Turno de guardia

Teniendo en cuenta que la hostelería regional todavía está en proceso de reestructuración dadas las crisis locales, la falta de liderazgo y la situación del sector, puede ser complicado poner sobre la mesa la necesidad de articular una serie de medidas para que la cocina rural siga siendo sostenible, pero desde el punto de vista humano. Es decir, que en las localidades del medio rural siempre se tenga la opción de poder comer al menos un menú del día. Al margen ya de la definición de la cocina, de su diseño o de las especialidades de cada cual. Es tan necesaria este tipo de infraestructura en el medio rural que debiera de tomarse mucho más en serio, apoyando, incentivando, respaldando y formando a los pequeños hosteleros que abren las puertas del bar cada mañana en poblaciones de pocos habitantes. En materia gastronómica, porque esto también es gastronomía, habría que articular algo así como turnos de guardia, de forma que en pequeños territorios con varios pueblos permanezca abierto al menos un restaurante, al menos un lugar donde se pueda comer. Sí, ya sé que suena más a farmacia que a cocina, pero es una aplastante realidad la necesidad de encontrar lugares donde se pueda comer a diario en los pequeños pueblos. Alguien puede pensar que esto es una exageración, pero no. Es una necesidad tan importante como las nuevas tecnologías, la creación de empleo, la fijación de población o el apoyo y respaldo a la mujer rural y a los emprendedores. Sin el bar y el pequeño restaurante de cocina rural, nada de lo dicho sería posible. Algún día la cocina rural deberá ser tenida en cuenta, por la cuenta que nos tiene.