El futuro de las cámaras agrarias

las elecciones del próximo 11 de febrero determinarán las organizaciones profesionales agrarias más representativas en Castilla y León en los próximos cinco años. Un nuevo procedimiento, en forma de consulta, por el que se vota directamente a las siglas y no a una lista, como ocurría hasta ahora con las elecciones a cámaras agrarias.

El futuro de estas entidades sigue siendo muy incierto, tras la supresión de las ayudas por parte de la administración autónomica. El proceso actual sustituye las elecciones a cámaras, pero los resultados que obtengan las Opas en la consulta electoral se van a aplicar para determinar la Presidencia y la composición del pleno y la comisión delegada de las cámaras de Ávila, Burgos, León, Soria, Valladolid y Zamora. Las únicas que continúan abiertas actualmente, aunque con nula o precaria actividad, tras la supresión de las ayudas.

Una contradicción para las organizaciones agrarias que consideran «absurdo», como explica el secretario general de UGAL-UPA, Matías Llorente, «nombrar representantes en un órgano que está muerto». De hecho, advierte que, en su caso, se «van a negar» a nombrar vocales», ya que considera que «no tiene sentido».

De forma general, las Opas defienden el papel de las Cámaras, aunque «no como hasta ahora». Asaja apuesta por su continuidad, como señala su presidente, Donaciano Dujo, quién lamenta la política de derribo llevada a cabo por la Junta contra estas entidades.

El futuro sin subvenciones públicas aboca a estas entidades a su extinción, por eso, los representantes agrarios piden a la Junta «que se moje» y tome una determinación sobre su futuro. «La administración las ha vaciado de contenido, ahora le toca asumir su responsabilidad y no actuar con el desprecio con el que lo ha hecho hasta ahora», señala el presidente de la cámara de Valladolid, Ignacio Arias.

Su intención es reunirse con las Juntas Agropecuarias Locales una una vez que se celebre la consulta electoral, y ver el grado de compromiso para continuar. Desde la UCCL, su coordinador regional, Jesús Manuel González Palacín, tiene claro que «o se mantiene el presupuesto para ofrecer unos servicios dignos» o la Junta «debe cerrar las cámaras por decreto».

«Exigimos que se defina qué se va a hacer», reclama también el coordinador regional de la Alianza UPA-COAG, Aurelio González, que advierte que «no consentirán» que se juegue con las cámaras ni con su patrimonio. Su intención tras las elecciones es nombrar los «mejores» representantes en estos órganos provinciales «mientras estén en funcionamiento». Algo que está muy comprometido en estos momentos.

En León funciona actualmente una Asociación paralela a la cámara provincial, AJAL, que ha asumido las funciones de la entidad. Un modelo que ensalza Asaja, pero que ha contado con la oposición rotunda del resto de organizaciones agrarias.

La Cámara de Burgos, Zamora y Valladolid cuentan con actividad, aunque muchos más limitada desde la eliminación de las ayudas. Lo que tienen claro sus presidentes es que «la Junta no quiere responsabilizarse», por eso reclaman mayor definición. «Estamos en un limbo y pedimos a la administración que diga lo que va a hacer», señala el presidente de la Cámara de Zamora, José Roales.

En cuanto al resto de cámaras, Soria tiene recursos, pero no actividad, como ocurre en Ávila donde, según su presidente, «no hay deudas». Jesús Muñoz asegura que su intención es «continuar», aunque es consciente de que sin financiación será difícil.

Tal y como contempla el procedimiento establecido en la Ley Agraria, las renovaciones de las vocalías en las Cámaras se implementarán durante el mes siguiente a la celebración de la consulta. De ello se encargarán los servicios territoriales de Agricultura.