Diario de Valladolid

MERCADO

El precio de la tierra se encarece por encima de la media nacional

130 euros Es lo que pagaron de más por hectárea quienes pudieron adquirir o arrendar suelo agrícola el año pasado/ La diferencia entre el secano y el regadío en herbáceos ronda los 6.370 euros

Parcela agrícola de grandes dimensiones destinada a varios cultivos en la provincia de Burgos.-ECB

Parcela agrícola de grandes dimensiones destinada a varios cultivos en la provincia de Burgos.-ECB

Publicado por
Diego Santamaría

Creado:

Actualizado:

Dicen los agricultores, ya sean veteranos o novatos, que empezar de cero en el sector resulta prácticamente imposible. El principal motivo, como siempre, es la cuantiosa inversión necesaria a la hora de adquirir o arrendar suelo agrícola. El problema, más allá de la maquinaria o el encarecimiento progresivo de los inputs, reside principalmente en lo que cuesta la tierra. Y no parece muy halagüeño el panorama en Castilla y León, donde el precio se incrementó un 2,3% el año pasado respecto a 2016. Mientras tanto, la media nacional, tendente en la mayoría de regiones a nuevas subidas, se sitúa en el 2%.

De una campaña a otra, el precio medio por hectárea en la Comunidad ha pasado de costar 5.657 euros a 5.787. No obstante, esos 130 euros de diferencia revelan en este caso una variación interanual inferior a la de España en su conjunto, ya que el encarecimiento asciende a 200 euros. Sea como fuere, lo cierto es que Castilla y León es una de las regiones con el suelo agrícola más barato. Tan solo Extremadura y Aragón, con 4.149 y 5.194 euros por hectárea, respectivamente, ofrecen un precio medio inferior a los agricultores.

Aún con todo, el principal problema para las nuevas generaciones que no cuentan con el apoyo de una explotación familiar detrás reside en la «falta de disponibilidad». Esa es la realidad con la que se dio de bruces el año pasado Jesús, un joven burgalés criado en la capital, sin vinculación previa al sector, que se formó como técnico agropecuario con el objetivo de «crear una explotación ecológica en el medio rural».

Teóricamente hay tierras, pocas pero alguna disponible queda. Lo que ocurre es que los propietarios con los que se ha cruzado «pedían mucho más de lo que puedo permitirme». Incluso reconoce, una vez conocidos los últimos datos recabados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa), que las «ofertas» eran «bastante superiores» a lo que reflejan las estadísticas.

Según Jesús, el principal handicap para todo aquel que desee incorporarse al sector agrario es la «especulación» que impera en el campo. Le da la impresión de que «a muchos les cuesta desprenderse de sus tierras, ya sea porque igual se las dejan a sus hijos el día de mañana o porque esperan que el precio siga subiendo y a lo mejor el día de mañana se lo compra una multinacional». En el fondo lo desconoce porque «cuando dices que vienes de la ciudad y que nadie en tu familia se dedica a esto, es como si quisieran cerrarte la puerta de inmediato».

Después de intentarlo durante algo más de un año, el joven decidió tirar la toalla -«pero solo de momento, nunca se sabe»- y buscar otra ocupación con la que ganarse la vida. Ahora, trabaja en una fábrica y asegura que «las condiciones salariales no están nada más», aunque echa «de menos» el «contacto con la tierra» del que tanto disfrutó durante sus prácticas.

A la espera de una oportunidad, Jesús no deja de lado su interés por la agricultura y continúa «leyendo todo lo que puedo», ya sea a través de «libros»o «por internet». También colabora de forma esporádica con pequeños proyectos -básicamente «huertos de amigos que no se dedican a esto profesionalmente»- para«matar el gusanillo».

Quién sabe cuál sería la visión de este joven burgalés si hubiese nacido en otra Comunidad. Por ejemplo, en Cantabria, donde la hectárea se rebajó 542 euros (-3,9%) hasta costar una media de 13.312. Oen el País Vasco, donde el año pasado se podían adquirir 10.000 metros cuadrados por unos 14.008 euros. Eso sí, a 504 euros menos que en la anterior campaña que se traducen en una caída del 3,5%. Donde seguro que no se instalaría es en Canarias, donde la escasez de terreno agrícola ha propiciado que cada hectárea llegue a superar los 86.000 euros. Eso sí, el año pasado se abarató en unos 500 euros.

Obviamente, los precios varían en función del tipo de terreno que uno desee explotar. En el caso de los suelos destinados a cultivos herbáceos, apostar por áreas de regadío podía conllevar el año pasado una inversión de 6.370 euros a mayores respecto al secano, cuyo precio medio ronda los 6.227 euros. En ambos casos, el Mapa también detecta sendos encarecimientos en relación a la campaña anterior. En concreto, de un 2,6% para herbáceos y barbecho en secano y de un 1,3% para las parcelas de regadío.

Más asequibles resultan las praderas destinadas a pasto, que en 2017 se aproximaban a los 3.200 euros por hectárea. No en vano, el precio en Castilla y León se incrementó en 42 euros, lo que supone una subida porcentual del 1,3% frente al 0,3 de la media nacional.

tracking