Diario de Valladolid

La alta producción y el clima desploman el precio de la paja

VENTAS La cosecha histórica de este año ha hecho que este producto haya experimentado un bajón en su cotización, que en un año se ha reducido a la mitad, con precios que rondan los 30 euros la tonelada

La planta de biomasa de Briviesca es uno de los destinos de la paja que se recoge en Burgos. /  G. G.

La planta de biomasa de Briviesca es uno de los destinos de la paja que se recoge en Burgos. / G. G.

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M. R | BURGOS
Valladolid

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Los productores y vendedores de forraje de la provincia de Burgos resumen la producción y la venta de este año en la provincia con una frase : «El precio de este año está muy bajo en parte porque la calidad de la paja no es buena y porque en julio y agosto ha habido lluvias y es un producto que cuando llueve pierde calidad».  Así lo resume Roberto López Sánchez, vendedor de paja que desarrolla su actividad en la zona de Sotopalacios y Quintanaortuño.

Los datos de los p recios del forraje, tomando como referencia los fijados en cualquier de las lonjas agropecuarias de Castilla y León ponen de manifiesto esa diferencia de precios en el último año. Un dato que llama la atención si se tiene en cuenta que la producción de paja ha sido este año muy alta después de que se hubiera una de las mayores cosechas de los últimos años. 

Hay que tener en cuenta que la cosecha de cereal de este año en la provincia de Burgos, según los datos que recoge el Ministerio de Agricultura,  ha superado las 1,9 millones  de toneladas entre trigo, con 967.364 toneladas de trigo y 953.109 toneladas de cebada, en una superficie total de 364.428 hectáreas. 

En este caso, este año la estimación del rendimiento por hectárea en la provincia de Burgos ha sido de cerca de 2.500 kilos de paja por hectárea, cuando en campañas anteriores ha rondado los 1.500 o los 2.000, lo que demuestra que ha sido una gran cosecha. 

Pero la cantidad no se está viendo reflejada en el precio, precisamente porque ha sido un año en el que ha habido una elevada producción en todo el país, lo que hace que la demanda haya bajado. El efecto es que el precio ha caído prácticamente a la mitad respecto a la campaña del año anterior. En diciembre de este año, el precio aproximado de una tonelada de paja de primera de cebada ha sido de 30 euros, la mitad que hace un año, cuando en diciembre el precio rondaba los 60 euros la tonelada. El pasado año, la producción de cereal en la provincia fue de 1,4 millones de toneladas. 

La venta de paja «es justita, incluso floja», por lo que cada vez hay más naves para el almacenamiento de un producto que se puede guardar entre tres y cuatro años como máximo sin que pierda sus propiedades, siempre y cuando no se moje

Junto con la producción de cereal, que ha sido muy elevada en toda Castilla y León y en toda España otro de los problemas con los que se ha encontrado la salida de la paja en el mercado ha sido el clima. El problema es que la paja «depende de cómo venga el año», explica López. En este caso, este ha sido un año de muchas lluvias y «ha habido mucha hierba, muchos forrajes. De hecho ha habido hierba hasta ahora mismo».

Es una situación que hace daño a la paja porque cuanto más verde está el campo menos paja se vende, especialmente en uno de los destinos principales que tiene este producto, el ganado, que en estas circunstancias «aún está suelto y puede pastar, por lo que hay hierba le siguen dando de comer y no hace falta paja».

Esta situación contrasta con la campaña del año pasado, que fue un año seco, lo que hizo que en determinadas zonas de España, como Extremadura se incrementara la demanda de paja, lo que hizo que se demandara este producto desde julio hasta el mes de febrero de este año. En España, el mercado de la paja también tiene otro importante destino en la vecina Cantabria, para explotaciones ganaderas.

En ese sentido , la pandemia ha tenido efectos también en esta actividad, ya que muchas de las explotaciones a las que se destina la paja tienen los cebaderos vacíos, ya que el cierre de restaurantes hace también que haya decaído la demanda de producto ganadero. Un ejemplo más de que el mercado de la paja es muy variable.

La exportación es cada más elevada para lo antes se consideraba un subproducto agrícola, pero que cada vez tiene un mercado más amplio. Este año en Europa ha habido bastante sequía y sí se está exportando bastante, pero es verdad, añade este profesional, que «como ha habido mucha producción en toda España el precio se ha visto resentido. El precio es muy malo al haber más oferta».

La paja también se ha abierto a otros mercados y usos. Es el caso, en la provincia de Burgos, de la planta de biomasa de Acciona en Briviesca. Se trata de una planta que es capaz de generar 16 megavatios de energía, el equivalente al consumo de 40.000 hogares. Lleva funcionando desde el año 2010 y consume al año 102.000 toneladas de paja de cereal al año.

En este sector cada vez es más alta la demanda, ya que cada vez se produce más energía a través de este tipo de recursos, por lo que hace que aumente la venta de paja para estos usos.

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