Huevos con sabor a pueblo «auténticos»

La granja de César Carlos Gutiérrez representa una perfecta simbiosis entre la innovación y el gusto por lo auténtico y lo tradicional. Titular de la explotación ‘Granja La Corona’ en Roderos (León), este emprendedor, que se quedó en paro hace un año, ha apostado por un modelo de explotación familiar asentado en el territorio y por el futuro del sector ganadero, del que ahora forma parte.

Le gustan los animales y vivir en el pueblo y, a la hora de poner en marcha esta granja de gallinas ponedoras camperas, buscó un «valor añadido». Es decir, que su producto fuera «algo más». «Es un producto local, con sabor a pueblo y a los alimentos que nos hacían nuestras abuelas».

De esta forma, explica la calidad del producto que ofrecen sus gallinas, criadas en el campo. Se trata de un modelo de producción «respetuoso con los animales, con el medio ambiente y la biodiversidad». César cuenta con la ayuda de Estela, su mujer, que en breve se unirá a la explotación. Ella también se quedó sin trabajo y ha apoyado este proyecto de economía local desde un principio.

Una iniciativa que se consolidó formalmente a finales de 2015, una vez cerrados todos los permisos, tras el asesoramiento y ayuda recibida por parte de otros profesionales del sector, y también desde UGAL-UPA, organización agraria de la que César forma parte. Las sensaciones son «buenas» e incluso el reto de cara al futuro, como señala este ganadero leonés, es «crecer».

Les gustaría incrementar el número de gallinas ponedoras con las que cuentan actualmente en la granja, en torno a las quinientas, ubicadas en una nave de 140 metros cuadrados.

En la ‘Granja La Corona’ mezclan la modernización con la actividad manual. Envasan y clasifican los huevos personalmente. A medio plazo, «si las cosas van bien», confían en poder mecanizar parte del proceso.

Actualmente, venden sus productos a pequeños establecimientos locales de León, carnicerías, fruterías y comercio de barrio en el que el consumidor «aprecia» el valor de lo local y el «sabor a pueblo». Son productos de calidad «con gran aceptación» entre los clientes, lo que confirma el «éxito» de comercialización que han tenido desde su puesta en marcha.

«El consumidor tiene que pagar algo más, pero lo hace porque valora el producto local y su calidad», subraya César, que se muestra satisfecho con la iniciativa llevada a cabo.tres docenas han erminado con diez

Este emprendedor apuesta por Roderos, por la ganadería y por el territorio. Un medio rural en el que ha nacido y en el que vive con sus dos hijos y su mujer. Amantes del campo, tienen cinco caballos de monta, defienden un proyecto de vida dinamizador de nuestros pueblos.

La empresa no ha sido fácil. De hecho, no han contado con ayudas públicas, exceptuando una subvención de la Diputación que llegará dentro de un año. Todo ha sido, dicen, «a golpe de riñón». Aún así, creen que este plan, que nace de la crisis, «merece la pena y tiene futuro».