Los Bonet Ferrer, el reino del verdejo

Es toda una garantía que la sexta generación de una familia del vino español esté al frente de la bodega Castelo de Medina. Se trata de Eudaldo Bonet de Gispert como director general y Naiara Bonet Galdeano, directora de comunicación y responsable de los cambios en la imagen de los vinos y de la bodega en el momento actual. Junto a ellos, un equipo de técnicos dirigidos por la enóloga Sara Román, con dieciocho años en la casa en los diferentes periodos del proyecto vitivinícola. Eudaldo y Naiara se enfrentan a una nueva etapa en la que incrementarán la presencia de los ‘Castelos’ en los mercados nacionales y afrontan la reactivación de la imagen cultural y enoturística de unas instalaciones creadas para ser visitadas, además de para producir vinos de calidad, modernos y competitivos con registros sensoriales muy actuales.

Por otra parte, en su hoja de ruta figura incrementar la presencia de los Castelo de Medina en los mercados exteriores. Por el momento, tan solo un 20% se destina a la exportación de una producción media de alrededor de 1.500.000 botellas que salen al mercado con el sello de la DO Rueda, salvo pequeñas partidas, fundamentalmente tintos, que se comercializan con otras variedades y cuyas viñas están en otras zonas, como es el caso de las cepas tintas en las plantaciones de San Román de Hornija.

El mayor activo de la bodega es su viñedo propio de 180 hectáreas de viña que, tras treinta ciclos vegetativos, ha logrado adaptarse a los distintos suelos de la finca y con ello permitir que los vinos expresen terruño y apuntes diferenciales. Al margen de garantizarse siempre la materia prima sin depender de los vaivenes de los precios de la uva. Todo esto sirvió para que Pedro Bonet Ferrer, presidente de Castelo de Medina, apostara con decisión junto a su hermano Eudaldo por el proyecto vallisoletano.

Pedro Bonet cuenta con una de las trayectorias más fructíferas en el sector del vino español ya que durante décadas fue el jefe de comunicación y marketing del extinto grupo Freixenet, del que los Bonet Ferrer formaron parte del éxito antes de la disgregación. Otros miembros de la familia son su hermana Pilar y José Luis Bonet, que actualmente sigue ligado al Grupo Henkell Freixenet como presidente de honor, además de presidir la Cámara de Comercio de España.

Cinco años después de adquirir la bodega, Pedro Bonet Ferrer ha logrado su implicación total en el feudo de la verdejo, aunque años atrás era conocedor de la importancia de estos vinos blancos. La bodega cuenta con Ventura Hernández García, Turi, al frente de la comercialización de los vinos, ligado a la familia desde hace décadas y con estrechos vínculos con la hostelería.

Castelo de Medina somete a sus vinos a procesos de fermentación respetuosos con el potencial frutal y aromático gracias a la utilización en la crianza de barricas de roble francés y americano de 225 y 500 litros, además de huevos de hormigón para el afinado de los vinos.

La clave está en los suelos de las distintas parcelas en las fincas La Dehesa, La Garbanceras, El Judío y un apunte prefiloxérico de un majuelo de 0,98 hectáreas en vaso situado en Hornillos de Eresma. En ellos, la variedad verdejo es prioritaria, además de la sauvignon blanc y otras castas como la viura, la chardonnay, la tempranillo o la syrah, destacando un porcentaje importante de la variedad tinta garnacha.

Los Castelo de Medina afrontan, por lo tanto, un ramillete de aciertos enológicos en base a estas variedades que, en pequeñas partidas y bajo el amparo de Vino de la Tierra de Castilla y León, comercializan tintos de crianza y un Castelo rosado. Estos son los mimbres del nuevo cesto de los Bonet Ferrer en la DO Rueda, líder en el mercado nacional de los vinos blancos.