Diario de Valladolid

CULTIVO

Los productores de trufa temen el fin de la campaña en un mes

Temporada La producción ha quedado condicionada por la sequía que arrastra el campo y los hielos de diciembre y podría cortarse a mitad de febrero, mes y medio antes del límite

El productor soriano Javier López, con su cerdita vietnamita Bulla, una gran ‘cazadora’ de trufas-H.D.S

El productor soriano Javier López, con su cerdita vietnamita Bulla, una gran ‘cazadora’ de trufas-H.D.S

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Irene Llorente Yoldi

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La sequía adelantó la temporada de la ‘tuber melanosporum’ o trufa negra, casi un mes con respecto a otros años, si bien la campaña arrancaba «muy floja» precisamente por la falta de agua, con una producción que se ha visto reducida a la mitad con respecto a un año medio, según el presidente de la Asociación de Truficultores de Soria, Javier López, quien se teme que la fructificación se pueda cortar a mediados de febrero, un mes y medio antes del fin de la temporada marcado por el decreto micológico, el 30 de marzo para las plantaciones. En esto también han tenido la culpa las heladas del mes de diciembre, ya que la trufa que había entonces era de mucha calidad precisamente por la ausencia de precipitaciones, pero quedó tocada también en cantidad, de modo que en enero y febrero, que es cuando alcanza la maduración, apenas hay trufa.

No obstante, este soriano que lleva ya 26 años inmerso en el cultivo de la trufa asegura que la recolección ha descendido mucho a nivel mundial, de modo que los precios están condicionando el mercado entre 500 y 800 euros el kilo que se paga al productor y que al consumidor le llega en una horquilla de entre 800 y 1.200 euros el kilo, si bien en Navidades se han llegado a pagar 1.800 euros el kilo al productor, que en venta final han superado los 3.000 euros el kilo. Unas cifras que Javier López considera que ya han alcanzado el techo hace mucho tiempo porque si se mantiene la trufa negra en su precio máximo el mercado se limita a compradores de nivel adquisitivo alto, en detrimento del resto de clientes y restaurantes, a quienes no les beneficia porque la retiran de sus cartas.

En positivo destacó que la trufa que hay está toda vendida porque hay mucha demanda, si bien el 90% de la producción se está exportando a países europeos, principalmente Francia, Reino Unido, Italia, Suiza o Alemania, entre otros, directamente relacionado con la escasa fructificación, ya que hay parcelas con rendimientos por debajo de la mitad de un año medio, entre 20 y 30 kilos por hectárea, lo que supone que apenas hay una producción de 10 kilos por hectárea. Y es que ha habido muchas plantaciones que no han podido regar en primavera y luego no lo hicieron hasta octubre, de modo que esa trufa se ha visto mermada y bichada. «No tiene el mismo precio ni la calidad que una que sí ha sido regada durante todo el ciclo completo», añade Javier López. Y la silvestre es inexistente.

A esto se une que «arrastramos dos meses de heladas fuertes que han dejado aún más tocada la producción y la calidad de parte de la trufa que se recolecta; en el resto es de buena calidad porque ahora estamos en el mejor momento de la trufa en cuanto a su maduración».

La Asociación de Recolectores y Truficultores de Soria, de la que Javier López es presidente, cuenta en la actualidad con unos 70 socios, una cifra que en cuatro años se ha triplicado, pasando de los 25 de 2013 a los 70 actuales. La primera plantación de López fue en el año 1992 en Nafría la Llana y ya cuenta con unas 15 hectáreas de encina micorrizada. Desde hace año y medio tiene la ayuda de Bulla, una cerdita vietnamita que es «una gran cazadora». Lo que plantea como ‘cabeza’ de la agrupación es que las administraciones apoyen más al sector. Agradece las ayudas que la Diputación de Soria ha dispuesto para el fomento del cultivo de la trufa, 50.000 euros que en la última convocatoria se han quedado cortos, dado el incremento de solicitantes.

Soria, segunda por detrás de Huesca, a nivel nacional

1.200 hectáreas. La provincia cuenta con unas 1.200 hectáreas de explotaciones de trufa negra con una producción de 8,2 toneladas, pero además dispone de 38.000 hectáreas de montes que generan alrededor de 3,2 toneladas, lo que supone ya casi el 30% del total nacional, 34 toneladas y se convierte en la segunda provincia productora, por detrás de Teruel, que sigue liderando el sector, con el 60%. A su vez, la producción nacional de trufa negra es ya más del 30% de toda Europa, con una superficie de 10.000 hectáreas. Así, ocupa el segundo lugar, por detrás de Francia, que obtiene 45 toneladas, si bien también es el país que más terreno posee, con 24.000 hectáreas. Y en tercer lugar, Italia, con 7.500 hectáreas y 21 toneladas. «El 90% de las 100 toneladas que se producen en el continente europeo provienen de plantaciones de encina micorrizada», asegura el director del Instituto Micológico Europeo, Fernando Martínez Peña. Distingue tres calidades, tomando en cuenta el control de UNECE Standard FFV-53: categoría extra, categoría I y categoría II. La extra se le concede a aquella trufa que pesa más de 20 gramos, tiene forma redonda u ovalada y está libre de daños o defectos. La categoría I es para las piezas de más de 10 gramos y están permitidos ligeros defectos de forma, color, desarrollo y de abrasión superficial. Y la categoría II, para el producto que pesa más de cinco gramos, esté entero o no, y están permitidos defectos de forma, color, desarrollo y abrasión superficial, y ligeros daños causados por plagas.

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