FRÓMISTA (PALENCIA)
Románico palentino en estado puro
El otoño invita a recorrer esta localidad palentina donde resulta imprescindible una visita a San Martín de Tours
Palencia es una provincia por descubrir, que ofrece territorios de contrastes, con múltiples visitas en función del año. Y en otoño la luz y abanico cromático parece alcanzar su mayor esplendor. En plena comarca de Tierra de Campos, Frómista es una parada imprescindible para el viajero, un destino que merece la pena volver a visitar cada cierto tiempo por sus múltiples encantos. La villa se remonta a la época de repoblación allá por el siglo IX, y muy pronto se convierte en un núcleo próspero gracias al Camino de Santiago Francés.
Este lugar es un auténtico cruce de caminos de la fe y de la razón. Y eso se percibe nada más pisar en él, con multitud de albergues que dan la bienvenida al peregrino. El románico palentino se funde en el paisaje con escenas de campos, con sus palomares o con la cuádruple esclusa, hito turístico de la localidad terracampina que representa una de las obras de ingeniería hidráulica más importantes del Canal de Castilla, que salva cuatro desniveles con un total de 14,20 metros de altura. El Sueño de la Ilustración trajo de nuevo una época de esplendor al municipio tras años en declive y con ella, prosperaron las industrias harineras y el comercio.
Pasear por su casco histórico es hacerlo por la plaza de San Telmo, patrón de navegantes y de esta localidad. Allí encontraremos la Iglesia de San Pedro de factura gótica, aunque su portada es renacentista, alberga el Museo de Arte Sacro de la localidad. Junto a ella se encuentra la iglesia de Santa María del Castillo, que recibe su nombre debido a que en su lugar se ubicó un castillo, que fue propiedad de Ferrán Sánchez de Tovar, almirante de Castilla. Es de factura gótica tardía y fue declarada Monumento Histórico Nacional en el año 1944, en ella se ha instalado un montaje multimedia en 3D denominado Vestigia – Leyenda del Camino.
Destaca de su historia medieval el año 1066, cuando según el testamento de la Reina Doña Mayor, viuda de Sancho Mayor, Rey de Navarra, se lleva a cabo la fundación del Monasterio de San Martín, que nos deja su laureada iglesia románica. San Martín es un antiguo monasterio del que no quedan restos, siendo además necesaria la reconstrucción de su iglesia bajo la dirección del arquitecto Manuel Aníbal Álvarez, entre los años 1895 y 1901, dando lugar a la espectacular iglesia de San Martín de Tours que hoy podemos admirar, icono del románico.
La iglesia sorprende por sus dimensiones, lo que se explica por su origen dinástico. Se trata de un conjunto monacal que fue declarado Monumento Nacional en 1894. Su interior es la representación del románico más perfecto, destacando el arco de medio punto. Consta de tres naves, todas ellas con bóvedas de cañón y arcos fajones. Brilla con luz propia la extraordinaria decoración escultórica de portadas, capiteles, columnas encapiteladas y canecillos. Los Guías Oficiales de la Oficina de Turismo de Frómista, situada en 'La Casa del Esclusero', ofrecen diariamente visitas guiadas.