Diario de Valladolid

Algadefe, territorio lácteo

Es el pueblo de Castilla y León con mayor número de vacas, más de 2.000 reproductoras y once explotaciones, a las que hay que sumar las seis mil cabezas de ovino / La crisis de precios afecta a este municipio que ve el futuro con «temor» y en manos de la industria

Una de las ocho explotaciones de vacuno de Algadefe, propiedad de Carlos y Rafael Merino.-M. C.

Una de las ocho explotaciones de vacuno de Algadefe, propiedad de Carlos y Rafael Merino.-M. C.

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Marisol Calleja

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Si hay un pueblo comprometido con el sector lácteo en Castilla y León, ese es Algadefe, municipio situado en la Vega del Esla, a 45 kilómetros de la capital leonesa y a solo dos de Toral de los Guzmanes, otra villa lechera por excelencia. Algadefe es, según el censo oficial de la Consejería de Agricultura, el pueblo de la Comunidad con mayor número de vacas en estos momentos, más de 2.000 reproductoras repartidas en once explotaciones de la localidad. Unos números que reflejan el potencial lechero de este municipio que ahora vive angustiado por la grave crisis de precios que afecta al sector.

Según estas cifras, cada uno de los 325 habitantes de Algadefe tocaría a una media de seis vacas, porcentaje que se eleva si tenemos en cuenta la importante ganadería de ovino presente en este pueblo leonés, con ocho explotaciones y más de seis mil reproductoras, lo que supone una producción de unos 15.000 litros de leche de oveja diarios y más de 50.000 de leche de vaca al día.

La realidad es que los tres municipios de la Vega del Esla: Algadefe,Toral de los Guzmanes (1.066 reproductoras y 24 explotaciones) y San Millán de los Caballeros(1.280 vacas y cinco explotaciones) suman más de 4.000 reproductoras, el 14% de las 27.000 del censo registrado en la provincia de León y distribuido en 459 explotaciones, según datos de la Junta.

Castilla y León cuenta actualmente con 1.291 ganaderos con entregas declaradas, según los datos del Fega correspondientes al mes de abril, que constatan una tendencia a la baja en los precios y en el número de explotaciones, 58 menos desde que comenzó el año. La Comunidad ha perdido más de cien ganaderos desde la desaparición de las cuotas lácteas, como pone de manifiesto la UCCL, y el profesional percibe el precio más bajo de los últimos cinco años. El precio en abril se situó en Castilla y León en los 0, 299 euros el litro frente a los 0, 314 del pasado mes de enero. Un contexto de crisis que se agudiza día a día.

Una crisis que «no se parece a ninguna vivida antes», según lo explica Carlos Merino, ganadero de Algadefe, quien gestiona junto a su hermano Rafa una explotación de vacuno de leche de 450 animales. Lo peor para Carlos son las «malas» perspectivas y la sombra «alargada» de este desequilibrio al que no se ve todavía un final.

Carlos y Rafa son el ejemplo del relevo que permite fijar población en el medio rural. Un hecho que destaca Teodoro Cadenas, ganadero de Toral de los Guzmanes y presidente de la cooperativa Vega-Esla, implantada en la comarca. Cadenas insiste en que, a diferencia de otros pueblos, en Algadefe las explotaciones «han crecido» y sus ganaderos se han rearmado ante situaciones tan graves como el mal de las ‘vacas locas’.

Es el caso de José Antonio Herrero. Su explotación, la mayor granja lechera de León, registró uno de los primeros casos en Castilla y León, en 2001. «Un palo gordo», como él mismo lo describe. Este ganadero de Algadefe tuvo que sacrificar todas sus reses de una explotación considerada «la número uno en producción en España». Reconoce que entonces pensó dejarlo todo, aunque su sobrino, que se había incorporado hace dos años, y su hijo, que ahora le acompaña también en la gestión de la granja, le animaron a seguir.

Juntos mantienen ahora una explotación familiar con 300 animales, la mitad de ordeño, y un obrero. A sus 63 años, José Antonio se muestra, sin embargo, «desilusionado», especialmente con la situación que vive el sector desde la liberalización. Por eso, rechaza la «oportunidad» a la que aludía la administración central y autonómica ante el fin de las cuotas. Es más, deja claro que no ve futuro al sector lácteo y advierte de que «cada día se pierden dos explotaciones».

El problema de precios es una realidad y así lo constatan desde el sector. La denuncia unánime es que el 99% de los ganaderos trabaja a pérdidas, es decir, vende la leche a la industria por debajo de los 33-34 céntimos en los que estiman el coste de un litro de leche, «si se tiene en cuenta el jornal y las amortizaciones».

En estos momentos, según el presidente de Vega-Esla, la leche de vaca «está colocada», eso sí, «a bajos precios». El problema se centra ahora en la leche de oveja, a la que «es muy difícil darle salida». Un sector, el del ovino, acostumbrado también a las crisis y que se ve arrastrado por la situación del vacuno de leche.

