Diario de Valladolid

Burgos

Legado cultural muy vivo

Los vestigios del antiguo Imperio romano salpican la Ribera y se convierten en una razón de peso más para conocer la riqueza del sur de la provincia burgalesa

Cada año, una nutrida programación cultural permite revivir los días de gloria del teatro romano de Clunia Sulpicia y adentrarse en el rico pasado de la zona.

Cada año, una nutrida programación cultural permite revivir los días de gloria del teatro romano de Clunia Sulpicia y adentrarse en el rico pasado de la zona.Rafa Sáiz

Publicado por
L.Briones | El Mundo
Valladolid

Creado:

Actualizado:

El dios Baco tenía, sí o sí, que venerarse en la Ribera. Embajador romano en la zona, revive y pervive en ella, como toda la civilización que lo adoraba con fervor, dado su carácter festivo. Su figura, de hecho, se ensalza cada verano en una cita elevada ya a Fiesta de Interés Turístico Regional con la que Baños de Valdearados -un pequeño municipio enclavado en la carretera panorámica BU-910, por la que solo el camino ya merece la pena- revive su pasado como sede la villa bajoimperial de Santa Cruz, del que dan cuenta los restos hallados de manera fortuita en la década de los setenta. Destacan los mosaicos conservados en tres de sus estancias, uno de ellos consagrado al también llamado Dionisos.

Se convierte este legado en atractivo turístico, una excusa más para explorar el sur de la provincia, rico en mucho, también en muestras de un legado romano que aún pervive como motor cultural y lúdico. La mencionada Fiesta de Baco, recreación histórica que reúne a miles de fieles del vino y la comida, es solo un ejemplo. Hay otros tantos, como el cercano yacimiento situado en el pago de Ciella, a 15 minutos del anterior, 2 kilómetros al noroeste de la población de Valdeande.

Cuentan de este enclave, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Zona Arqueológica en 1995, que albergó una importante entidad de población romana, «debido a su gran extensión, la ocupación continuada del lugar, así como a la monumentalidad de las estructuras halladas.» Su proximidad a la vega del río Esgueva y el camino que le comunica con la cercana población de Clunia «revelan también una ubicación privilegiada».

Allí asomaba al filo de los noventa un gran edificio con espacios columnados y un piso en el que aparece un mosaico figurado donde es posible advertir un Tritón. Aquellos trabajos de excavación permitieron hallar numerosos restos de material cerámico, pertenecientes tanto a la época Altoimperial como al Bajo Imperio romano.

Si bien el yacimiento está tapado en la actualidad por razones de conservación, el espacio expositivo ubicado en el edificio de las antiguas escuelas de la localidad ofrece una experiencia didáctica de gran valor.

De hito en hito, cuarenta minutos en coche desembocan en el Parque Arqueológico Rauda Vaccea situado en Roa de Duero, un gran centro de interpretación y exposición que transita «desde las sociedades cazadoras-recolectoras del Paleolítico hasta la vida de las primeras comunidades que desarrollaron la escritura, el urbanismo y la cultura vinícola, ya en época romana».

Calzadas por doquier unían hace 2.000 años entonces estos lares destacados con la que sin lugar a dudas era y es la joya de la corona del entorno, legado cultural vivo que permanece en ebullición y cuenta por miles sus visitantes a razón no solo del atractivo que encierra su esplendoroso pasado, sino también la agenda con la que su presente ha sabido cautivar a un público ávido de experiencias en un marco incomparable. Y es que Clunia Sulpicia era y es «una valiosa pieza del patrimonio histórico-cultural de Burgos, y de toda España». Valgan las paradas citadas como etapas (en el orden deseado, de este a oeste de la comarca, o viceversa) de  una ruta en la que la visita a los restos de esta ciudad romana es del todo imprescindible.

Situada en la gran planicie que culmina el Alto de Castro, entre las localidades de Peñalba de Castro y Coruña del Conde (cuna, por cierto, de Diego Marín Aguilera, insigne burgales pionero de la aviación de obligada mención aunque nada tiene que ver con el tema que nos ocupa), Clunia fue una de las principales urbes de la Hispania romana y capital administrativa del norte de Iberia.

Sobreviven hoy restos que permiten imaginar sin esfuerzo sus días de gloria y conocer cómo era la vida hace más de 20 siglos: el foro, la necrópolis, las termas, la basílica... Pero si algo destaca de entre toda esa herencia en piedra es el teatro, uno de los mejor conservados y más significativos de la península, con capacidad para 10.000 espectadores que todavía hoy ejerce como epicentro recreativo de excepción.

Una nutrida programación cultural, auspiciada en gran medida por la Diputación de Burgos, revive cada año por estas fechas su gloria milenaria y convierte esas medias columnas que todavía lo rodean en telón de fondo de citas musicales y escénicas siempre masivas. También durante el curso, con el tradicional Festival Juvenil de Teatro Grecolatino, pensado para fomentar la cultura clásica entre los alumnos de Secundaria y Bachillerato. Y es que, ¿a quién no le va a gustar un teatro romano del siglo I?

Arrancará, apunten, el próximo 9 de agosto la retahíla de propuestas de esta edición -la 27, para más señas- de un Festival de Verano que incluye representaciones de compañías de gran reputación artística como Ay Teatro, Morboria Teatro, Losdedae o Factoría Teatro, así como la participación de actrices y actores de gran prestigio como Cayetana Guillén Cuervo o Carlos Hipólito.

En suma, cinco obras y 33 actividades, 12 de ellas en los pueblos aledaños, con las que, más allá de los límites de las 130 hectáreas de la ciudad romana de Clunia Sulpicia, los visitantes podrán conocer un patrimonio espectacular y disfrutar gratuitamente de artes escénicas, visitas arqueoteatralizadas, talleres infantiles de arqueología, e incluso un curso de verano en colaboración con la Universidad de Burgos.

Y todo ello en un entorno plagado de planes complementarios y otros destinos tan sugerentes como Gumiel de Izán, Caleruega, Peñaranda o la propia Aranda de Duero.

tracking