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BODEGAS DE POSTÍN (ZAYAS, SORIA)

Descorchar la historia que viene

Agustín y Marta Postigo recuperan un siglo después 15 hectáreas con viñedo de genética prefiloxérica para crear vinos premium ‘nuevos’ pero con raíz

Agustín y Marta apuestan por el vino surgido de una finca histórica, pero también de una vía para presumir del paisaje, cultura y patrimonio de su tierra.MARIO TEJEDOR

Publicado por
Antonio Carrillo

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Un ojo puesto en la tradición y otro en el futuro. Así nació Bodegas De Postín, el proyecto enológico de los hermanos Agustín y Marta Postigo. Hay ideas que sólo se entienden desde la complicidad y esta fue una de ellas. Juntos se pusieron manos a la obra para recuperar 15 hectáreas con mucha historia a través de cepas de genética prefiloxérica. Dos años después llegó otro ‘¿y si hacemos...?’ y nació la bodega. Ahora producen vinos de alto nivel, respeto al medio ambiente y una gama creciente pero limitada a cantidades que garanticen la calidad.

Marta repasa un proyecto que nace viendo a sus abuelos y a sus padres. «Somos la tercera generación de una empresa familiar dedicada a la agricultura y ganadería por lo que tenemos una relación muy directa con la tierra». En casa saben cuándo llega el momento exacto de la cosecha o cómo esquilar una oveja y al estrechar la recia mano de Agustín se nota que hay más campo que despacho. Su hermana, economista, diseñadora y comunicadora, ha regresado a su tierra tras pisar grandes capitales europeas.

El paisaje lo pone la parcela –porque era la única– donde hace medio milenio un antiguo Dominio se abastecía de uvas. La historia cuenta cómo hace cuatro siglos un noble francés regentaba la zona, trayendo nuevas técnicas que se aplicaban al norte de los Pirineos. Los agricultores locales añadieron su conocimiento de la tierra. Salió tan buen vino que el avispado noble aprovechó una vieja calzada romana que aún existe para exportar a Francia e Italia, haciéndose a cambio con especias y metales preciosos. Una historia curiosa y pionera que habla de calidad y a la que puso fin un grave incendio. Los pobladores perdieron casas y campos y emigraron. La viña se abandonó. Hasta ahora.

El nacimiento de Bodegas de Postín «surge a raíz de la fascinación que nos despertaba una de las parcelas ubicada en el Dominio de la finca en la que nos hemos criado: la Parcela número 29 de Zayas de Báscones (Soria). Su terroir tan especial, su historia centenaria y el patrimonio cultural que la rodea hizo que la idea de recuperarla estuviese siempre presente en nuestra familia. Decidimos plantar el viñedo para recuperar su esplendor de antaño. Después llegó la bodega artesanal y el vino, para poder llevar su esencia, su historia y su cultura a todos los rincones del mundo».

Una combinación de factores prendió la mecha. «Hemos crecido en el campo por lo que conocemos bien el medio. Además, nos complementamos muy bien, formamos un buen equipo. ¡Teníamos que intentarlo!», apunta la sonriente Marta.

A pesar de ser un proyecto nuevo, se buscó que las cepas fuesen las que se vienen trabajando desde hace siglos. O, al menos, sus descendientes. «Buscamos elaborar vinos que expresen autenticidad, fieles a la tierra, con una personalidad propia. Por ello hemos apostado por viñas autóctonas. Soria tiene algo especial en el mundo vitivinícola y es que, el haber estado tan aislada, hizo que viñas centenarias sobreviviesen a una invasión tan destructiva como fue la de la filoxera. Esto es algo único, presente en muy pocos rincones del mundo» y que ahora vuelve a la vida.

Y a la bebida, claro, que toda esta ilusión se convierte en vino. «En estos momentos, toda nuestra producción es Tinto Fino. En Navidad del año pasado lanzamos la añada 2021 de nuestro vino De Postín ‘Parcela 29’, una edición limitada muy especial, de tan solo 500 botellas elaboradas de manera artesanal y con una selección exclusiva en el viñedo. En diciembre de este año verá la luz una nueva edición limitada: la añada 2022 de nuestro vino de ‘Parcela 29’, seleccionado y elaborado también artesanalmente. La idea es seguir completando nuestra gama de vinos de calidad. Para ello, hemos ampliado el viñedo con Albillo Mayor, una variedad de uva histórica en nuestra zona, con origen en la Edad Media, y con la que elaboraremos nuestros vinos blancos y rosados».

Todo ello, además, convirtiendo cada copa en una experiencia. Se ha optado por métodos de cultivo respetuosos con el medio ambiente y trabajo artesanal para que esas viñas, ‘nietas’ de las de hace siglos, se sigan expresando como antaño. Hay un punto de experiencia al descorchar cada botella con Marta y Agustín queriendo llegar «hasta todo aquel que aprecia lo bueno, sabe disfrutarlo y le gusta compartirlo».

Es, además, una muestra más de la pujanza de esta zona. «Soria es origen, autenticidad, nobleza. En el ámbito vitivinícola, tiene una tradición de inmenso valor que data de siglos atrás». Confluyen otros factores. «Por un lado, la Ribera soriana cuenta con un terroir privilegiado para el cultivo de la vid. Las características de la composición de sus suelos junto con un clima extremo de inviernos muy fríos y veranos calurosos, proporcionan condiciones favorables para las variedades de uva propias de la Ribera del Duero».

Aquí ser pequeños también suma y el espectáculo de sus «paisajes de microparcelas» cosidos por las viejas viñas traslada su carácter «especial» al vino. El consumidor final ha comenzado a descubrirlo.

Precisamente ese mosaico hace que cada bodega pueda aportar matices diferenciales a sus uvas y por ende a sus vinos. «En nuestro caso, son varios los factores que hacen que los vinos con origen en la Parcela 29 de Zayas de Báscones tengan personalidad propia. El terroir de la parcela, su microclima y la altitud a la que se encuentra (930 metros) juegan a su favor garantizando las condiciones óptimas para aportar una muy buena acidez, cuerpo y concentración de aromas a nuestros vinos. Por otro lado, su historia también la hace especial».

La finca se llamaba ‘Las Viñas’ por ser la única con vides en todo el Señorío y la «riqueza cultural y patrimonial que hay a su alrededor es increíble. Si nuestros antepasados, con todo su savoir faire apostaron por esta tierra, por algo sería». Marta señala que gracias a ello «De Postín ‘Parcela 29’ ha resultado un vino con una personalidad propia, auténtico, noble»... y con el que vuelve a presumir de la historia y la belleza de su tierra.

Pero no se queda ahí. Si se le pregunta por nuevas ideas, «¡tenemos muchas! Somos un equipo joven, con muchas ganas, gran ilusión y abiertos a todos los campos relacionados con nuestra actividad». Ademas de la ampliación de la gama y la innovación se enfocan «hacia el enoturismo y dar a conocer la marca a nivel internacional», sumando «un legado positivo con nuestra actividad, tanto a nivel social como medioambiental». En definitiva «añadir valor con todo lo que hacemos». Y, aunque no lo diga, hacer vinos con los que aquellos ancestros brindarían orgullosos por el futuro