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GANADERÍA

La deriva del sector lácteo

Futuro Está previsto que el Consejo de Ministros de Agricultura de la UE se reúna el 17 de mayo, fecha en la que se analizará la situación del sector / El 30% de los ganaderos soporta precios entre los 15 y los 23 céntimos, otros secan sus vacas y se plantean el cierre

Tomás González, ganadero palentino, con sus vacas en su explotación de Palencia. Mira al futuro con escepticismo después de llevar dos meses colocando la leche sin industria.-BRÁGIMO

Publicado por
Marisol Calleja

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L l sector lácteo camina a la deriva tras el fin de las cuotas en un contexto de gran incertidumbre, no solo para aquellos ganaderos con problemas diarios para colocar la leche, sino para ese porcentaje que las organizaciones agrarias cifran en un 30%, y que se mueven en una horquilla de precios de entre los 15 y los 23 céntimos.

Y es que, aunque la realidad es que los problemas de no recogida de leche son puntuales en la Comunidad en estos momentos, el profesional trabaja de forma generalizada por debajo de costes, es decir, en la mayor parte de los casos su producto no llega a los 30 céntimos. Así lo denuncia Raúl Azpeleta, responsable de ganadería de UPA, que advierte que los precios «no pueden bajar ya más».

La crisis está obligando a muchos ganaderos a cerrar sus explotaciones. Según las declaraciones obligatorias del sector vacuno de leche en el mes de febrero, la cifra de ganaderos con entregas se situó en Castilla y León en 1.338, cien menos que hace doce meses, y, además, con una tendencia a la baja desde que arrancó el 2016. Un primer abandono al que, según Asaja, se unirán aquellas explotaciones que en los próximos meses no sean capaces de aguantar las pérdidas.

Es el caso de Tomás González, ganadero palentino y de sus cuatro hermanos, que llevan desde el pasado uno de marzo colocando la leche sin contrato, o mejor dicho, regalándola a intermediarios, ya que reciben 15 céntimos, y además les descuentan los portes hasta Benavente.

Hijos de ganadero, esta familia lleva toda la vida vinculada al sector. De hecho, aseguran que nunca pensaron dedicarse a otra cosa. A pesar de los intentos por encontrar una industria que les recoja la leche, y del apoyo de organizaciones como Asaja, no han obtenido una respuesta «satisfactoria», aunque siguen intentándolo. «Las fábricas nos dicen que les sobra queso y lo que hacen es recoger la leche más barata gracias a la cisternas que circulan por ahí», denuncia este ganadero de 60 años.

Son cuatro explotaciones ubicadas en la capital palentina, con aproximadamente 300 cabezas y unos 6.000 litros diarios de producción. De momento, están secando vacas y afrontan un futuro con mucho escepticismo. Tomás lamenta en este caso que la situación del sector impida a sus hijos continuar con esta actividad. «Les hubiera gustado, están preparados para ellos», afirma, aunque, al mismo tiempo, pone de manifiesto que ahora mismo «ni se lo plantean». «Siempre ha habido crisis, nunca ha sido un negocio floreciente, pero hemos ganado para vivir», asegura. Ahora, lamenta los créditos solicitados para comprar una cuota cuya desaparición considera un «error».

Del sector lácteo se hablará en el Consejo de ministros de agricultura de la UE previsto para el próximo 17 de mayo. Hay una reunión informal de ministros del ramo incluida también en el calendario comunitario para el día 30. Sin duda, la última propuesta de Bruselas para reducir temporalmente la oferta de leche estará sobre la mesa. Una propuesta a la que ya se han opuesto los países del norte y que no será efectiva, según las Opas, si no hay un compromiso europeo para controlar la producción. O todos o ninguno, parece la máxima en estos momentos.