La administración sitúa el problema lácteo en Europa, en un contexto mundial de excedente de leche que la industria aprovecha, según los ganaderos, para marcar las pautas al productor. Cadenas se refiere en este caso a los intermediarios, una figura que afirma «ha creado la industria y está utilizando a su favor».

De esta forma, explica, «las empresas dejan leche en el campo a 29 céntimos, que luego termina en sus instalaciones a 20». Todo ello, gracias a las cisternas que en estos momentos están favoreciendo la existencia de un mercado «desregulado». Precisamente, la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, confirmaba a este periódico la intención del Magrama de «ordenar» la figura del intermediario a través de la AICA, donde se vigilan estas transacciones comerciales». Unos controles ante los que los ganaderos se muestran bastante «escépticos».

Al igual que cuando se habla del papel de los integrantes de la cadena de valor. Herrero es tajante al afirmar que «no hay industria leal» en este momento. Precisamente, a los abusos actuales alude también José Antonio Fuertes, ganadero de este municipio leonés, recién jubilado y que gestiona su explotación junto a sus dos hermanos, tres sobrinos y un hijo. Un ejemplo de relevo familiar en una época de dificultades.

José Antonio recuerda cómo han cambiado los tiempos. Asegura que antes era más fácil incorporarse al sector. Él lo hizo a los dieciocho años oficialmente. «Eras tu jefe y aunque el trabajo es muy esclavo, había una rentabilidad». Rentabilidad que ahora está «comprometida», en su opinión, al trabajar por debajo de costes. Este ganadero leonés lleva toda la vida entre vacas y es consciente de que «nunca ha existido la incertidumbre que hay ahora, ni los abusos». Reconoce que siempre ha habido precios altos y bajos, es decir, mucha volatilidad, aunque nunca «te han dejado la leche en casa y te han limitado tu producción», como está ocurriendo ahora. «No puedes respirar, es un abuso descarado», lamenta resignado.

Y es que el «temor» está ahí, aún cuando se firma un contrato más o menos estable. Es el caso de Carlos y Rafa, que se reconocen «privilegiados» en un contexto hostil. Aún así, tienen claro que «hay que pensárselo dos veces a la hora de afrontar nuevas inversiones», como le ocurre a la mayoría de las explotaciones de Algadefe, un pueblo con relevo, que apuesta por el sector, que sufre la crisis y que mira al futuro con inquietud y desasosiego.

Todo puede cambiar en quince días, «te puedes arruinar», denuncian. Y es que los profesionales quieren dejar claro que es la industria la que tiene ‘la sartén por el mango’. «Antes, si querías cambiar lo hacías. Ahora, es imposible. Si te dejan de recoger leche estás perdido», denuncian. Situación que se traslada también a las condiciones que «se imponen» y que pueden cambiar en cualquier momento.

No olvidan tampoco las cuotas ahora desaparecidas y el dinero que se gastaron en ellas. «Nos han quitado las cuotas y se las han dado a la industria», afirma Herrero. «Si pudiésemos venderlas no quedaba una vaca», destaca convencido. Y es que hay muchos ganaderos que siguen pagando los préstamos que pidieron en su día para poder comprar una cuota que ahora ya no existe.

En este escenario, desde Algadefe, se recuerda que «si desaparece la ganadería, la agricultura va en picado», como lo hace la población de nuestros pueblos, y como ha ocurrido en otros municipios cercanos. No se fían de los acuerdos del sector, «ni de los nacionales ni de los de ámbito autonómico», que, aseguran, «no llegan al ganadero».

Herrero cree, de esta formak que la reestructuración del sector lleva mucho tiempo en marcha. Alude a las 60.000 explotaciones de vacuno de leche que había en España en el año 2.000 y las poco más de 16.000 que hay en la actualidad. «Ya dijimos desde Feplac que si se quitaban las cuotas, en cinco años quedaban menos de 10.000 ganaderos», recuerda.

Este ganadero, que pertenece a la OPL, Organización de Productores de Leche, critica además el «complot» de la industria ante los intentos de los ganaderos por unirse. «Cuando llega la hora de vender te bloquean», afirma.

Así, se refiere al intento en Castilla y León para conformar una Organización de Productores, avalada por Urcacyl y la Junta. Un proyecto que lo tiene «muy difícil» y que únicamente saldrá adelante si «se da un paso más hacia la comercialización y la transformacion». Así lo cree el presidente de Vega-Esla que es «escéptico» ante la puesta de marcha de esta iniciativa en la Comunidad para concentrar la leche y regular el mercado.

En cuanto al papel de la distribución, Herrero denuncia que «sigue habiendo producto reclamo en los lineales». Sobre la mesa pone las diecisiete denuncias presentadas por OPL en Castilla y León por productos vendidos a bajo precio. Denuncias que, dice, «no han tenido respuesta».

Algadefe es un pueblo con iniciativa. «Aquí se invertía y la crisis nos ha pillado en plena expansión», recuerda Herrero, que pone de manifiesto la gente joven que hay incorporada en el sector. Jóvenes como Carlos y Rafa, que no llegan a los cincuenta años y que tienen claro que sus hijos no se quedarán con el negocio «si las cosas siguen igual».

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