las granjas no han podido durante semanas salir a alimetarse al campo, lo que ha supuesto para el ganadero un nuevo gasto que añadir al haber tenido que comprar alimento que darles en casa».