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SECTOR

Los cunicultores miran al futuro «esperanzados»

Los precios suben, aunque el productor sigue pidiendo que la cadena de valor funcione

Jaime Sanz, responsable del sector cunícola de la Unión de Campesinos de Castilla y León, en su explotación de Olombrada.-E.M.

Publicado por
Marisol Calleja

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Las últimas cotizaciones medias del precio de conejo en torno a 1,70 euros el kilo vivo reflejan una recuperación, aunque los valores se sitúan aún por debajo de los costes de producción. Los precios han remontado en el primer trimestre del año, lo que relaja inicialmente las tensiones.

A pesar de ello, y de que el sector asegura estar «esperanzado», se mantiene la prudencia. Y es que no hay que olvidar que los productores arrastran pérdidas de los dos años anteriores y siguen saldando sus deudas. Así lo expresa Jaime Sanz, responsable del sector de la UCCL y productor de Olombrada (Segovia). Esta organización agraria insiste en que algunas explotaciones han tenido que cerrar debido a la crisis ante la imposibilidad de afrontar los costes.

El escenario actual es más estable, un marco que UPA atribuye a las campañas de promoción llevadas a cabo por parte del sector, que han tenido, en su opinión, un «impacto positivo» en el consumo. Un elemento que considera esencial junto a la «lucha» desarrollada contra la banalización de la carne de conejo.

Castilla y León cuenta actualmente con unas 200 granjas de producción, de un total nacional de 1.400, y «pelea» con Galicia y Cataluña por la primera posición. El sector reconoce la mejoría de precios, pero insiste en que hay que seguir trabajando para que el sector viva «tranquilamente», en palabras del responsable de UPA, Román Santalla, que advierte de la volatilidad.

UPA pide al Ministerio de Agricultura que «meta la nariz», es decir, que no se limite a observar y «actúe» del lado del productor, que es «el más débil». Actualmente, según esta organización agraria, el Mapama trabaja en un borrador para regular la comercialización en el sector a través de Organizaciones de Productores, como ocurre en el sector lácteo. El objetivo, según Santalla, es avanzar en la creación de canales de comercialización, «unirse y vender conjuntamente».

Una estrategia en la que se trabaja ahora junto a otra reivindicación del sector como es la constitución de la nueva Lonja del Conejo. Desde Upa se apunta a su sustitución y a la posibilidad de crear una la Lonja «más representativa».

Los contactos del sector a través de la Interprofesión son constantes en un momento en el que se mira al mercado y a esa recuperación, pendientes aún de un consumo que sigue descendiendo. De momento, las organizaciones agrarias creen que se ha evitado que las cotizaciones caigan a precios «de derribo».

Desde la UCCL lamentan en este sentido que Castilla y León no haya respondido como lo han hecho otras comunidades autónomas aprobando ayudas de mínimos para las explotaciones cunícolas, tal y como ofrece la normativa comunitaria. Algo que, como recuerda el responsable del sector, sí se ha hecho en otras regiones con Valencia, Castilla-La Mancha, Galicia, País Vasco, Cantabria, Navarra y La Rioja.

Sanz reclama a Agricultura reuniones periódicas para valorar la evolución del sector, incluso la creación de una Mesa de seguimiento en Castilla y León para abordar situaciones de crisis como la actual. Para la Unión de Campesinos es necesario abordar no solo problemas como el de los precios, sino aspectos relacionados con la sanidad y la investigación. Una línea, esta última, en la que destaca, por ejemplo, la falta de medicamentos registrados para su uso en cunicultura. «Contamos con unas herramientas muy limitadas», asevera.

Sanz, de 36 años de edad, gestiona junto a su hermano una granja en Olombrada (Segovia). Lleva dieciséis años en el sector y conoce bien los vaivenes y los apuros de unos productores que llevan en crisis ya varios años.

El sector mira al futuro con cautela, conscientes de que las campañas de promoción deben continuar y que la administración debe actuar para que la cadena de valor funcione. En este sentido, UPA insiste en que hay que controlar volúmenes y producción, e intervenir el mercado «llegado el caso».

No son partidarios de aprobar la incorporación de nuevas granjas al sector ya que creen que está «sobredimensionado». Según el responsable de ganadería de esta organización agraria «no se pueden meter jóvenes para que luego sus explotaciones quiebren en cinco años», como ha ocurrido estos años. UPA recuerda que en el último año el sector ha perdido un productor por día, un elemento para la reflexión.

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