La CHD va a vigilar «muy de cerca» las reservas de agua

Las inspecciones de la Confederación Hidrográfica del Duero para garantizar las reservas de agua van a continuar esta campaña, especialmente en las zonas «más problemáticas», y en función del momento de sequía que atraviesa actualmente la cuenca. Así lo advierte el comisario de aguas de la CHD, Ángel González, que insiste en que se trata de criterios «técnicos» y ajustados al Plan Hidrológico, con el fin de «ajustar las extracciones a lo que establece la Ley».

La CHD insiste en que el régimen sancionador no es una cosa de este año, y pone el punto de mira en aquellas zonas donde hay «mayor interés» para mejorar el estado de las masas de agua. De esta forma, el comisario de aguas asegura que el Cega «se va a vigilar muy de cerca» esta campaña, junto a Valderaduey y las aguas subterráneas en mal estado cuantitativo, entre otros focos.

La labor inspectora es contínua y puede traducirse en las primeras multas definitivas e incluso cierre de captaciones, si fuera el caso, antes de que comience esta próxima campaña de riegos. La Confederación Hidrográfica del Duero contabiliza unas 600 inspecciones en 2016, de ellas 250 en aguas subterráneas, y que se han saldado con los casi 200 expedientes abiertos a principios de año. Expedientes que están causando más de un quebradero de cabeza a los regantes de aguas subterráneas que han visto como, de la noche a la mañana, las sanciones por un uso irregular del agua están afectando directamente a la actividad de sus explotaciones.

Lejos de atisbar una solución, como piden las organizaciones agrarias y el sector, la CHD es tajante. González aclara que ahora es cada agricultor el que deba regularizar su situación.

En el caso, dicen, de que el regante no haya extraído más agua del que debiera, como ocurre en muchas rotaciones, éste deberá acreditarlo convenientemente para que se le retire la cuantía en que se valora el daño ocasionado al dominio público hidráulico. Esta es la única flexibilidad que otorga la Confederación. Otra cosa bien distinta es la cuantía de la sanción o multa «que no se va a quitar».

La CHD estudia ahora las alegaciones, aunque deja claro que la rotación de cultivos exige la titularidad de las parcelas a regar, además de recordar la necesidad de contar con un pozo legalizado y tener concesión, algo que no siempre ocurre, ya que hay regantes con pozos realizados antes de 1985. En este caso será el juez quien decida.

Sobre la incertidumbre de muchos agricultores que ante la posibilidad de la multa están dudando sobre las próximas siembras, González asegura que cada agricultor debe tomar sus decisiones, en función de la Ley. Aseguran que por el momento «a nadie se le ha cerrado ningún pozo».

El comisario de aguas plantea de nuevo la posibilidad de las comunidades por convenios y las comunidades de usarios como vías de solución que hay que explorar de cara al futuro.