El almendro, un cultivo en alza
Es una alternativa «interesante» y «rentable» a la agricultura tradicional con buenas perspectivas de futuro
El campo de Castilla y León sigue explorando nuevos cultivos como alternativa a la agricultura tradicional. El objetivo es diversificar para controlar el riesgo. Aún así, en muchas zonas de la Comunidad no es fácil encontrar opciones atractivas a la hora de gestionar y cultivar las tierras.
Quizás por ello, cultivos como el del almendro están irrumpiendo con fuerza en la región y provocando el interés de muchos agricultores que ven en este árbol una buena elección dentro de la explotación y en la almendra un producto «interesante» con demanda.
Alejandro Alonso, técnico de cultivos de la Unión de Campesinos en Zamora y Valladolid, confirma este «interés» e insiste en que el almendro es una alternativa que «no conviene mirar con desprecio» en Castilla y León. Es más, creen que es un cultivo «apropiado» para estas tierras, donde el clima es cada vez más benévolo y las heladas menos pronunciadas.
El almendro es una especie rústica que se adapta bien a las condiciones extremas, como explican desde esta organización agraria. Es de clima templado y, de forma general, necesita poco frío para cubrir sus necesidades. Aunque se puede dar en secano o en regadío, es especialmente en el segundo caso cuando aumenta de forma considerable su rentabilidad. Así, una explotación de secano puede llegar a tener unos rendimientos de entre 1.000 y 2.500 kilos por hectáreas, mientras que en regadío podría elevar esa cantidad hasta los 8.000 kilos por hectárea, como ratifican desde la UCCL.
Las temperaturas este año se han rebajado también en Castilla y León, lo que ha provocado que, en el caso de las variedades más tempranas, el almendro haya florecido ya, como se puede apreciar en nuestros campos. El consejo de los técnicos es la utilización en Castilla y León de variedades de floración tardía y extratardía, ya que la floración se produce entre marzo y abril, disminuyendo así el riesgo de sufrir heladas.
De forma general, como explica Alejandro, el almendro «es un árbol muy generoso, aunque sea un mal año». Los datos del Ministerio de Agricultura elevan a 580.467 el número de hectáreas de almendro plantadas en España, de ellas cerca de 2.600 estarían en Castilla y León, un porcentaje pequeño respecto a la superficie global. La mayoría, por cierto, en secano, con más de 2.400 hectáreas.
La mayor parte de la superficie total se encuentran en el litoral mediterráneo, Andalucía y Aragón, siendo España la tercera productora mundial después de Estados Unidos y Australia. La demanda de almendra en el mercado y los precios, en torno a los tres euros el kilo, han aumentado la inclinación por este árbol de frutos secos. Un cultivo que se prevé aumente de forma considerable en los próximos años.
Al igual que ocurre con el pistacho, no será hasta el cuarto año cuando el agricultor pueda obtener su primera cosecha, y hasta el séptimo u octavo, según las zonas y las condiciones agronómicas, cuando el almendro entre en plena producción. Elemento que, sin embargo, no parece afectar a su rentabilidad ya que los costes son asumibles, según los agricultores.
Precisamente, el boom que parece rodear a este cultivo en España ha provocado, como ha ocurrido con el pistacho, que la compra de plantones de almendros no sea una tarea fácil en este momento. Es más, como señala el técnico de la UCCL, si alguien se propone plantar un número importante de hectáreas actualmente, tendría que reservar. Hay lista de espera. La producción es limitada y los plantones no estarían disponibles, probablemente, «hasta el próximo otoño». Una circunstancia que se debe tener en cuenta si se elige esta opción. Los precios rondan los tres-cuatro euros por planta completa en estos momentos.
Alejandro recomienda en este caso hacer un análisis previo de las tierras para conocer la estructura del suelo y, de esta forma, «hacer las cosas bien», antes de comenzara explorar esta alternativa. En cuanto a los plantones, sugiere que se exija el pasaporte sanitario de la planta, la tarjeta identificativa y que se guarde la factura de compra, por si hubiera que reclamar.
Por eso, aconseja acudir a viveros profesionales y así evitar sorpresas. Y es que, denuncia mucho «intrusismo» en el sector. «Quien quiera dedicarse a esto debe formarse, preocuparse, aprender y rodearse de gente que sabe».
El agricultor debe saber también que hay una inversión inicial que puede rondar los 3.000-4.000 euros por hectárea, según se apueste por una plantación convencional o superintensiva, lo que supone unas mil plantas por hectárea y, según la UCCL, «un dineral». Esta organización agraria sugiere unas 280 plantas por hectárea con un coste de entre 1.500 y 2.000 euros /ha, algo que consideran «asumible» para el profesional.
La Unión de Campesinos ha puesto en marcha una serie de cursos de información y asesoramiento a los agricultores para que conozcan las características de este cultivo, que es uno de los más importante en cuanto a producción mundial de frutos secos se refiere. Invitan, de esta forma, a los agricultores a conocer más detalles sobre el almendro e incluso a «probar» los árboles in situ para estudiar sus rendimientos.
La superficie de cultivo crece año a año debido al interés que despierta aunque sigue siendo residual respecto a la superficie global. Lo normal es que con los años el sector se «autoregule» y que los precios puedan bajar. Es por ello, que se requerirá de forma especial una almendra «de calidad», algo que debe tener en cuenta el agricultor. «Hay que poner algo bueno en el mercado para que el comprador lo encuentre atractivo». Ese es el futuro, dicen, «un producto de calidad».
Alejandro prefiere no pronunciarse sobre las zonas de la Comunidad «idóneas» para el almendro, ya que aún están probando este cultivo, aunque la realidad es que este árbol está presente en Zamora, Valladolid, y algunas áreas de Burgos y León.
De momento se trabaja con el sistema «prueba-error». «Hay que evitar sobre todo que la flor se hiele». Queda la duda sobre la supervivencia del cultivo en áreas demasiado frías, no aconsejables, según algunos técnicos, en cultivos como el pistacho. En este caso, lamentan la falta de apoyo por parte de la administración, ya que todos los estudios son privados.
El almendro no es un árbol especialmente castigado por enfermedades, aunque puede verse afectado por el pulgón, «fácil de tratar». Existen otras enfermedades también que se transmiten por la tierra y entre las plantas «sin medidas sanitarias». De ahí, que se insista en la importancia de actuar con viveros profesionales.