Tras la huella de nuestro origen

Atapuerca marca un antes y un después en la evolución humana. En sus yacimientos se han dado respuesta a muchas claves para comprender cómo vivieron los primeros homínidos, siendo uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del mundo; el lugar que ha aportado una nueva visión a nuestro ‘árbol familiar’. Pero nada de lo que hoy conocemos hubiera sido posible sin la contribución de tres soñadores, tres visionarios: Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, que vieron la infinidad de pistas por descubrir que había en el lugar. En Atapuerca se han encontrado restos fósiles y evidencias de la presencia de cinco especies de homínidos diferentes: Homo sp. (aún por determinar, 1.300.000 años), Homo antecessor (850.000 años), preneandertal (500.000 años), Homo neanderthalensis (50.000 años) y Homo sapiens.

En estos cuarenta años de trabajos de investigación han sido muchos los hallazgos realizados: la población exhumada en la Sima de los Huesos (500.000 años), donde también se identificó el ADN humano más antiguo; el descubrimiento en el yacimiento de Gran Dolina (800.000 años) de una nueva especie, Homo antecessor, la más antigua de Europa occidental hasta la fecha; o el descubrimiento de un premolar y una mandíbula humana en la Sima del Elefante, con 1,2 millones de años.

En el año 2000 la UNESCO declaraba Patrimonio de la Humanidad los yacimientos de la sierra de Atapuerca. Un tesoro único de la evolución humana en Europa.