La propuesta puesta sobre la mesa de la INLAC de reducir 170.000 toneladas en España en un periodo de cinco meses no parece que vaya a tener, por tanto, ningún éxito, si este planteamiento no está acompañado de «medidas colectivas», según UPA, y del compromiso de la industria y la distribución de no importar producto de fuera.

Los datos del Observatorio del Mercado de la Leche sobre la producción europea reflejan un crecimiento en 2016 del 7,4% respecto al mismo periodo de 2015. De nuevo, países como Irlanda, con un 35% más de leche en los dos primeros meses del año, Bélgica o Luxemburgo aglutinan las subidas más importantes, por encima del 20%. Alemania, Austria y España se mueven en torno a un incremento del 8%.

«Si el Ministerio quiere una reducción, es más fácil hacerlo de la mano de países como Francia o Portugal», nuestros mayores competidores, según Azpeleta. Y es que, al igual que plantean organizaciones como COAG, la apuesta es un «bloque conjunto» en Europa que logre equilibrar el mercado lácteo y las fluctuaciones actuales. Además, se insisten en que se «prime» la reducción, o lo que es lo mismo, que administración y comunidades autónomas pongan dinero sobre la mesa. Algo de lo que nadie parece querer oír.

Mientras los países y las administraciones mueven ficha, ganaderos como José de 50 años y natural de la montaña de León, sigue sin que nadie le recoja la leche desde el pasado uno de abril, unos mil litros diarios. «Es una estrategia comercial para que los ganaderos no se muevan y tengan que aceptar cualquier precio», afirma su hermano Víctor, que le ayuda en la explotación. «No hay futuro», afirman, «la industria láctea prefiere comprar el producto fuera». Victor y José están vendiendo y secando vacas. Sobre la posibilidad de cambiar de actividad y pasar del vacuno de leche a la carne, se muestran recelosos. Una cosa sí tienen clara: «Los ganaderos mantienen los pueblos y cada vez quedan menos».

La situación es compleja. Lo fue hace un mes cuando se renovaron la mayoría de los contratos, y lo volverá a ser en no más de tres meses cuando se cumplan buena parte de los acuerdos suscritos. Asaja ya ha denunciado el incumplimiento de estos pacto. Una denuncia que ha llevado al AICA. A pesar de ello, los ganaderos se sienten indefensos. «No hay cuota, pero te limitan la producción como si la hubiera y te bajan el precio», subrayan descontentos.

Desde UCCL se comparte esta opinión y destacan la «inestabilidad» de los contratos. Adoración Martín hace alusión, en concreto, al caso de Ornua, empresa irlandesa que finalmente recogió la leche a los ganaderos abulenses tras la presión de la administración, y que no ha confirmado un horizonte más allá del 30 de junio. La Unión de Campesinos insiste en que esta industria «no quiere ni leche ni ganaderos, según sus propias palabras».

No hay que olvidar que estamos en un contexto coyuntural de incremento de la producción. Un escenario en el que incluso los ganaderos con mejores precios, es decir, por encima de los 30 céntimos deben «sortear» los baches y «aguantar» una crisis que «no se parece a las anteriores», lo que obliga a tirar de «las rentas de atrás», como afirma Fernando Pesca, ganadero salmantino. En su pueblo, Rágama, había veinte cuadras hace quince años, ahora «solo quedan dos», con la suya. «Nos quedamos sin gente y sin futuro».

Un futuro que Isidro y su hermano Amador ven muy negro. Estos ganaderos de la comarca de Saldaña, de 48 y 58 años respectivamente, han dejado de producir leche y no descartan cerrar definitivamente la explotación. Una decisión que tomaron en enero al ver como la industria «incumplía» los contratos, y los precios suponían pérdidas diarias en la granja. En la explotación quedan ahora unos 120 animales de los 200 que había a principios de año. Vacas que han ido vendiendo para el matadero. En estos momentos, no saben que le deparará el futuro, a pesar que les hubiera gustado «vivir de esto». «El futuro lácteo este año está perdido, y podría ir a peor», afirman.