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El sector advierte: «Si se cambian las condiciones, no habrá remolacha»

Azucarera aboga por un sector «integrado» e insiste en que «todos deben ajustarse a las circunstancias del mercado de cada momento»/ Las Opas denuncian el intento de control por parte de la multinacional

Publicado por
M.C.
Valladolid

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En el inicio de la campaña de recogida de la remolacha en Castilla y León, la incertidumbre sigue planeando en el sector sobre el futuro del cultivo. El mercado comunitario de los precios del azúcar mantiene «mínimos históricos» que abocan a la industria azucarera a una campaña en negativo.

El mercado internacional, por su parte, ha experimentado una ligera subida desde finales de septiembre, pasando de una cotización de 313 dólares/tonelada para el azúcar blanco de referencia, a los 387 de la última semana. Aún así, los precios siguen a niveles «bajísimos», como afirma Javier Narváez, secretario del Consejo Rector de Acor, quien habla claramente de una campaña con números rojos para la cooperativa, por debajo, eso sí, de las cifras de 2014-2015, cuando se cerró con nueve millones de euros de pérdidas.

El escenario es complicado, aunque Acor tiene claro en este contexto que el precio de la remolacha es «intocable». La cooperativa asegura a sus socios un precio de 42 euros la tonelada, aunque reclama también «ayuda» a la administración para consolidar el cultivo.

Les preocupa mantener «un mínimo de superficie y producción» para que la remolacha siga siendo considerada un cultivo estratégico en Castilla y León, lo que garantizaría las ayudas más allá de 2020. Algo que Narváez considera imprescindible para el mantenimiento del cultivo y «compensar» los costes y el trabajo de los cultivadores.

Una línea de trabajo que difiere mucho de las manifestaciones realizadas por parte de Azucarera. Una posición en la que se mantienen firmes, a pesar de la respuesta desde el sector a lo que consideran un «globo sonda», sobre la posibilidad de vincular el futuro precio de la remolacha al mercado.

La directora agrícola de la multinacional, Salomé Santos, asegura que este es el camino en un mercado libre, y lanza un mensaje a los remolacheros: «hay que trabajar unidos para hacer sostenible el sector». Algo que, a su juicio, pasa por un «modelo de integración» con el agricultor para abaratar costes.

Un modelo impulsado desde la sociedad Agroteo ( formada en un 51% por Azucarera y un 49% por los remolacheros), que rechazan rotundamente las Opas, al considerarlo un intento de la compañía por «quedarse con todo y manejar el sector».

En opinión de Azucarera, «todos deben ajustarse a las circunstancias del mercado de cada momento, para que todos ganen, a veces más y otras menos». Es decir, ir al ritmo del mercado y de los ciclos del azúcar. Santos insiste en que las ayudas actuales «ya suponen un ingreso mínimo garantizado», y afirma que «se puede sobrevivir en ciclos de precios bajistas». Es más, ponen de manifiesto que «al precio actual del azúcar, la industria pierde dinero, intentar que unos ganen y otros pierdan, es insostenible», según sus palabras.

Aunque Azucarera no pone fecha a esa posible modificación en el futuro precio de la remolacha, advierten que siguen «muy atentos» a los precios del azúcar, y se muestran partidarios de hablar con los agricultores «con transparencia y honestidad» sobre este tema.

Por su parte, las organizaciones agrarias de Castilla y León se han mostrado rotundas sobre la posibilidad de modificar las condiciones actuales de la remolacha. ASAJA, la Alianza y UCCL creen que «una propuesta vinculada al mercado para bajar el precio que se paga al agricultor, no tiene futuro». Están convencidos de que si se lleva a efecto «no habrá remolacha», es decir, el agricultor «dejará este cultivo para elegir otras alternativas de regadío».

Asimismo, las Opas acusan a Azucarera de intentar «desmantelar el sistema productivo», según el coordinador regional de UPA-COAG, Aurelio González. «Esta no es la forma de arrimar el hombro» a favor del cultivo, como señala Donaciano Dujo, presidente de Asaja.

Por su parte, desde la UCCL, Jesús Manuel González Palacín considera un «error» la reflexión de Azucarera, por eso, afirman que es el momento de «pararse, hablar y asegurar el cultivo de la remolacha». En este sentido, instan a la consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, a convocar la Mesa del Azúcar para abordar el escenario actual.

Mientras tanto, la campaña de recogida de remolacha continúa en una campaña tocada por las siembras tardías y, sobre todo, por los ataques de cercospora, que van a tener sus efectos en la polarización.

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