Diario de Valladolid

Restaurante La Querencia / Villanueva de Ávila (Ávila)

La estrella del Alberche

Guzmán y Yessica, en el salón de La Querencia, con algunos de los platos de su carta.-

Guzmán y Yessica, en el salón de La Querencia, con algunos de los platos de su carta.-

Publicado por
Javier Pérez Andrés

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Guzmán Sánchez de la Parra en poco tiempo ha logrado su sueño: gestionar un negocio y cocinar en su pueblo. El restaurante La Querencia es uno de esos ejemplos de lo que hay que hacer y cómo se deben plantear, en el medio rural, una comanda y un negocio con enfoque gastronómico capaz de defender la nueva cocina, sin abandonar la comanda popular y atendiendo una clientela próxima a sus vecinos y a los forasteros.

Entre ellos, muchos comensales que llegan a Villanueva de Ávila preguntando por el restaurante La Querencia y lo encuentran rápido: «está detrás del ayuntamiento, al lado de la Plaza Mayor y se come muy bien». Así, por lo general, empieza siempre una estancia en el restaurante donde Guzmán dirige la cocina y Yessica Cordero, su pareja, está en la sala. Tándem perfecto, ambos formados en escuelas de hostelería. Quién le iba a decir a Guzmán que terminaría tomando comanda junto a la profesional de sala que presentó al jurado en 2013 su plato en la escuela de la Casa de Campo de Madrid, con el que quedó campeó del concurso de tapas. De ahí que el ‘cucurucho de torrezno’ siga ofreciéndose en la barra de La Querencia.

Un restaurante que sorprende por su excelente planteamiento. Pocos logran tanto acierto en el marco de la cocina rural abulense. Buena definición de los platos. No hay improvisación y se rematan con criterio y mucho oficio. Desde una ensalada de tomate con burrata y pesto a unas alcachofas con jamón y piñones, arenque sobre ajo, micuit, croquetas, tortilla plana, arroz con carabinero. Además, una carne roja, un queso de cabra, una legumbre bien estofada… Todo ello con clara identificación de procedencia local. La carta de cervezas y aceites es buena, pero la oferta de vinos, en especial del ámbito de la DO Cebreros, es alucinante con más de 16 referencias.

Guzmán tiene 26 años y se formó en la Escuela de Hostelería Jorge Santallana en Ávila, donde cursó en el grado medio y el superior. Con esa base trabajó en El Almacén, en la capital abulense, e hizo prácticas, entre otros lugares, en el emblemático restaurante Zalacaín, en Madrid. Pero lo más importante es que, a pesar de esa formación, que podría haber tenido una proyección exterior, decidió volverse al pueblo de su familia, donde estaban sus orígenes, en Villanueva de Ávila.

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