Un hotel donde cargar el depósito

Muchos hoteles son simples alojamientos donde poder pernoctar cómodamente, pero quien haga parada en la localidad de  Villares de la Reina, en la provincia de Salamanca, encontrará un hotel-boutique cuanto menos singular que guarda una filosofía de empresa o identidad propia que lo hacen único. Resotel, que es el nombre que recibe, se levanta sobre una gasolinera donde ofrece un espacio con encanto para los amantes del motor y de la filosofía de quien busca algo más que un simple hospedaje.

Fue inaugurado en 2014 con un empeño visible en la atención al huésped. «He viajado mucho a lo largo de mi vida y siempre tuve el sueño de abrir un hotel en la Baja California, en México, un lugar que me apasiona. Siempre tuve clara la idea de plasmar todo lo que me había gustado en mis viajes y rechazar aquello que no me convencía. Al final, un negocio familiar me trajo hasta aquí y he podido reflejar todo eso», afirma  Juan Carlos García Regalado, periodista con larga trayectoria y propietario del establecimiento junto a su hermana Inmaculada. En su construcción el empresario no escatimó ni un detalle. «Cada habitación es única y singular. Cuidamos mucho la atención al cliente con algún detalle de bienvenida. Les proporcionados cajas de bombones, cestas de frutas, todo es muy gourmet», comenta.

La estética del establecimiento es un alegato al diseño vintage, al mundo de las motos de carreras. «Cuando piensas en un hotel de carretera siempre te viene a la mente algo cutre. Aquí he querido plasmar lo contrario. Todo está ambientado en el mundo del motor o de cosas de cine relacionadas con el mundo de los coches y las motos y  los dibujos animados como los Autos Locos, Tintín o Meteoro».

Sus 11 habitaciones son atendidas de forma totalmente personalizada como la habitación dedicada a Steve McQueen que a todos les encanta o la dedicada a la mujer y el motor cuya estrella es Michéle Mouton, una piloto francesa de rallys que hizo historia. En su trabajo de construcción se cuidaron especialmente todo tipo de detalles como la insonorización, la climatización, la decoración y hasta se dispuso de cargadores para vehículos eléctricos. «Ahora su uso está más generalizado pero hace siete años solo se veía en algún Tesla de matrícula extranjera, hemos procurado ser muy pioneros», añade.  Su excelente ubicación, con buena conexión a la Ruta de la Plata y la Autovía A-62, lo convierten en una parada para muchos turistas internacionales. «Vienen muchos clientes suecos o ingleses que se dirigen hacia el sur. El boca a boca ha crecido y son muchos los que vienen de Francia o Estados Unidos atraídos por la estética del lugar. Es un sitio muy cosmopolita, en mitad de ninguna parte del corazón de Castilla; es curioso».

Cuenta con piscina en la azotea que en épocas de calor disfrutan sus clientes. En su reforma, realizada hace siete años, se instalaron placas solares que les suministra energía respetuosa con el medio ambiente. Además, la wifi está abierta a todo aquel que pase por sus instalaciones. «Algo que me molesta mucho cuando voy a un hotel es que me den una contraseña larguísima para poderme conectar a internet. No me gusta, aquí he preferido hacerlo  así y el que pase y quiera conectarse que lo haga».

Sus cuidada atención a la clientela le han valido siempre muy buenas valoraciones en la plataforma de reservas hoteleras Booking, la más importante del sector. «En la actualidad estamos valorados con 9,5 puntos sobre 10. Siempre hemos estado en el top de puntuación, rondando esa horquilla. Para nosotros es una gran satisfacción teniendo en cuenta que está en la misma franja que muchos hoteles de lujo de Castilla y León», apostilla.

La búsqueda por la exclusividad se traslada a la tienda abierta en la gasolinera donde ofrecen productos con un plus de calidad y lujo. «Siempre procuramos ir un poco más allá que lo que se venden en otras tiendas de estaciones de servicio. Mi reto diario es ver que la gente se sienta feliz, en un ambiente agradable y diferente, en un sitio donde he querido plasmar  mis vivencias». Y es que la gasolinera de Villares de la Reina es algo más que una simple estación de servicio, es una referencia obligada para los amantes de lo original, lo único y exclusivo, en tiempos donde manda la globalización y las grandes cadenas hoteleras.