«La innovación radical en el producto es la medicina que cura los males de una empresa»

Emocionado y agradecido. Así se mostró anoche Juan Miguel Martínez Gabaldón, CEO de Galletas Gullón, durante la entrega del Premio a Toda un Vida. Un galardón con el que se pone en valor a una de las figuras más relevantes del sector agroalimentario de los últimos años. «Cuando me comunicaron el premio a toda una vida, me emocioné, y sentí una gran alegría. Recordé, al muchacho responsable y estudioso que tenía facilidad en obtener matrículas de honor, y sobre todo, mucha prisa por incorporarse al mundo de la empresa», dijo.

Tras ello, dio una clase magistral propia de una Escuela de Negocio para contar la evolución de una industria que por aquella época facturaba 8 millones de euros y que ha mostrado una evolución constante hasta convertirse en un referencia del sector. Las cifras apabullan: este año prevé una facturación de 640M€, cuenta con más de 2.000 trabajadores, exporta a más de 125 países, y tiene filiales en Portugal, Reino Unido, Francia, Italia y Estados Unidos, siendo la primera galletera española y una de las 5 principales de Europa. Ante un auditorio lleno el ingeniero industrial recordó sus inicios en la empresa palentina, allá por el año 1985, cuando la entonces presidenta, Teresa Rodríguez, le encomienda la labor de dirigir la galletera familiar y posicionarla como una gran multinacional.

«Partíamos de cero, una pequeña empresa familiar sin recursos financieros, procesos productivos manuales, sin estructuras organizativas adecuadas y con productos tradicionales sin valor añadido», afirmó. En ese camino Gabaldón dedicó palabras de agradecimiento a la que hoy es presidenta de honor de la compañía, quien le permitió, según aseveró, «libertad absoluta, tomar todas las decisiones necesarias para conseguirlo, y juntos, empezamos a trabajar».

Durante todos estos años Gabaldón ha sido el hombre de confianza de Teresa Rodríguez y de su hija, Lourdes, hoy presidenta de Galletas Gullón. En esa misión, según explicó al público congregado, llevó a cabo una «estrategia sencilla: crecimiento continuado, reducción de costes, innovación en producto y reinversión de los beneficios». Una receta aparentemente simple en la que la automatización de los procesos ha sido el eje de esa hoja de ruta. A ello se sumó una actualización en la política de comercialización de sus productos, con una única tarifa nacional para homogeneizar el mercado. «Pasamos a ser dueños de nuestras propias ventas». Con esos dos ingredientes en un corto plazo empezaron a verse los primeros resultados, con un crecimiento constante. «Pronto empezó a fluir dinero».

Sin embargo, si algo ha diferenciado a la galletera aguilarense ha sido su apuesta decidida en innovación. «Nos dimos cuenta de que el nuevo reto era innovar en el producto para darle valor añadido y diferenciarnos de nuestra competencia».

 Galleta saludable

De nuevo empleó palabras de reconocimiento a María Teresa Rodríguez, una mujer adelantada a su tiempo, convencida en invertir en galletas saludables. «Esa gran aportación creativa de María Teresa, que inventó una galleta denominada María Integral, hecha con salvado y aceite vegetal, no paraba de crecer incluso con subidas de precio». La fórmula funcionó y tras el camino emprendido, en 1990 aterrorizaron en el mercado con un producto «revolucionario», lanzando en España, «la primera galleta sin azúcar que denominamos Diet Fibra sin azúcar», según explicó.

Tras ese hito vendrían las galletas sin sal, con fibra insoluble, con fibra soluble, con omega 3, con omega 6, sin alérgenos, sin lactosa, sin gluten, Galletas Bio, veganas, etc. creando así, un nuevo segmento de galletas en España, denominado ‘galletas saludables’ de la que se han posicionado como «líderes indiscutibles».

Es el resultado, según resumió convencido de «una medicina que se llama Innovación RADICAL en producto, y, les puedo asegurar que cura todos los males».

Gabaldón prosiguió su discurso resaltando la incorporación de la marca blanca y la ampliación de las instalaciones, con la construcción de una nueva planta a la que denominaron VIDA. «Se inició en 2010 con unos 60.000 m2 y en 2020, la hemos ampliado en otros 45.000 m2, para dar respuesta a nuestras crecientes exportaciones».

Un gigante industrial que desde entonces ha invertido 530 M€ y ha creado 500 puestos de trabajo en el último lustro. El futuro se presenta con «optimismo», según aseguró el CEO de Galletas Gullón. «El siglo XXI, va a ser el siglo de la salud a nivel global. No tengan ninguna duda».