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PABLO LAGO | Director de El Mundo de Castilla y León

«Las heroicas vidas de los que deciden quedarse dan sentido a la España medio llena»

El Mundo rinde un sentido homenaje a la figura de Ernesto Escapa: «El último intelectual de la prensa de Castilla y León»

Pablo Lago, director de El Mundo de Castilla y León.-J.M. LOSTAU

Publicado por
Felipe Ramos
Valladolid

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Siempre presente, nunca ausente. La figura del fallecido Ernesto Escapa se hizo presente en los Premios La Posada de EL MUNDO DE CASTILLA Y LEÓN y lo hizo en el sentido homenaje que le tributó este periódico, el suyo, a través del director de El Mundo de Castilla y León, Pablo Lago, al inicio y al final de su intervención.

«No era un cronista. No era un historiador. No era un reportero. No era un analista. No era un periodista. No era un columnista. O al menos sólo cada uno de esos oficios por separado», aseguraba Pablo Lago, quien a renglón seguido afirmaba: «Ernesto Escapa era, fundamentalmente, un intelectual. El último intelectual de la prensa de Castilla y León. Pero también era nuestro amigo».

Un Ernesto Escapa que «entendía esta tierra como nadie y la contaba como pocos», resaltaba Pablo Lago, quien no dudaba en calificar a Escapa como «El Delibes de nuestro tiempo, el Umbral de nuestro periódico». Precisamente su última creación para El Mundo, para su periódico, ‘El Siglo de Umbral’, se quedaba a medias, «pero, a cambio, nos dejó una última obra, ‘El Siglo de Delibes», puntualiza el director de El Mundo de Castilla y León, para quien «el periodismo y Castilla y León siempre estarán en deuda con Escapa. Grandísimo intelectual y mejor persona».

Qué mejor forma de mostrar el «orgullo de ser castellanos y de ser leoneses» que hacerlo a partir de la figura de Escapa. Algo que, en palabras de Pablo Lago, se expresa «en el reconocimiento de la sociedad de Castilla y León a los mejores de Castilla y León. Profetas de nuestra tierra», asegura Pablo Lago en su intervención.

Una tierra con el «gravísimo problema demográfico», la «España vacía» que, según Lago, viene desbordando el debate.

Es en este punto del discurso en el que mira, una vez más, hacía los premiados para, «sin olvidar ni desmerecer el gravísimo problema demográfico, contar las heroicas vidas de los que decidieron quedarse. Los que dan sentido, contenido y, sobre todo vida, a la España medio llena», asevera el máximo responsable de El Mundo de Castilla y León, quien explica que eso es justo lo que se viene haciendo en El Mundo y, en particular, en La Posada: «Narrar casi dos décadas, desde un prisma del emprendimiento y la valentía, ese paisanaje que resiste en nuestro inmenso universo rural al imparable fenómeno migratorio».

Y, a decir de Pablo Lago, «la vida de los que se quedan no sólo es la última esperanza. Es el ejemplo para que no se sigan marchando más. E incluso el atractivo para que otros regresen».

Lago dirige la mirada a los políticos para manfiestar que «el ejercicio de la política es otorgar instrumentos y mecanismos para que la gente se quede o incluso regrese». Un futuro que, continúa Lago, deberá venir marcado por la agroindustria, el ocio, la naturaleza, la agricultura. «Esas actividades no sólo enraízan, como nos atestiguan nuestros premiados, sino que no deslocalizan», puntualiza, a la vez que señala que «hay un campo, hay un ámbito, hay un lugar para esa actividad capaz de frenar el torbellino de la despoblación».

Eso es lo que Pablo Lago entiende que debe potenciarse, otorgándole los mecanismos necesarios «para que cualquier proyecto de vida o profesional pueda desarrollarse con las mismas garantías que en una urbe».

«En el campo y la transformación –continúa– tenemos sin duda un recurso de un emergente presente, pero también de un poderoso futuro. Los productos de estas mujeres y hombres están vacunados contra la deslocalización y el pirateo».

Para Lago «hay alicientes, hay recursos y hay capital humano», que pide que se encauce con «eficiencia y determinación política». Así se combatirá a una España vacía que, según el director de El Mundo de Castilla y León, «no es nueva. Está en la obra de Delibes». Y es en este momento del discurso donde vuelve a dirigir la mirada hacia Escapa: «Se dedicó a eso, a contar la Castilla y León rural en sus reportajes y libros de viajes.Y nos deja un libro imprescindible para entender a Delibes y su tiempo, justo ahora que empiezan las conmemoraciones por su centenario».

Y concluye pidiendo que se recuerde a Delibes y no se olvide a Escapa, «porque ambos decidieron ejercer el noble ejercicio de periodista de pueblo, que es el que vive más apegado a la realidad».