Diario de Valladolid

El verdejo del nieto de ‘Cuentecillas’

Bodegas Pindal

Publicado por
Javier Pérez Andrés

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Pozaldez se ha convertido en uno de esos términos municipales que ocupan un lugar destacado en la actividad vitivinícola dentro del ámbito de la Denominación de Origen Rueda. Con una particularidad: que, por el momento, viticultores y bodegueros tienen una clara raíz pozaldeja. Y en estos tiempos donde se valora tanto el vínculo con el terruño, es un valor en alza que tarde o temprano termina adquiriendo peso en la imagen de los vinos en el mercado. Pindal es uno de esos ejemplos que, a pesar de contar con varias generaciones, nace apenas hace dos décadas.

Luisfran y Nuria sueñan con rematar su proyecto del vino con la construcción de la nueva bodega. Ambos son pozaldejos y los dos tienen muy clara su ascendencia y su vínculo al pueblo de los suyos. Luis Francisco López es viticultor, como lo fue Sixto, su padre, y Luis, su abuelo, de quien heredó el apodo cariñoso de Cuentecillas. Seguramente en los tiempos de su abuelo Luis, que tuvo viñas y elaboró vinos, el abuelo de Nuria, que era carretero, quién sabe si transportó vino de Pozaldez en sus carros. Nuria insiste, en su condición de pozaldeja, que su otro abuelo Marcial también trabajaba de obrero en el campo.

Lo que está claro es el ADN pozaldejo de ambos y de ahí que la foto en El Caño, testigo de tantas generaciones, suplante por el momento a la de su nueva bodega. A principios de los 2000 Luisfran ya tenía claro que su apuesta estaba predestinada a plantar viñas y a elaborar vinos. Algo más de dos décadas después cuenta con 20 hectáreas de viñedo, todas ellas plantadas en espaldera y en distintas zonas del término municipal. Entre ellas, los pagos de Somada, Cerrellar, La Parlana y las viñas de la carretera Villalba.

Un 60% de uva verdejo y el resto de sauvignon blanc que sale, este último, con la marca Vardalón. Pero el vino estrella, verdejo monovarietal, lleva el nombre de la bodega, Pindal. Curioso anecdotario que cuenta Luisfran sonriendo, fue el porqué de Pindal. Nada que ver con lo autóctono. Simplemente se remite a que un día alguien le dijo que los grandes vinos empezaban por P y una visita a Asturias le atrajo la sonoridad de Pindal, un topónimo muy utilizado en la tierra de Don Pelayo. Anécdotas aparte, Nuria y Luisfran elaboran en torno a 200.000 botellas y 80.000 de ellas de la variedad sauvignon. Además de su viñedo propio en el término de Pozaldez, gestionan viñas de otros viticultores de la Denominación de Origen. Luisfran se formó en la escuela de capataces agrícolas de La Santa Espina, que ha sido una buena cantera de hijos de labradores que hoy se han convertido en agricultores profesionales.

Según Luisfran, todos los viñedos de su propiedad del término municipal se sitúan a una altura media de 750 metros sobre el nivel del mar. Los suelos cascajosos y de cantos rodados y el clima, con esos contrastes de fríos inviernos, primaveras cortas y veranos secos, permiten realizar una viticultura profesional, condicionando las prácticas culturales a la búsqueda de una materia prima que garantice los vinos blancos de calidad amparados por la Denominación de Origen. Por el momento, sus blancos Pindal ya tienen su hueco en el mercado. Pronto fermentarán en Pozaldez. Por ahora, utilizan una bodega navarresa a la espera de cerrar el círculo completo en su propio pueblo. Luisfran inició hace años su pequeña andadura en la vitivinicultura, pero es ahora cuando definitivamente, junto a Nuria, ha dado el salto. Los vinos elaborados con los verdejos del término municipal, llevan el sello de uno de los pueblos pioneros en la revolución de los vinos de Rueda. Cada año con una imagen más sólida entre los consumidores.

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