Los retos de la patata frente a las nuevas plagas de cuarentena

La campaña de patata, a pesar del retraso en las siembras por culpa de la lluvia, ofrece buenas perspectivas en términos de producción. Las previsiones apuntan a 20.000 hectáreas en Castilla y León mientras los precios en la zona sur se sitúan en torno a los 45 céntimos. Sin embargo, los productores cuentan con dos compañeras tan inesperadas como indeseables:Epitrix y Tecia. Se trata de dos patógenos de cuarentena capaces de causar daños en mayor o menor medida.

Según explica el presidente de la Asociación de Productores de Patata de Siembra de España (Appse), Javier Fernández Suances, el Epitrix «es un pequeño coleóptero originario de Norte América» que en su estado adulto -similar a una pulguilla- «se alimenta de las hojas» mientras «la larva causa daños superficiales en los tubérculos». Por fortuna, y «por su biología», los expertos aseguran que «es fácil de combatir».

Mucho más peligrosa resulta la Tecia o polilla guatemalteca, pues aparte de «causar pérdidas económicas cuantiosas» puede llegar a permanecer «de una campaña a otra» en las naves de los productores. Por lo tanto, sostiene que «la mejor medida preventiva es la limpieza y desinfección periódica de los almacenes».

De ambas enfermedades se habló, y mucho, durante la segunda Jornada Técnica sobre Producción de Patata de Siembra celebrada en Burgos a principios de mes. En principio, la intención de Appse era abordar otros asuntos relacionados con la producción y comercialización del producto y las dificultades que afronta un sector «en permanente crisis». Pero la actualidad manda y por «cuestiones fitosanitarias de importancia» el contenido programático del acto se enfocó hacia la detección, control y erradicación de dichos patógenos.

Pese a la preocupación latente en el sector ante su aparición, Fernández Suances hace un llamamiento a la calma, ya que ambas amenazas son «fácilmente controlables». Además, considera que «tenemos agricultores profesionales conscientes de su responsabilidad y técnicos en las empresas con conocimientos suficientes para el control de estas plagas».

«Es necesario que colaboremos todos», esgrimía durante la inauguración de la jornada ante la «importancia económica» que tiene para el sector «detectar a tiempo estos patógenos». A este respecto, señaló que «Inglaterra ha limitado la importación de patata en España y solo acepta patata lavada o cepillada». Es más, se exige que «tenga menos de un 0,1% de tierra», de ahí la obligatoriedad de establecer protocolos efectivos, máxime cuando da la impresión de que «el sector da por perdida esa parte del mercado».

Al margen de los problemas fitosanitarios y en alusión a la presente campaña, el director general de Producción Agropecuaria e Infraestructuras Agrarias de la Junta de Castilla y León, Jorge Llorente Cachorro, abrió la jornada junto al presidente de Appse para poner en valor la «profesionalidad de un sector» que, en el caso de la región, se sitúa «sin lugar a dudas (...) en unas medias muy superiores a otras comunidades». Y no solo eso, pues aseveró que el nivel de «productividad y competitividad» de los productores castellanoyleoneses nada tiene que envidiar al de «otros países de la Unión Europea». En esta circunscripción territorial, Fernández Suances recuerda que Burgos continúa liderando la producción autonómica con «1.150 hectáreas de las 2.300 hectáreas que se siembran a nivel nacional».

INTERPROFESIONAL

A la espera de que todos los representantes del sector firmen el acta constitucional de la Interprofesional regional a lo largo de esta semana y de que los productores reciban el boletín que acredite su reconocimiento, el presidente de Appse apuesta por un acuerdo nacional que tarde o temprano «surgirá de la capacidad de diálogo y entendimiento» entre las distintas comunidades.

En cuanto a la presidenta, Yolanda Medina, guarda «la mejor de mis consideraciones», dado que «es profesional, pone ilusión y energía en la defensa de sus convicciones».