Diario de Valladolid

MERCADO

El campo retorna a los cereales antiguos para fijar población

El proyecto Intrasem recupera variedades tradicionales de cereales y leguminosas para obtener harinas y forrajes de gran calidad / Se quiere aumentar la rentabilidad en tierras de bajo potencial productivo

Los profesores de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de Palencia, Fermín Garrido, Zacarías Clérigo y José Luis Marcos, muestran semillas de trigo en una finca cercana a la capital.-BRÁGIMO

Los profesores de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de Palencia, Fermín Garrido, Zacarías Clérigo y José Luis Marcos, muestran semillas de trigo en una finca cercana a la capital.-BRÁGIMO

Publicado por
M.C.
Valladolid

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La nueva agricultura impulsada desde Bruselas busca incrementar la rentabilidad de las explotaciones de tal forma que su desarrollo sea compatible con la utilización de prácticas sostenibles, «preservando el entorno del medio rural». Una línea en la que trabaja actualmente el grupo de investigación de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de Palencia, al que pertenece el profesor José Luis Marcos, dentro del proyecto Intrasem. El objetivo es recuperar y utilizar variedades tradicionales de cereales y leguminosas para obtener harinas y forrajes de calidad, y además hacerlo en tierras de bajo potencial productivo. Una vuelta a los cereales antiguos casi desaparecidos en estos momentos.

En esta iniciativa de cooperación transfronteriza, con carácter innovador, participa Castilla y León y el centro de Portugal. La búsqueda de alternativas estratégicas al cambio climático para que el sector agrícola se adapte y contribuya a su mitigación es una realidad en Europa, como apunta Marcos, por eso, esta experiencia en ecológico quiere ofrecer opciones «viables» al monocultivo intensivo del cereal fomentando una «agricultura de conservación, un cambio en el paisaje castellano y nuevas expectativas en el medio rural». Un camino que creen obligado explorar.

La idea, como explica Zacarías Clérigo, coordinador de Intrasem, es desarrollar un sistema de cultivo que, «conservando la esencia del sistema tradicional de la comarca, aporte un valor añadido al producto obtenido». Fundamentalmente, se trata de «hacer viable» tierras que ahora no lo son, y recuperar ciertas especies, como la espelta o trigo tradicionales como el Barbilla, autóctono de la zona de Riofrío de Aliste (Zamora).

Los investigadores aseguran que estos cultivares de especies tradicionales tienen «un potencial muy elevado de rusticidad y buenas calidades harino-panaderas». Por eso, según Ángel Fombellida, investigador de la Escuela, estos cultivos sanos, libres de pesticidas y el suelos tratados con micorrizas y abonos verdes «pueden representar una alternativa viable en tierras marginales de poca productividad».

Este proyecto innovador está actualmente a la espera de evaluación por parte de la Comisión Europea.

La demanda de este tipo de cereales es «creciente», aunque con una oferta «escasa» y «dispersa». Se requiere en estos momentos harina de estas variedades para elaboraciones de pan que pretenden «recuperar el formato y el sabor de épocas pasadas». Este es el reto.

Por eso, este equipo multidisciplinar de investigadores y profesionales está visitando ya a agricultores de las comarcas seleccionadas para recabar material genético, tanto de cereales como de forrajeras autóctonas, como las vezas, alfalfa, almorta, o altramuces, para elaborar una colección «lo más amplio posible» de estos cultivares.

Los trabajos ya han comenzado esta campaña, coincidiendo con la sementera, en las parcelas de ensayo de Fundao, en Portugal, donde se va a realizar un seguimiento «planta a planta, con múltiples repeticiones, y en la localidad zamorana de Riofrío de Aliste (Zamora), con otras diez hectáreas donde se rotan cereales y leguminosas para estudiar estas combinaciones. Resta por arrancar en las microparcelas de Ayóo de Vidriales y Foramontanos de Tábara (Zamora), desde donde se enviarán muestras para ensayos en el Instituto Nacional de Semillas y Plantas de Vivero, a fin de obtener la autorización para el registro de propiedad, así como «poder multiplicar y certificar la misma».

Inicialmente, este es un proyecto a tres años, como apunta Clérigo, convencido de la oportunidad que supone para las zonas menos productivas, donde los cultivos prácticamente se han abandonado, en términos de fijación de la población rural.

Esta vuelta a los cereales antiguos busca calidad y productos específicos, como señala el coordinador de Intrasem. Los harineras tradicionales de Castilla y León tienen interés en introducir este tipo de cereal, que tendría más valor que un cereal convencional. De esta forma, aunque los rendimientos son menores, el agricultor ve compensado este esfuerzo vía precios. Este es el objetivo final.

El proyecto actual supone una continuidad del trabajo llevado a cabo con ‘Operación CO2’ del programa Life+, liderado por este equipo de la UVA, donde se ha comprobado el «buen» resultado de la agrosilvicultura, así como del proyecto Life los Desiertos Verdes, donde se demostró la viabilidad de una nueva técnica de plantación de especies agroforestales, «para que las plantas sobrevivan en climas áridos y suelos degradados en ausencia de riegos. El cambio climático como base de estas iniciativas que abordan prácticas saludables, con una rentabilidad «extra», con la finalidad de ayudar al relevo generacional y «que la juventud permanezca en el medio rural».

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