CULTIVOS
El agua retrasa las siembras de regadío
En León, las organizaciones agrarias alertan del maíz sin recolectar, prevén un cambio de ciclo y un aumento de legumbres y girasol / El estado del cereal es «bueno», aunque con el calor lo habitual es que imperen con fuerza los hongos
L a percepción general en el sector es que el estado del campo es «bueno» en estos momentos. «Las perspectivas son favorables», según Urbano Blanco, responsable de cultivos de Agropal. Aún así, hay que hacer una diferenciación: el cereal «va bien», pendiente de los hongos que ya han aparecido en las parcelas, mientras persisten los retrasos en las siembras de los cultivos de regadío como el maíz, la patata o la remolacha.
El agua caído en las últimas semanas impide hacer las labores en muchas explotaciones de la Comunidad, e incluso en algunas de ellas el agricultor «ni siquiera ha llegado a tratar con herbicidas». Un aspecto que pone de manifiesto el técnico de la cooperativa palentina y que afecta fundamentalmente a la zona de Tierra de Campos.
Llueve sobre mojado, afirman en la provincia de León, donde hay aún 5.000 hectáreas de maíz sin recolectar. Un dato que subraya Matías Llorente, de UGAL-UPA, que insiste además en que el maíz sembrado «se va a perder», ya que no ha llegado a germinar.
La primera reacción, advierten desde esta organización agraria, será bajar el ciclo de maíz a 250-300, obligados por las condiciones actuales. Elementos todos ellos que van a suponer la pérdida de kilos esta campaña y probablemente la próxima también, como avisan desde Asaja. «Seguramente nos adelantemos en la siembra, lo que puede afectar a los rendimientos», señala Arsenio Vidal.
El presidente de Asaja en León llama la atención también sobre la remolacha en el campo aún sin sacar, unas cuarenta hectáreas que corresponden a los agricultores y otra cantidad similar de Azucarera. Todo ello, sin obviar las hectáreas ya sembradas, que se estiman en no más de 2.500 de las 6.000 previstas inicialmente, Desde la Alianza UPA-COAG tienen claro que lo que no se siembre hasta el diez de mayo, «ya no se sembrará».
De esta forma, Llorente define una «mal» escenario para estos cultivos. Los retrasos en la siembra provocarán, a su juicio, una pérdida en los rendimientos, y un más que probable aumento también en el cultivo de girasol y en las legumbres, especialmente la alubia para consumo humano.
El problema con el retraso en las siembras de regadío es generalizado en Castilla y León y, por tanto, obliga a esperar a las próximas semanas para comprobar si la climatología permite o no a los agricultores entrar a sus tierras y cumplir así con su planificación en torno a los cultivos de primavera.
Mientras esto ocurre, en el entorno de Las Cogotas, en Ávila, los agricultores «adaptan» sus cultivos al agua disponible, es decir, en relación a esa disponibilidad de casi el 60% que ofrece en estos momentos el embalse. Eso quiere decir, según la Alianza, que el profesional «ajustará» sus cultivos de patata, remolacha y girasol y también sus hectáreas ya que no dudan de que «habrá restricciones».
Si hablamos de cereal, hay que decir que está empezando a espigar ya en algunas zonas y que comienzan a detectarse también los primeros ataques de hongos, como ya advirtió el Itacyl, a través de la red de alertas de la Junta.
A pesar de ello, el cultivo está «incluso mejor que otros años en estas fechas». Así lo cree José María Santos, responsable de agricultura de Urcacyl, que alerta, eso sí, de ciertos peligros, junto a los hongos, como la «temida» sequía en el mes de mayo. A pesar del agua caído en el campo de Castilla y León, preocupa que el próximo mes deje de llover y la planta tenga problemas en su crecimiento, debido a una raíz que se cree no es muy profunda tras una climatología con temperaturas mas suaves de lo habitual.
En relación a los hongos, la humedad y el calor que se prevé en los próximos días, aumentarán su presencia en el campo en forma de septoria, rincosporiosis y roya amarilla, en trigos y triticale, como señalan los técnicos . Las condiciones actuales hacen prever que el ataque pueda ser más intenso esta campaña, lo que puede suponer, por otra parte, mayores costes además para el agricultor.
Se recomienda en este caso, efectuar los tratamientos «únicamente en los casos en los que su presencia alcance los umbrales de tratamientos definidos para cada enfermedad». Y en todo momento «vigilar los cultivos», como explica Manuel Gordillo, de Adama Agriculture España. Gordillo insiste en «proteger» la espiga y la hoja bandera, donde se asienta el 65% de la producción, y actuar en cuanto aparezcan «los primeros síntomas». Y es que se prevén que este sea un año de «difícil» control de estas enfermedades.
La recomendación desde el Itacyl es «llevar a cabo estrategias de control para evitar que estas enfermedades foliares afecten finalmente a los rendimientos y la calidad de la cosecha».